Oda al Diablo.

Oh amo,
Abominable demonio,
De vehemente andar,
Provocador de los hombres,
Eterno guía de la humanidad.

Astuto seductor del pecado,
Amo y rey del disfraz.
Detestable para algunos,
Para nosotros,
Alguien digno de admirar.

Benevolente con tus paganos,
Tirano con tu rival.
Pero ya sea siervo o rival,
Las puertas de tu reino,
Acogen sin discriminar.

Cuya presencia culminante,
Es imprescindible,
Para las energías del universo balancear.

 

No creo que el diablo sea muy benevolente con los que lo adoran, pero es mejor preguntarle a él, siempre lo podemos hacer y más cuando amanecemos y nos lavamos la cara mirándonos al espejo.


Me gustó tu oda.

Un abrazo.

 

Una oda muy buena. Mirarse al espejo es reflejar que somos o pretendemos ser

 

Considero que la oda te quedo muy bien, más, como visión personal, creo notar una leve contradicción de conceptos en ella; si el "diablo" al que te refieres es aquel arquetipo de dioses paganos, "dignos de admirar" y "guías de la humanidad", no se le puede llamar amo. Pues el principio de la rebelión es la eliminación de todo supuesto soberano, incluso aquellos celestiales.

Aunque si habéis dedicado la oda al concepto judeocristiano, mi comentario no tiene lugar.

Lykke til

 

Conversaba hace tiempo con él, y llegamos a la conclusión de que él nunca mató a nadie, no provoca a nadie, ni pregona el pecado, pero perdió la batalla, y nadie nunca escucha al perdedor, su reino es sucio, pobre, tétrico, pero todo es por falta de presupuesto. El diablo nunca mató a nadie, lo único que hizo fue preguntar por qué, como Lutero.

 

Soberbia hermosura de creación artística excelente.