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Reseña sobre la vida de Cervantes

Tema en 'Biografías' comenzado por edelabarra, 12 de Junio de 2015. Respuestas: 1 | Visitas: 1471

  1. edelabarra

    edelabarra Mod. Enseñante. Mod. foro: Una imagen, un poema

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    Decía el Quijote en la 1ª Parte, Capítulo IX: “Debiendo ser los historiadores puntuales, verdaderos y no nada apasionados, y que ni el interés, ni el miedo, el rancor, ni la afición no les haga torcer el camino de la verdad”.

    La historia, la poesía y la pintura simbolizan entre sí, y se parecen tanto que cuando escribes historia pintas y quando pintas, compones”

    (Trabajos de Persiles y Segismunda – Libro III, Cap. XIV.)

    Cervantes2.JPG

    Debemos más a los extranjeros que a los propios españoles que se haya estudiado su vida y que se haya dado el realce que merecía su obra.

    Así , circa 1722, durante el reinado de Jorge II de Inglaterra, (cabría agregar aquí que en esa época Inglaterra iba camino de ser la gran potencia mundial, surcaba los mares el pirata Cook y dirigía la Royal Society Sir Isaac Newton quien murió en 1727), un virrey de Irlanda, en realidad Lieutenant of the IV kingdom of Ireland, Lord Cateret, admirador del Quijote y amigo del Embajador de España, Don Cristóbal Portocarrero y Guzmán, Conde de Montijo y su Sra., Doña Dominga Fernández de Portocarrero y Guzmán, prendado por la cultura y simpatía de esta dama, le promete publicar una edición de lujo del Quijote, cosa que efectivamente realiza, ilustrándola con 68 grabados de los mejores grabadores ingleses de esa época.

    Se publica en 1738 en 4 tomos y dedicado a la Condesa de Montijo. Incluye esta obra, una biografía de Cervantes encargada a Don Gregorio Mayans, polígrafo valenciano, quien se convierte así en el primer biógrafo del Gran Manco.

    Esa biografía está plagada de errores, porque a pesar de ser Mayans un buen escritor y que conocía los méritos literarios de Cervantes, no sabía nada de su vida, más allá de lo ya escrito por el propio Cervantes y los datos autobiográficos sacados de sus obras.

    Ni siquiera sabía dónde había nacido, ubicándolo en Madrid y no en Alcalá de Henares y lo data en 1549 y no en 1547 que es realmente la fecha de su nacimiento.

    Pero supo dar una idea de lo que fue la vida y el mérito de Cervantes, como se lee en sus propias palabras:


    “Aunque dicen que la edad en que vivió fue de Oro,……para él fue de Hierro…”

    “Los envidiosos de su Ingenio y Elocuencia lo murmuraron y satirizaron…”

    “Los hombres de escuela, incapaces de igualarle en la Invención, le desdeñaron como a Escritor no Científico.”

    “Muchos Señores, que si hoy se nombran es por él, desperdiciaron su poder y autoridad en aduladores y bufones sin querer favorecer al mayor Ingenio de su tiempo. “

    “Los escritores de aquella edad (aviendo sido tantos), o no hablaron dél o le alabaron tan fríamente, que su silencio, y sus mismas alabanzas, son indicios ciertos, o de su mucha envidia o de su poco conocimiento. “

    Elogia sumamente el estilo y lenguaje de Cervantes.


    Cervantes mientras vivió, debió más a los extranjeros que a los españoles, como se confirma en la 4ª edición del Quijote, de la Real Academia Española, en cuyo Prólogo se dice que quería “Desagraviar a la memoria del Ilustre Cervantes, poco honrada hasta entonces entre sus compatriotas.”

    La biografía de Mayans (1737), acompañó desde entonces casi todas las siguientes ediciones del Quijote, por muchos años, sin que nadie se preocupara por verificarla, y el conocimiento sobre la vida de Cervantes se fue ampliando a través de los siglos, a medida que se acumulaban los documentos relativos a su vida. Recién en 1780 se incorpora la biografía a cargo de Vicente de los Ríos que incorpora algunos documentos:

    Partidas de nacimiento, bautismo, partida de rescate de su cautiverio, partida de casamiento, testamento, etc.

    Otras biografías:
    Manuel Joseph Quintana, 1797
    Juan Antonio Pellicer, 1798-1800
    Martín Fernández de Navarrete recopila documentación desde 1804 y publica en 1819.
    Otro Quintana, en 1853
    Leopoldo Rius, en 1895, 1899 y 1904

    En 1870 grupos Cervantistas fundan “La Crónica” publicación a favor de Cervantes y que duró hasta 1879.

    La última biografía de Cervantes digna de ser mencionada, no es precisamente ésta, sino la de Don Luis Astrana Marín, publicada en 1948 – 1958. Consta de más de mil documentos relacionados a la vida de Cervantes y ha sido una acumulación de siglos de ir desentrañando de a pocos la ignota vida de Cervantes, de la que anteriormente sabíamos por algunas referencias autobiográficas en sus obras y muy poco de la gente que lo conoció.


    Obras de Cervantes en orden cronológico:

    1582 - La Numancia y El trato de Argel (obras de teatro).
    1585 – La Galatea (Novela)
    1605 y 2ª Parte en 1615 El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha (Novela)
    1613 – Novelas Ejemplares
    1614 – Viaje al Parnaso (Novela)
    1615 – Ocho Comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados (Teatro)
    1617 – Los trabajos de Persiles y Segismunda (Novela póstuma).


    Quien ha visitado la casa natal de Cervantes en Alcalá de Henares (antes Complutus), que felizmente se encuentra en perfecto estado de conservación (1), comprende donde empezó su vida a llenarse de símbolos que después volcaría en sus personajes; nacido el 29 de septiembre de 1547 de familia de clase media y con algunos apuros económicos ya que su padre Rodrigo de Cervantes padeciendo de sordera, no pudo cursar estudios superiores en la Universidad complutense y ejercía la profesión de cirujano romancista, es decir de practicante y no tenía suficientes medios de subsistencia en una ciudad como Alcalá, con excelente escuela de Medicina y donde abundaban los médicos.

    Al visitar su casa natal, apropiadamente ambientada y como si hubiera gente viviendo en ella, se oyen músicas y gritos de niños, voces familiares y canciones, las camas como si alguien se hubiera recién levantado y en el consultorio del padre, el sillón de barbero – cirujano, con la famosa bacía de peluquero que usaba cuando afeitaba a algún vecino, juguete predilecto de ese niño que aún habita los sonidos del ambiente, elemento fundamental para sus caracterizaciones como caballero de lanza y espada, a modo de yelmo y corriendo por la casa.

    Fue una vida infantil bastante itinerante, ya que su padre acuciado por problemas económicos y deudas impagables, cambió de residencia varias veces afectando los estudios regulares de Cervantes joven, y lo ubicamos en 1567 a la edad de veinte años cursando estudios bajo la dirección de Juan López de Hoyos, quien le llamara “nuestro caro y amado discípulo”. Dos años después, en lo que Astrana Marín considera “germen de ruina en la juventud del incipiente poeta” por herir a un joven con su espada, está obligado a huir a Italia, condenado en rebeldía. En Roma (1569) entró de sirviente de monseñor Julio Aquaviva, hijo del Duque de Atri, un año mayor que él.

    Pero la entereza de su carácter (en palabras de Astrana Marín), no se avino con la vida de servidumbre y después de unos pocos meses se enrola en el Tercio de Nápoles como soldado.

    Al año siguiente asiste con su hermano Rodrigo a la famosa batalla de Lepanto, donde luchó con singular heroísmo y salió herido en la mano izquierda y en el pecho.

    La Santa Liga, formada por el Papa Pío V, los señores de Venecia y el Rey de España, reúnen su flota en 1571 al mando de Juan de Austria, hermano del Rey Felipe II, saliendo de Barcelona, con treinta y siete galeras y sumándose en Nápoles, donde embarca Cervantes a bordo de “La Marquesa” y en Mesina donde salen más de trescientas naves rumbo al Adriático.

    En Lepanto, Miguel padecía de fiebre malaria, lo que lo tenía postrado en su yacija, cuando siente el fragor de la batalla, se levanta entonces y se dirige a cubierta donde su capitán Francisco de San Pedro lo manda abajo y él dice, “¡Qué se diría de mí! He servido siempre muy bien a Su Majestad; y así ahora, no seré menos, aunque esté enfermo y con calentura. ¡Más vale pelear en servicio de Dios y de Su Majestad y morir por ellos, que bajarme so cubierta!” y se mantiene luchando en primera línea. Muere el capitán San Pedro, Cervantes rodeado de cadáveres y moribundos, se pone al mando del puñado de hombres que restan y corre al abordaje. Cae Alí Bajá, unos de los comandantes de la flota turca y su cabeza es clavada en una pica. La flota turca está siendo vencida Al choque de “La Marquesa” contra la galera contraria, Cervantes que va primero, recibe toda la granizada de los mosquetazos que le dan de lleno en el pecho y en la mano izquierda, Pero no se amilana y sangrando alienta a sus arcabuceros hasta la victoria. Concluida la batalla es curado a bordo y luego en el hospital de Mesina, sanando del pecho aunque lentamente mientras que su mano quedó inútil, pero no cortada.

    Fue recompensado con un aumento de tres escudos mensuales y promesas de ascenso a capitán, pero luego de algunas campañas bajo las órdenes de distintos jefes decide volver a España embarcando en la galera “Sol”, la cual cerca de Marsella es capturada por una flotilla turca, es hecho prisionero junto con su hermano Rodrigo y otras personas y conducido como esclavo a Argel.

    Adjudicado en el reparto de presas al renegado Dalí Mamí, hizo prodigios de heroísmo, que rayaron en lo sublime (en palabras de Astrana Marín), en los cuatro intentos de fuga por libertar no a sí mismo ni a un grupo sino a todos los cautivos de Argel. Fracasados estos intentos por delaciones como del llamado “Dorador”, natural de Melilla, y del fraile domínico exclaustrado Juan Blanco de Paz, natural de Montemolín, que ha pasado a la historia como el desiderátum del traidor. En todos estos intentos, Cervantes se adjudicó siempre toda la responsabilidad, para no perjudicar a sus amigos;

    Declaraba ante el Bey de Argel, Hazán Bajá, quien lo respetaba y no le aplicó la pena habitual de empalamiento o ser desollado vivo, porque esperaba un gran rescate por su liberación.

    Recién cinco años después en 1580 el 19 de septiembre, es redimido por el Padre Fray Juan Gil, Trinitario de San Francisco. Y ese año puede pasar las Navidades con su familia. Encuentra a su familia muy venida a menos, por los esfuerzos por pagar el rescate, a costa de su bienestar.

    Junto a su hermano Rodrigo en 1581 parte a la guerra de Portugal, y vuelve a Madrid desengañado por no conseguir los ascensos a que tenía derecho por sus heroicos servicios a España, y se dedica a sus estudios literarios. Se dedica a escribir obras de teatro, estrenando sus comedias con cierto éxito.

    Tuvo amores con Ana Franca o Villafranca de Rojas de la que nace Isabel de Saavedra, y para regularizar su vida, se casa en 1584 con Doña Catalina de Salazar y Palacios, joven hidalga de 19 años.

    Publica “La Galatea” al año siguiente pero necesita mejores medios de vida para atender a su familia, por lo que empezó sus comisiones por Andalucía, para acopio de víveres con destino a la Armada Invencible que el Rey proyectaba mandar en contra Inglaterra.

    En 1590, solicita un empleo en Indias que le es denegado cortésmente: “Busque por acá en qué se le haga merced”.


    En la ingrata tarea de recaudador, es acusado de irregularidades y debe rendir numerosas veces sus cuentas, siendo encarcelado en 1592, bajo pretexto de que había vendido sin orden, trescientas fanegas de trigo; liberado después de una apelación por injusta pena, terminado más pobre de lo que había comenzado.

    En 1594 se le comisiona para cobrar en el reino de Granada varios atrasos de tercias y alcabalas, con tan mala suerte que quiebra el banco donde depositaba el dinero de los impuestos, por lo que es encarcelado en Sevilla hasta rendir cuentas en 1597 por esa quiebra ajena, siendo en esa prisión de Sevilla donde “engendró” o ideó el Quijote no como obra extensa sino como un cuento a la manera de las Novelas Ejemplares.

    Fallece por ese entonces Ana Franca y acude Cervantes a buscar a su hija natural Isabel, a quien deja a cargo de su hermana Magdalena. Dejando Sevilla en 1600 y dedicándose a las letras por entero. Obtiene de la Corte el privilegio de impresión de su novela “El Ingenioso Hidalgo de la Mancha” y su editor, Francisco de Robles quien le paga por el Quijote y las Novelas ejemplares la mísera cantidad de 1600 reales, lo da a imprimir en Madrid a Juan de la Cuesta. Sale a la luz en 1606, plagada de erratas, con tal éxito que se tiraron varias ediciones en el primer año, en Madrid, en Valencia, y en Barcelona. Ningún libro fue tan rápidamente famoso.


    Pero la mala suerte perseguía a Cervantes, porque en Junio de 1605 fue herido de muerte frente a su casa el caballero Don Gaspar de Ezpeleta y el juez mandó encarcelar a todos los vecinos cercanos, entre ellos a Cervantes y a su familia, donde estuvieron presos por un día. En 1606 casa a su hija Isabel con Diego Sanz de Águila y en 1608 en segundas nupcias con Luis de Molina; escribe Novelas, que bautiza con el nombre de Ejemplares, y poesías para libros de algunos amigos.

    Entra en la hermandad del Santísimo Sacramento (1609) y concurre a las Academias Literarias con otros personajes de la ´época.

    Publica las “Novelas Ejemplares” en 1613 y termina otras obras y la segunda parte del Quijote en 1615, de la que ya había salido alguna versión apócrifa donde se lo ofende villanamente.

    Se la da a imprimir a Juan de Villarroel, quién dice Cervantes, le pagó “razonablemente”.

    Su salud para ese entonces, estaba seriamente quebrantada, viviendo de la caridad del insigne protector suyo, el cardenal arzobispo de Toledo, don Bernardo de Sandoval y Rojas, quien destinaba “un tanto cada día” para que pasase su vejez con menos incomodidad porque le parecía que socorrer a los hombres virtuosamente ocupados, era limosna digna del Primado de las Españas”, pero limosna al fin.

    Y dice Astrana Marín: Abandonado, envidiado, viviendo de la limosna, combatido, con la ingratitud de su Patria, en una vida pródiga en desgracias, cautiverios y cárceles, incomprensiones y mala suerte, dejaba el mundo sin amarguras, con una sonrisa, sereno y augusto, consciente de haber labrado para su nombre aquella “larga y feliz posteridad”, cuatro palabras con que cerraba su Persiles y Segismunda, obra publicada póstuma por su mujer al año siguiente de su muerte. En sus últimos escritos agradece los favores recibidos de sus bienhechores, el citado cardenal y el conde de Lemos y para la Orden de la Trinidad que le redimiera de Argel. Solo pedía dos misas por su alma y las restantes a voluntad de su mujer. En el prólogo de Persiles y Segismunda, dice, como lo pudiera decir el Quijote, “Adiós, gracias, adiós, donaires; adiós, regocijados amigos, que yo me voy muriendo “

    Vivía en casa prestada de un clérigo amigo, licenciado Francisco Martínez, que también vivía allí.

    Veinte días antes de su muerte, profesa en la Venerable Orden Tercera de San Francisco, a la que pertenecía como no profeso desde 1613.

    En palabras de Astrana Marín, “Murió, por fin, el Manco Sano, el famoso Todo, el Regocijo de las Musas, Murió el viernes, día 22 de abril de 1616”.

    Los terciarios de San Francisco, según el rito, lo llevan en andas a su última morada, “a cara descubierta como a tercero que era”, desde su casa hasta el vecino convento de las monjas Trinitarias.

    El epitafio de don Francisco de Urbina reza:


    Caminante, el peregrino
    Cervantes aquí se encierra;
    su cuerpo cubre la tierra,
    no su nombre que es divino.
    En fin, hizo su camino;
    pero su fama no es muerta,
    ni sus obras, prenda cierta
    de que pudo, a la partida,
    desde ésta a la otra vida,
    ir, la cara descubierta.


    Y termina Astrana Marín diciendo:

    “Pero más vale que duerman en paz (sus huesos), modestamente ignorados que no en soberbio sepulcro de mármoles, oros y bronces, propicio a la profanación. Tengan sus cenizas, como sus obras con su nombre, “larga y feliz prosperidad”, Llórele la Tierra, hónrele la Patria, gócenle los Cielos.

    Recopilado y comentado por Eduardo León de la Barra

    (1) Para saber más sobre la casa de Cervantes:
    http://www.museocasanataldecervantes.org/el-edificio/
     
    #1
    Última modificación: 17 de Junio de 2015
    A homo-adictus y Ligia Calderón Romero les gusta esto.
  2. Mamen

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    Desde luego el mejor de su tiempo y su obra maestra "Don Quijote de la Mancha"
    Novela universal de las letras españolas.
    Gracias por traernos su biografía, un beso Edel.
     
    #2

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