Casa de cristal

Ojos semiabiertos
¿culpable?
el amor,
por él me baño en alcohol,
miserable
por él me siento.
Mi corazón abierto,
vulnerable,
expuesto al sol,
picoteado por cuervos,
dolor inimaginable
no miento,
dolor sin color.

Morder la arena del desierto
parece interminable,
en el interior de mi cuerpo
depresión impecable,
vestida de gala
se la ve con ganas
de que su fiesta no acabe
e insiste en sacarme a bailar
una noche
y otra más,
baile despreciable
que no puedo evitar.
Me encantaría gritar
pero no me oiría nadie,
vivo en una casa de cristal
y no encuentro la llave,
desciendo,
no toco fondo,
caigo aturdido
a un agujero bien hondo,
escondo
en mi interior de espino
armas de doble filo
que no se manejar,
pero la pena si sabe
y no duda en clavar
con meticuloso estilo,
experta en diseccionar,
no me quiere matar
pero si dejarme herido,
encerrándome
en esta casa de cristal
y no permitiendo
que el olvido
me venga a visitar.

Agosto del 2001

 

Magnífica maravilla excelente de preciosos versos soberbios.

 

gracias maestro

 

Excelencia espléndida de maravilla divina.

 

Le sigo leyendo...
hay fuerza interna
gritando por sus letras.

Saludos Juan

 

Es un honor que álguien que escriba tan bello me siga. Gracias dulce mariposa

 

gracias maestro