En la escollera

Se llega a la costa el viejo marino
y encuentra una roca adonde parar,
mirando las olas se fuma una pipa
dejando en el viento el humo y su mal:
tristeza que angosta su pecho dolido
con viejos silencios que vuelven atrás.

Monótona onda se baña en las piedras
cantando en la espuma su eterno cantar,
dos blancas gaviotas esconden la noche
si besan volando las aguas al ras,
brumosos fantasmas saludan lejanos
allí donde mueren con la oscuridad.

Sirenas evoca el viejo marino,
murmullos del viento que silba al pasar
lo llaman queriendo su sueño horizonte
abriendo en sus ansias un dulce quizás,
semilla de bellos gozares de antaño
en cuerpo de viejo estrella de hoy da.

Volviendo la espalda a dulces ensueños
que incuba su alma mirando la mar,
oculta en su lágrima que tanta distancia
impide a su mano caricia ser ya,
enciende su pipa y al viento murmura
amargo e incrédulo ya nunca será.

Nota. Es obvia la deuda de estos versos con la «Sinfonía en gris mayor», de Rubén Darío. Otra gran deuda tienen, que callo.

 

He leído un análisis formal de la «Sinfonía en gris mayor» de Rubén Darío que sinceramente me ha hecho sentir pena ajena. Quien quiera que sea comienza diciendo que el poema es un romance heroico, luego destaca una serie de aliteraciones inexistentes, vocablos antipoéticos (cinc), abuso de las rimas oxítonas... en fin todo un desparpajo de incongruencias críticas que no viene al caso discutir aquí.
Tu romance en dodecasílabos me parece excelente, mi querido amigo, no tan bueno como lo que recién publicaste en el Foro de Tensones, pero en la misma línea poética, esta vez más acorde a tus aficiones y rindiendo merecido homenaje a ese gran poeta que fue Rubén Darío. Es difícil lograr las rimas agudas en los romances; tal vez algo a tener en cuenta sería evitar las sílabas tónicas en 10ª. Aplaudo sin embargo esta obra que califico de sobresaliente. Has hecho que retornen mis ganas de escribir.
Un abrazo infinito.

 

Precioso y musical poema. Te felicito por escribir
tan bien. Un gusto leerte. Saludos y Bendiciones.

 

bello poema,pobre marino,ha elevado mi espíritu,hablando de espíritu haber si va a estar por aquì,el de S.J. de la Crúz,coge celos de la poesía que según tú se parece a la e él, porque no la encuentro por ningún lado para verla y me mete un bofetón,menos mal que mi amigo Garcilaso
al que siempre le tengo en mi remanso,me defendería,...cuidado ja ja ja ,voy a abrír libros gramaticales,haber si me acerco al sensible lenguaje
de mis gatos,vuelvo a leer tu poema del mar y marino ,me inspira paz, marga

 

Bonito romance querido Jorge.
Me ha recordado a ti. Vi tu foto de perfil , y la verdad tu aspecto era el de un viejo lobo de mar. Aspecto de persoonaje novelesco , je,je...Lo digo con cariño. Es una bella estampa la que nos pintas en tu romance, esas gaviotas volando al ras del mar , el viejo marino fumando su pipa y disfrutando de la belleza del mar, y ese silencio maravilloso roto únicamente por el rumor de las olas.

Abrazos y aplausos Jorge.

 

He de reconocer Jorge, que no conocía ese poema de Darío del que dices sentirte deudor en estos versos; esa referencia me ha llevado a leerlo (magnífico poema, sí) y he visto allí esa deuda . Realmente te has imbuído de su espíritu y su forma para componer este romance dodecasílabo impecable, fundamentado formalmente en rimas oxítonas como hizo Darío en el suyo,; este poema está pleno de poesía por todas sus estrofas. Sin duda es un tema que te toca muy de cerca y eso se nota. Me ha gustado mucho.

Solo te haría un apunte de algo que a mi me choca un poco, aunque sé que la repeticón de palabras o étimos de ellas puede ser un recurso poetico; en este verso:

cantando en la espuma su eterno cantar,

la repetición del "canta-" al principio y final del verso es a la que me refiero. Acaso si pusieses (y perdona la osadía) :

Monótona onda se baña en las piedras,
susurra en la espuma su eterno cantar...

evitarias tal repetición, que igual ha sido buscada por ti; si fuera así, nada he dicho.

Un abrazo con mi felicitación.

 

Hola, Hermano Elhi. La «Sinfonía en gris mayor» me remonta en el recuerdo hasta mi temprana adolescencia; me la recitaba mi hermana Lucila (tiene cinco años más que yo), que tiene muy buena memoria para la poesía (yo soy incapaz de recordar un poema, incluso mío: solo, a veces, versos aislados). La considero un muy huen poema, de un impacto sonoro extraordinario que ilustra muy bien las virtudes, un poco empalagosas a la larga, de los dodecasílabos 2.5+2.5, conjugadas en este caso con el ritmo regular de las olas de la mar con viento de la costa. Este romance de Darío no deja de ser un romance por su tercera estrofa, donde rompe genialmente la paridad intercalando dos versos entre las rimas: me parece un detalle formal extremadamente relevante, que imagino habrá sido analizado, pero hace al concepto de romance.

En cuanto a los acentos en décima, te doy la razón; los dos casos que señalas son diferentes, me parece; en «de hoy» el acento está amortiguado por la sinalefa, no le veo un efecto rítmico significativo; en el otro caso, el hemistiquio «caricia ser ya», en cambio, en el que reposa buena parte de la semántica del «ya nunca será» del cierre, el peso del acento en «ser» es equivalente al de «ya», tanto que me tienta poner una coma: «caricia ser, ¡ya!» enfatizando la premura que siente el marino y la distancia impide. Hay una fuerte disonancia, entonces, te doy la razón. Si el énfasis que la semántica exige la justifica o no, no sé.

un abrazo, y gracias nuevamente por tu meticuloso análisis
Jorge
Pd. Seguí pensando en el asunto, y descubrí un aspecto interesante: el paralelismo entre «ser ya» y «ser ha», raíz etimológica de «será». Es decir que en el étimo de «será» hay dos acentos también.

 

Excelentes estas estrofas de dodecasílabos compuestos, estimado Musador,
muestra tu facilidad en componerlas,
encuentro algo forzada la triple sinalefa del último verso, que depende del recitado;
un saludo cordial,
Eduardo

 

Gracias, Eduardo. Me alegra que el poema te haya gustado. Estos dodecasílabos, cuando tomas el ritmo, resultan bastante naturales, es cierto. No hay triple sinalefa en el último verso, quizás te ha confundido la esdrújula (sí hay compensación en el primer hemistiquio) al contar.
abrazo
j.

 

La distancia, querida Isabel, esa distancia que obstruye las miradas y congela las manos tendidas, es un invento diabólico. O quizás lo diabólico sea este invento de la comunicación, que a veces nos hace sentir tan cerca de los que están tan lejos... Navegar por estas redes nos hace visitar puertos lejanos sin poder en ellos bajar a tierra, sin poder tocar. Nuevas nostalgias marineras de mi marino desbarcado...

abrazo
j.

 

Gracias, Lourdes. Quizás debieras intentar estos dodecasílabos 2.5+2.5, crean ritmos interesantes y me parece que no lo has hecho aún, aunque sé que has probado muchas formas.
abrazo
j.

 

Hola, estimado Juan. Ya le he comentado a Elhi acerca de una interesante curiosidad formal de este romance de Darío, que no por ella deja de ser romance a mi modesto juicio.
En cuanto a «cantando» y «cantar»... este asunto de la repetición en poesía da para una tesis, visto que los encantos del ritmo se nutren de la repetición y la diferencia; advertí el hecho al componer, y me gustó dejarlo así. No sabría justificar el porqué, es decir podría divagar un rato sin capturar la esencia del asunto... Intuición, en fin.

gracias y abrazo
j.

 

Es un muy hermoso romance en dodecasílabos.
Felicidades.

 

Gracias, Luis Adolfo. Imagino que has visto alguna de esas fotos que me sacó mi yerno, con algo de la maldad natural que corresponde a un yerno. Hoy no tengo barba y la pipa la tengo algo abandonada, así que quizás mi aspecto no dé tanto el «physique du rôle».
abrazo
j

 

Paso a leerte y a disfrutar de estos dodecasílabos.
Me encantó tu romance.
Un saludo.