Los días de Marta

Transcurrían los días unos tras otros, y Marta junto con ellos, en su casa, sin más emociones que las que le proporcionaban su pequeño hijo: Damián _ con sus logros de escolaridad_, y la llegada de su esposo _un viajante de comercio_, con las anécdotas que traía de cada viaje. Eran una familia feliz, si se entiende por ello, que vivían sin apuros económicos, pues el joven Sr Barner _esposo de Marta_, era muy hábil en el comercio, y ganaba jugosas comisiones extras debido a ello, aunque poco a poco, la rutina, sumergió a Marta, en tremendo hastío, y aburrida en medio de cierta soledad, decidió que debía hacer algo para romper la rutina , pero qué podría ser _pensaba_, hasta que su mente, le dijo que la forma más fácil, podría ser, el interactuar el redes sociales a través de Internet, ya que ahí, no hay tiempo para llegar ni para regresar, en solo un clic, tendría muchísimas opciones para pasar un rato de fantasía, sin involucrarse ni poner en riesgo su matrimonio, y así lo hizo, y muy pronto, comenzó a vivir un romance ideal, había conocido al gran amor de su vida _pero eso era algo real- pensaba, también se decía:-esto no está ocurriendo, solo es un recreo de la rutina, y a nadie perjudico soñando con ser un poco más feliz_. Pronto, empezó a ver su realidad, como la enemiga de esos momentos perfectos junto a Juan _su amor virtual_, el que le proporcionaba un amor perfecto y sin límites, era un hombre que se decía dispuesto a todo por Marta, la que creía soltera y sin hijos –ella había mentido también a su amante virtual_. Entonces , ¿qué tenía Marta entre sus manos?, tenía una familia a la que engañaba, tenía un amante virtual, al que mentía, y tenía una confusión tremenda, al que se le agregaba mucho miedo de ser descubierta por todos…, y quedarse sin nada de nada.

Pasaron los días, y desterró todos los ingredientes, que la alejaban de su amante virtual y de su esposo, y empezó a disfrutar con naturalidad, de todo lo que creía, la vida le regalaba, pues se sentía una mujer codiciada, y atendida por dos hombres, que la hacían sentir viva, _empezaba a sentir, que era perfecto para ella así_.

El tiempo _ese que acerca o aleja_, hizo de las suyas, y los amantes virtuales, disfrutaban de cada día más horas relacionados, y Juan _el amante virtual de Marta_, decidió que ya era hora, de ir, por la que creía su mujer, para verse frente a frente, y tratar de hacer realidad ese amor que lo desbordaba, y que creía correspondido. Sin dilatar más, obtuvo el domicilio de Marta –el que ella nunca le había dado_, y se presentó en su domicilio lleno de expectativas y decido a compartirlo todo, pero al abrirse la puerta del domicilio, una mujer muy nerviosa y distante _Marta de Barne_, saludó como una absoluta desconocida, mientras un vehículo estacionaba en la puerta de la vivienda, y la mujer murmuraba: -es mi esposo, le ruego desaparezca de aquí, que sino, arruinará mi matrimonio…, era solo fantasía…

 

Sucede realmente en este medio, lo que describes,
esos enamoramientos podemos decir clandestinos
pero que realmente llenan el vacío sentimental de los
participantes

Buen relato que saca a la luz algo real en un mundo
real como es la comunicación escrita
pero soportado en bases ilusorias.

GRACIAS por compartir
esta reflexiva historia
de la vida real.​

 

Todo mi agradecimiento por tu presencia. Cálidos saludos

 

Es una realidad que se detecta en todas estas redes, mentir no es bueno, Marta debió ponerse a escribir mientras su esposo llegaba...
Grato leer tu relato que pasa en la vida real.
un abrazo grande

 

Agradezco tu presencia. Abrazos

 

En eso pueden convertirse los mundos paralelos creados sobre inexistentes cimientos.
Muy bueno el relato, y más real de lo que parece serlo.
Un saludo, Glaviana, y un me gusta más grande que internet.