Entre Guarapedos y Guaraputas

Entre Guarapedas y Guaraputas


Para aquellos letrados de la lengua, ajenos a terminologías peyorativas, hacemos una aclaración sobre el rubro que está circulando por nuestro sistema informativo:

En este mundo, el esparcimiento civil es algo cotidiano y preciso para el balance. Cada escaño de la sociedad necesita un desahogo a sus presiones.

Salido de esto y subordinado -desde siempre- al negocio de unos cuantos, se dio difusión libre y soberana a la degustación y paladeo del fruto de la tierra. Entendamos esto como “un trago”

Con el paso del tiempo, entre bulas conquistadas o hurtadas se utilizó el pretexto que inculca la idea de libertad. Una libertad que reside en ejercer, cuando sea, la voluntad de los comerciantes.

Lo que en un principio era una prueba, se transformó. Evolucionó en cuantía.

Ya no es solamente una sutil y delicada neblina sobre las inhibiciones. En donde la camaradería y la comida se departían bajo el pretexto de alguna celebración.

Llegó el punto que ya no fue necesario justificar el “por qué” ni el “para qué”... Ahora se continúa la ingesta de licor hasta convertirlo en una borrachera.

Después de ello... de muchas y repetitivas experiencias ya no es un gusto sino una necesidad social. Al grado de que se sale de una para entrar en otra. Es entonces que la borrachera toma el nombre de “Guarapeda”

Así que vemos una línea de crecimiento:
Un trago para prueba;
Un brindis para compartir;
La búsqueda de oportunidades y pretextos para tomar...
Y finalmente: la necesidad.

Empezó con un catamiento... conocer lo nuevo. Terminó en una borrachera continua que, al verse robustecida, se puede denominar “Guarapeda”

Debemos puntualizar que al desaparecer las inhibiciones se van de la mano las garantías, las seguridades y el libre albedrío, en dónde una persona se ve disminuida en sus decisiones.

Sin menospreciar el oficio más antiguo del mundo que se practica desde alegres hasta tristísimos cuadros, encontramos que una mujer que ejerce su derecho a hacer lo que le venga en gana no cabe en una denominación que cause incomodidad.

Pero... (siempre existe un “pero”) cuando se cae en una conducta que pudiese causar incomodidad con solo recordarla; una situación que le produzca hasta temor y vergüenza, ya que ni se tiene una idea exacta de cómo desapareció parte de su indumentaria... se convierte en una “Guaraputa”.

Es decir... fue utilizada como un objeto por estar bajo los efectos etílicos.

Recordemos que el hombre es un caudal de mala memoria cuando así le conviene. En la mujer es muy diferente ya que tiene una memoria muy desarrollada y se recriminará a sí misma cuando ya es tarde.

En el caso del hombre ni le preocupa... ni quiere pensar en ello.

Entonces... así es como amanece el día de hoy... “Entre Guarapedos y Guaraputas” sin saber cómo llegué al martes... en un departamento que no conozco y un zumbido peculiar en la cabeza.

 

Interesantes líneas – Claro que también cabe la misma observación sobre las “guarapedas” y “guaraputos.” Los miércoles y por supuesto los jueves

 

Un análisis completo de lo que yo llamo “quebraderas humanas” creo que cualquiera que lea un poco se puede sentir identificado con estos Guarapedos o estas Guaraputas, jejeje.


Interesante lectura nos ofreces estimado poeta.

Es un placer pasar.


Un abrazo.