Pan de mandioca.

Pan de mandioca.






Llenan mi cuerpo gotas de sudor.
Es candente el clima, la maleza está alta,
en tus lindos ojos encuentro el valor,
el verte contenta y radiante me exalta.

Se engruesan las manos por tanto rigor
al apretar fuerte los duros cabos,
para darle al campo su mejor esplendor
y de la cosecha obtener buenos centavos.


Porque es mucho lo que te quiero mi reina
y por ti domaré los leones más fieros,
para que con la brisa que despeina
te lleguen mis amores lisonjeros.


Pues es fácil partirse los lomos
con el agua bendita en el pecho,
dándole a la chamba con duros plomos
para que el fruto crezca derecho.


Y así a gotas ver los bellos ocasos
con las huellas de la labor cumplida,
porque una morena me obsequia sus brazos
y siempre me tiene la cena servida.


Y me cuenta sus bellas historias
de cómo paso contenta el día,
do con bravura tiene acciones notorias
bordando su amar cada vez que tenía.


Y así que gusto da luchar
para hacer que la tierra sea alegre y bonita,
pujándole fuerte el arado al labrar
para que nos de su cariño la muy señorita.


Y ver los muchachos como un roble crecer
al arrullo de sol y nubes sonrientes,
con el agua clarita sus cosas hacer
y que en la mesa hallan panes crujientes.


Porque si no se siembra la tierra
no habrá casabe para llevar a la boca,
y con rabia se nos acendra la guerra
al no haber lar para la mandioca.





Autor: Silvino Gerardo Becerra Gamboa.
Lunes, 25 de mayo de 2015.

Composición registrada.
©copyright.
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Hermosa narrativa para describir el aspecto cotidiano de una vida campestre. Le has dado una forma literaria de altura a la elaboración del casabe. Un placer leer y dejar mi firma. Saludos.

 

¡Precioso!

 

Encantado Joblam por tan bellas palabras que me llenan plenamente, motivan y se te agradece. Un fuerte abrazo.

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Gracias Javier Pino por su palabra y visita al portal. Un fuerte abrazo desde Venezuela.

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