La sal de las paredes

Supusiste que corría en drama
que las paredes son de otro color,
invocando mi aluciente aparición
abajo de las almohadas secas.

Desapareciste sin credo y cama
en las domadas luces de la magnitud,
y depurable tu casco rompió con el
reactor enmudeciendo todas las palabras.

Sin medida te fuiste del palacio
sin escuchar las letras o las voces,
actuando de tal manera que las casas
fueron retrasando el tiempo en tu lugar.

Tu lengua tenia tacto, la saliva
aun era roja y sin vino sin agua,
tendrías que verme una vez mas
sin el infinito y tu tímida tristeza.

 

Hermosas letras llenas de inspiración divina, dios te guarde poeta.