Páginas Muertas

Los gemidos intermitentes de las alcayatas colmaban el silencio vespertino en la fría habitación. El vaivén del chinchorro levantaba en forma fugaz algunas hojas desperdigadas en el piso de tierra. Docena y media de páginas manuscritas con distinta data narraban una parte de la historia de un amor. Muchas de ellas estaban hartas de polvo. Otras, mostraban huellas salpicadas y resecas de lágrimas recientes.

Las motivaciones en los sueños de Paulino eran de pesadumbre. Jornadas delirantes de inquietud amalgamada con esperanza y en treinta días, una sola anclaba pletórica de entusiasmo y dicha. Una nueva carta había llegado para engrosar la colección. Un absurdo e inútil sentimiento por correo saturaba al joven de exagerada alegría; por más tiempo, de nostalgias, suspiros, sinsabores por la ansiada espera. Un atardecer de feria en el pueblo vecino, lo acercó a conocer y a descubrir lo insólito de un sentimiento apoyado en papel. Un juego de miradas entrelazadas propició que la saeta de Eros hiciera el resto. La última noche de romería, que ambos al conocerse, percibieron el destino de un eterno romance.

Efectivo fue el intercambio de direcciones. Ella, un poco tímida mostrando una sonrisa bañada en tierna sutil inocencia, escondía al hablar el rostro entre las manos y en varias ocasiones, cambiaba el curso de las pupilas. Teniendo el Norte en el frente buscaba otro punto cardinal. Paulino no dejaba de mirarla. El imán era demasiado tentador. Aún, en sectores oscuros de la vieja plazoleta, el brillo de los ojos marrones de Amanda, lo obnubilaban mientras cada segundo crecía con firmeza la atracción. El mundo achicó el tamaño para la pareja. Ojos para ella. Ojos para él.

Después de una hora de conversar, llegó la despedida. Un manto de tristeza los envolvió. La damisela, bajando la mirada dejó salir pequeñas lágrimas. Paulino tomó la mano al poner una rodilla en tierra. Dejó fluir todos los suspiros en un beso anidado en la tersa piel femenina. El gesto logró dibujar una linda sonrisa en medio del rostro decaído de Amanda.

Esperando el paso inicial, el joven vio con sorpresa y alborozo a un pañuelo blanco extraído del corpiño, trayendo un sello rebosado de carmín. Desde ese momento, quedó convertido en un preciado tesoro; tanto que largas noches, lo mantenía aferrado a las mejillas tratando de conservar viva y latente la esencia del cuerpo femenino. Sueños, fantasía, ensoñación.

Esa noche era un torbellino constante. Habían pasado dieciocho lunas llenas y Paulino forjaba la ilusión de materializar el contacto sentimental. Cada carta era un acicate.Los “te amo” eran estímulos impulsores de anhelos y calmantes de inquietas pesadillas. Las extensas y mensuales misivas intercambiadas eran el sagrado vínculo que los ataba en un lazo con mucha fortaleza.

Después de un amplio período, el pecho de Paulino exhaló los suspiros más profundos. Con pocos recursos reunidos decidió ir al pueblo vecino. Quería, una vez más, admirar la estrella de su firmamento. A la orilla de la polvorienta carretera esperó con paciencia. Iba de sorpresa. Sin avisarle a su Dulcinea. Un poco después, la brisa mañanera daba en el rostro juvenil mientras sentía el movimiento ruidoso de los cascos de los mulos junto al crujir de la madera.

Dos horas fueron un tiempo interminable. Por fin, el poblado estaba a la vista. Conociéndolo a cabalidad no perdió minutos ni segundos. En forma precisa ubicó la dirección. El rancho de bahareque dio la bienvenida junto a un perro fastidioso. A pesar de los gruñidos amenazantes, tocó la puerta. Esperó al oír unos pasos lentos. Una señora de pelo canoso abrió. Entrecerró los párpados por la luz al preguntar:

-¿Qué quiere?-

-Buen día señora. Soy Paulino y si usted me lo permite, deseo hablar con Amanda-

Un largo silencio hizo compañía. Tiempo interminable para el visitante. La doña retiró la mirada. Con voz de bajo tono, respondió:

-Ella murió hace seis meses de paludismo-

Paulino abrió los ojos con incredulidad aunada a la sorpresa. Arrugó el ceño dejando salir un lamento muy profundo:

-¡No puede ser! ¿Quién me escribió en todo este tiempo?-

La dama de luto sacó fuerzas y enjugando las lágrimas, habló con sinceridad y mucha firmeza:

-¡Yo siempre escribí! Ella no sabía hacerlo. Además, no quise que también muriera la ilusión de usted-

 

Magnífica prosa sobre el amor y su espera, materializada en una sola noche y alimentándose a través del papel.Muy buena la trama consigue que no pierdas el interés desde el primer momento de la lectura."Dieciocho lunas" son muchas lunas de espera y de imaginar y soñar con el amor. No esperaba un final trágico pero también es cierto que no podía ser de otra manera, solo la muerte trunca todos los sentimientos, es definitiva.
Un placer leerte joblam en esta espléndida historia.
Feliz Día

 

He disfrutado al máximo tu comentario convertido en un análisis de mi prosa. Agradezco una enormidad tu presencia y tienes mucha razón en tus palabras. El amor...el amor todo lo puede. Un abrazo.

 

Conmovedor relato con final inesperado, como tantas veces ocurre en la vida. La espera acrecienta el amor y la ilusión. Al menos quedará un bello recuerdo idealizado de la amada.

Saludos cordiales.

 

Considero que si es posible. Hay que darle valor al tiempo para un nuevo amor. Agradezco tu presencia y comentario. Un abrazo venezolano.

 

Un relato bellísimo y atrapante que logra llegar al alma y conmoverla ! Felicitaciones por este excelente trabajo y por tu gran talento ! Un abrazo, amigo.

 

Miguel: Gracias por la felicitaciones y por la gentileza de leer mi relato. Un placer recibirte. Un abrazo venezolano.

 

Apreciado amigo, fue un placer haber visto tantos paisajes hermosos durante
el recorrido lleno de sorpresas torbellinos, tantas lunas y caminos llenos de
sorpresas de amor, dibujados en esa agradable prosa. Un caluroso saludo.

 

Una buena y conmovedora historia y nos dejas en tus letras amigo,
donde tu inspiración envuelve al lector de principio a fin, con un
cierre inesperado que es lo que impacta para disfrutar del todo la
lectura. Ha sido un placer poder pasar a leerte.
Besos y un abrazo. Tere

 

Para mí es un placer encontrar tu comentario halagadores hacia mi trabajo. Me siento agradecido de tu presencia y los conceptos. Un abrazo venezolano.

 

Un placer recibirte en este rincón de palabras acomodadas y leer un comentario gratificante que impulsa mi espíritu a continuar el camino. Un cálido abrazo venezolano.

 

Agradezco con gentileza el tiempo para leer mi trabajo. Un placer recibir tus pasos. Un abrazo venezolano.

 

Es una historia bella y conmovedora con un final sorprendente. Wow! Que final tan inesperado para el y para el lector. Encantada de leerte. Saludos.

 

uf, cómo mantiene la atención... En las esperas parece que siempre hay un vacío, una parte muerta. Me encantó, joblam. Saludos.

 

Agradezco los conceptos emitidos a la prosa. Es un placer recibir tu visita y comentario gratificante. Un saludo venezolano.

 

Para mí es un placer recibir tu visita. Agradezco la gentileza de leer mi trabajo. Recibe un cálido saludo venezolano.

 

prosa bella,con matiz de letras interesantes, abrazos.

 

Un inmenso placer recibir tus palabras y agradezco tu presencia. Un abrazo venezolano.

 

Un placer disfrutar de este pequeño relato escrito con brillantez y un argumento muy interesante para este tipo de relato corto.
Felicidades por tu excelente trabajo querido amigo
Abrazos

 

Un gran recibir tus palabras llenas de impulso para continuar adelante. Gracias por las felicitaciones y tu presencia. Un abrazo amigo.

 

Muy emotiva tu prosa, lo que esta claro es que te debo de leer mas amenudo te estaba dejando alejarte de mis sentimientos hacia tus letras. Gracias amigo por compartirla con todos nosotros. ABRAZOS

 

Gracias Rosa por los conceptos emitidos. Un gran placer encontrarte entre mis letras. Siempre están disponibles. Un abrazo amiga.

 

Ayyy Joblan, qué final más impresionante, nada esperado, sobrecoge el alma que vive esos momentos con intensidad como si la historia estuviese ocurriendo en este instante presente. Ayy me ha encantado leerte, mucho. Besazos con cariño y admiración.

 

No sabes cuánto disfruto tus palabras porque recogen la esencia con la cual el trabajo ha sido escrito. Agradezco tu presencia y comentario. Un abrazo venezolano.

 

Aprecio con profundidad que tu sensibilidad aflore y puedas expresar un comentario gentil. Gracias por el concepto y presencia. Saludos.

 

Tienes mucha razón y la comparto. Aprecio tus palabras.

 

Agradezco el concepto y el comentario tan gentil. Un placer tu visita. Saludos cordiales.

 

Excelentes letras, preciosa pieza fantástica de hermosura.