Hernani (Víctor Hugo)

HERNANI
(1830)


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Sin lugar a dudas, esta obra dramática del genial Víctor Hugo, desde todo punto de vista merece mis humildes y entusiastas elogios.
Hernani es un vivo ejemplo de la clase de teatro que es digno de disfrutarse; que justifica la atención que uno pueda llegar a prestarle. Abarca todos los gustos sin necesidad de traicionar su condición dramática.
La trama es cautivante desde el comienzo; los personajes se caracterizan por sus rasgos bien marcados, que desembocan en el orgullo, el honor, la dignidad. En torno a esas virtudes, que por su exagerado extremismo se vuelven defectos, se desarrolla la historia.
Desde mi punto de vista, el personaje que más merece la admiración es Don Carlos, un rey que no se aprovecha de su poderío para arreglar sus asuntos personales; un señor que no vive encerrado en su torre de marfil, y que antes que monarca se considera ser humano.
Hernani suele confundir fácilmente honor con capricho y capricho con honor.
Don Ruy es un duque que está más allá del bien y del mal, al que no le interesa otra cosa que la felicidad de sus últimos días.
Doña Sol es la víctima que más sufre, ya que se ve limitada a actuar dentro de lo que su condición de mujer significaba en aquellos tiempos, y eso la mantiene a la deriva de las circunstancias.
El diálogo es claro, grato, inteligente, pero temo que en alguna escena confunda un poco a los espectadores cuando se interpretan las metáforas más complicadas (que no por ello dejan de ser bellísimas y originales).
El acto que más me agrada es el IV. Allí la nobleza de Don Carlos vence a la traición, demostrando su linaje, su vastedad ética y espiritual.
La tumba de Carlomagno contribuye a dar el clima ideal para la acción. El diálogo imaginario, las reflexiones, el soliloquio que mantiene el Rey con el “gigante de un mundo creador”, dan claras muestras de que el primero es merecedor del imperio que en esos momentos está a punto de inclinársele para honrarlo.
Cuando sale de la bóveda sorprendiendo a los conjurados, sus enemigos, dio la impresión de ser el mismísimo Carlomagno resucitado, según lo confesara más adelante Hernani, para luego escupirle su ironía. Sucede que en realidad Carlomagno inspiró a Don Carlos, dándole una pizca de su ánima para poder cargar sin sudores con el enorme peso de su poder. En la escena V de dicho acto el rey agradece al ilustre cadáver por los consejos que encontró ante su presencia; sobre todo, por aquel que oyó viniendo del más allá, galopando en una voz de ultratumba: “Clemencia.”
En cuanto al final de este drama, va de acuerdo con los valores morales de los personajes, pero no con esa actitud de vida luchadora que hace lo imposible por concretar un amor, para luego resignar la dicha terrenal, sólo por quedar bien ante la dignidad de un mundo indigno y la promesa de un enfermo vengativo rodeado de retratos polvorientos.
Un epílogo en el cual mueren injustamente los dos amantes, nos transporta de inmediato a Romeo y Julieta; obra de autor dudoso, firmada por un tal Shakespeare.

Ariel Carrizo Pacheco
Bs. As., 12-III-1993


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Nota hallada en Wikipedia (2009): “Hernani es una obra teatral de Víctor Hugo, estrenada en el Théâtre Français de París en 25 de febrero de 1830.
Hugo describió la tragedia del bandido Hernani y su amante Doña Sol. Con sus elementos góticos y su énfasis en el amor natural, es una obra estándar del movimiento romántico... / Hugo utilizó el carácter de Don Carlos como una caricatura de Carlos X de Francia. Don Carlos era egoísta y sin honor, gobernaba mal a juzgar por una gran parte de la obra. En contraste, en el monólogo de Don Carlos en el acto IV, escena 2 en la tumba de Carlomagno, el anciano emperador es el símbolo de la gloria de Napoleón y sus ideas liberales. Su crítica a la institución de la monarquía hereditaria es clara. La época en que escribió la obra es reveladora, porque el año 1830 fue decisivo en la historia de Francia: en julio, meses después del estreno de Hernani, estallaba una revolución, la Revolución de 1830 que introdujo una constitución más fuerte y debilitó el poder de Carlos X. El movimiento político y Hugo compartían las mismas ideas sobre la futura Francia, sin un rey divino.”

 

Plenamente agradecido con estas palabras que invitan a la reflexión edificante, amigo Likiniano 2. Ignoraba la relación que planteas. A propósito encontré esto: "Víctor Hugo escribió una obra de teatro llamada Hernani, protagonizada por el personaje homónimo. Se cree que el escritor francés pudo haberse inspirado en el nombre de esta villa guipuzcoana para dar título a su obra, ya que había estado en el País Vasco durante su infancia. Una calle de Hernani lleva el nombre de Víctor Hugo." https://es.wikipedia.org/wiki/Hernani

¡Un fuerte abrazo y hasta pronto!:

Ariel