lo hubiera hecho

el papel de blanco silencio y amenazante vacío,
me incita a apuñalarle el vientre con este sentimiento maldito,
descubro en sus vísceras mi reflejo,
lo veré desangrarse en versos,
sabe que sólo así
vomito aquellos besos,
sólo así,
logro gritar envenenado
lo que no puede mi pecho.

los lectores dirán:
otra víctima más
en la autopsia del despecho.

pero sepan ustedes!
que si hubiera conocido el origen del dolor,
si lo hubiera sentido nacer en mí,
lo hubiera hecho,
hubiera atravesado su pequeño cráneo para jámas verlo crecer,
pero somos todos ciegos gusanos escarbando en tierra angustiosa,
chocando con nuestros propios cadáveres,
carroña que en algún momento alimentará el amor.

 

El adiós
Salados son los recuerdos
noto la sal en mi boca,
cercenados los caminos
que los sueños provocan,
pero ni una sola de las pisadas
con que horadaste mi alma
serán huellas que se borren
mientras tenga la palabra.
Ahora solo y abatido
se lo digo a mi almohada
esperando que ese susurro
pueda llegar a tu lado.

 

Desgarrador poema antimelancólico que sin embargo me ha gustado. Muy bueno renacuajo...Un abrazo. Paco.

 

Eres muy creativo, como en ese papel logras estas imágenes de vientre, de pecho, de versos vomitados que pasan del dolor al posible amor, un gusto enorme leerte, saludos cordiales.

 

bello escritos, un verdadero canto a la melancolía... un gusto leerte.