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Ángela Figuera Aymerich

Tema en 'Biblioteca de Poetas consagrados en verso libre' comenzado por lluvia de enero, 16 de Junio de 2015. Respuestas: 3 | Visitas: 1647

  1. lluvia de enero

    lluvia de enero Simplemente mujer

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    Ángela Figuera Aymerich (1902-1984) Escritora española perteneciente a la Poesía desarraigada de la Primera Generación de Postguerra. Poeta, Lic. Filosofía y Letras, catedrática de Lengua y Literatura de Enseñanza Media, bibliotecaria, cuentista. Nace en Bilbao el 30 de octubre de 1902, realiza sus primeros estudios en un colegio de monjas francesas, el Sacre Coeur. Posteriormente inicia el instituto, siendo una de las primeras muchachas que realiza estudios de Bachillerato. Siguió la carrera de Filosofía y Letras en su ciudad natal y en 1932 se trasladó con su familia a Madrid donde finalizaría sus estudios. En 1932 se instala en Huelva donde inicia su labor de educadora como profesora de Lengua y Literatura Española; dos años más tarde se casa en la ciudad andaluza con su primo Julio Figuera. En 1935 tuvo a su primer hijo, que moriría al nacer. Este trágico suceso marcó su vida y su poesía. En julio de 1936 se encontraba en Madrid haciendo un cursillo para la cátedra, cuando tuvo lugar el alzamiento militar que daría paso a la Guerra Civil; para entonces estaba de nuevo embaraza y en diciembre nació su único hijo, llamado Juan Ramón, en homenaje a Juan Ramón Jiménez. Su marido, siendo socialista, se había alistado en un batallón miliciano y luchó a favor de la república, en 1938 fue encarcelado, acusado de ser comunista, hasta que finalizó la guerra. A Ángela le retiraron el título universitario por estar a favor de la república. Esto le traería graves consecuencias, ya que perdió su trabajo y la despojaron de todos sus bienes.
    Poco a poco, consiguió que la situación económica volviese a su cauce. Una vez estabilizada, comenzó a escribir de nuevo. En este contexto, publicó su primer libro de poemas en 1948: Mujer de barro. Este trabajo tuvo muy buena aceptación entre los lectores, lo que le posibilitó seguir publicando. Convirtió la afición en oficio y a lo largo de las décadas siguientes desarrolló una fructífera trayectoria, con uno o más libros publicados al año.
    Su temática, su preocupación, su obra más importante y más extensa está vinculada a las fórmulas y a la expresión poética de la posguerra. Su primera presencia en la poesía española es de amor y de paisaje con cierta influencia de Machado y Juan Ramón Jiménez. En Mujer de barro asume su papel de mujer desde el punto de vista del amor y de la maternidad; Soria pura es una comunicación con la tierra y los alrededores de esa ciudad. Posteriormente, Ángela toma contacto con los poetas sociales y su poesía se compromete en esa línea.
    En los tiempos más duros del Franquismo, cuando la censura utilizaba sus más afiladas tijeras, Ángela, decidió publicar su trabajo en el extranjero, para poder enseñar su poesía en toda su desnudez.
    De este modo, en 1958 publicó en México Belleza cruel, obra que contiene un prólogo muy significativo de León Felipe. Con este libro la escritora quiso dar voz a aquellos que sufrían la represión y que vivían sin esperanzas; ponerse al lado de la persona y ayudarle en su camino para, de este modo, tender puentes entre hermanos.
    Ángela Figuera escribe una poesía social que indudablemente participa de los principios de aquellos poetas a los que ella, en cierto modo, sigue: Gabriel Celaya, Victoriano Crémer, Blas de Otero. Pero hay una particularidad en la poesía de Ángela Figuera que se destaca, y es la ternura y el sentido maternal. Detrás de sus grandes poemas hay una madre atribulada. Esto significa que su poesía tiene emoción, sensibilidad y, sobre todo, amor.
    En 1961, se trasladó a Avilés. Allí le esperaba su marido, que trabajaba como ingeniero en metalurgia. Ese año se publicó en Caracas (Venezuela) el libro Primera antología. Al año siguiente, publicó Toco la tierra. Letanias (Rialp, 1962), tras el cual haría una pausa en su producción literaria, poniendo fin a la periodicidad de sus publicaciones en la última década. Los años siguientes iría alejándose cada vez más del mundo de la literatura.
    Pasaron diecisiete años hasta que escribiese una nueva obra. En 1979, presentó un libro dirigido a los niños. Este sería el último libro que vería publicado: Cuentos tontos para niños listos.
    Enferma del corazón y los pulmones, alejada totalmente de la escritura, falleció en Madrid el 2 de abril de 1984. Dos años más tarde, se publicó Obras Completas, donde se recoge toda su producción literaria, y el libro de poesía infantil Canciones para todo el año.


    Datos biográficos extraídos de: http://www.euskomedia.org/aunamendi/65528



    **************​


    NO QUIERO



    No quiero
    que los besos se paguen
    ni la sangre se venda
    ni se compre la brisa
    ni se alquile el aliento.

    No quiero
    que el trigo se queme y el pan se escatime.

    No quiero
    que haya frío en las casas,
    que haya miedo en las calles,
    que haya rabia en los ojos.

    No quiero
    que en los labios se encierren mentiras,
    que en las arcas se encierren millones,
    que en la cárcel se encierre a los buenos.

    No quiero
    que el labriego trabaje sin agua,
    que el marino navegue sin brújula,
    que en la fábrica no haya azucenas,
    que en la mina no vean la aurora,
    que en la escuela no ría el maestro.
    No quiero
    que las madres no tengan perfumes,
    que las mozas no tengan amores,
    que los padres no tengan tabaco,
    que a los niños le pongan los Reyes
    camisetas de punto y cuadernos.

    No quiero
    que la tierra se parta en porciones,
    que en el mar se establezcan dominios,
    que en el aire se agiten banderas,
    que en los trajes se pongan señales.

    No quiero
    que mi hijo desfile,
    que los hijos de madre desfilen
    con fusil y con muerte en el hombro.

    Qué jamás se disparen fusiles,
    qué jamás se fabriquen fusiles.

    No quiero
    que me manden Fulano y Mengano,
    que me fisgue el vecino de enfrente,
    que me pongan carteles y sellos,
    que decreten lo que es poesía.

    No quiero
    amar en secreto,
    llorar en secreto,
    cantar en secreto.

    No quiero
    que me tapen la boca
    cuando digo "no quiero".


    ****************​


    EL CIELO


    Colegas queridísimos, estetas defensores
    del pájaro y la rosa y el mundo está bien hecho
    etcétera, y cantemos el cielo en primavera,
    porque es azul y estalla de gracia y poesía,
    amigos y enemigos, es cierto, estáis sobrados
    de sólidas razones. Seguir vuestro camino
    acaso lograría salvarme de estas cosas.
    De tantos anatemas comiéndose mis versos.
    Pensándolo, es loable. El cielo azul tan lindo.
    El cielo bondadoso de Dios y de sus ángeles.
    Precioso. Pero amigos, decidme, por los clavos
    de Cristo, por los clavos del hombre, ¿estáis seguros?
    ¿Creéis que un bello cielo nos cubre todavía?
    ¿Aún brilla luminoso sobre el cieno?
    ¿Y sigue siendo azul sobre la sangre?
    Yo, así, lo cantaría con toda unción. Palabra.
    Con versos bien rimados, para dormir tranquila
    sabiendo que tenía mi puesto asegurado
    en las Antologías del Arte más conspicuo.
    Pero es casi imposible. Pues yo no veo el cielo.
    No acierto a verlo, hermanos, desde hace largas fechas.
    Desde hace mucho llanto me falta de los ojos.
    Porque no puede verse vuestro cielo perfecto
    desde un mundo entoldado con las nubes más hoscas.
    Y no puede mirarse con la espalda doblada.
    Ni se goza su lumbre con la nuca partida.
    No puede verse el cielo con el pecho quemado
    en la boca del horno,
    ni se ven sus fulgores con los párpados sucios
    del sudor más espeso,
    ni su luz nos alcanza tanteando en las simas
    de las cuencas mineras,
    ni podemos mirarlo retirando las redes
    con la sal en los ojos.
    No es posible encontrarlo a través de la efigie
    coronada de gloria del tirano sangriento,
    ni se encuentra en las togas de los negros fiscales
    ni en el frío destello de los sables de gala
    en los bellos desfiles,
    ni durmiendo en la iglesia mientras suenan las preces
    por los fieles difuntos.

    No se llega hasta el cielo desde tantas prisiones,
    desde tantos cuarteles con sargentos y piojos,
    desde tantas escuelas con los bancos helados,
    desde tantos lugares con letreros que dicen:
    se prohíbe la entrada.

    No puede verse el cielo desde el fondo del cáncer,
    desde el fondo más hondo del infierno más negro,
    desde el fondo de todos los que están en el fondo,
    los que son tierra sucia que pisáis sin mirarla
    cuando vais extasiados por las líricas nubes.



    ***************
    ÉXODO


    Una mujer corría.
    Jadeaba y corría.
    Tropezaba y corría.
    Con un miedo macizo debajo de las cejas
    y un niño entre los brazos.

    Corría por la tierra que olía a recién muerto.
    Corría por el aire con sabor a trilita.
    Corría por los hombres erizados de encono.

    Miraba a todos lados.
    Quería detenerse.
    Sentarse en un ribazo y con su hijo menudo.
    Sentarse en un ribazo y amamantar en paz.

    Pero no hallaba sitio.
    No encontraba reposo.
    No lograba la pausa sosegada y segura
    que las madres precisan.
    Ese viento apacible que jamás se interpone
    entre el pecho y el labio.

    Buscaba cerca y lejos.
    Buscaba por las calles,
    por los jardines y bajo los tejados,
    en los atrios de las iglesias,
    por los caminos desnudos y carreteras arboladas.
    Buscaba un rincón sin espantos,
    un lugar aseado para colocar una cuna.

    Y corría y corría.
    Dio la vuelta a la tierra.
    Buscando.
    Huyendo.
    Y no encontraba sitio.
    Y seguía corriendo.

    Y el niño sollozaba débilmente.
    Crecía débilmente
    colgado de su carne fatigada.


    *****************​
     
    #1
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  2. LIBRA8

    LIBRA8 Invitado

    El poema "el cielo" me pareció buenísimo. Gracias por traernos esta poeta, desconocida para mí hasta ahora. Un abrazo.
     
    #2
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  3. marea nueva

    marea nueva Poeta veterano en el portal

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    Hace algún tiempo me encontré con su poesia. Gracias por compartir querida lluvia de enero, van un montón de abrazos. GRACIAS!

    Belleza cruel

    por Ángela Figuera Aymerich

    Dadme un espeso corazón de barro,
    dadme unos ojos de diamante enjuto,
    boca de amianto, congeladas venas,
    duras espaldas que acaricie el aire.
    Quiero dormir a gusto cada noche.
    Quiero cantar a estilo de jilguero.

    Quiero vivir y amar sin que me pese
    ese saber y oír y darme cuenta;
    este mirar a diario de hito en hito
    todo el revés atroz de la medalla.
    Quiero reír al sol sin que me asombre
    que este existir de balde, sobreviva,
    con tanta muerte suelta por las calles.

    Quiero cruzar alegre entre la gente
    sin que me cause miedo la mirada
    de los que labran tierra golpe a golpe,
    de los que roen tiempo palmo a palmo,
    de los que llenan pozos gota a gota.

    Porque es lo cierto que me da vergüenza,
    que se me para el pulso y la sonrisa
    cuando contemplo el rostro y el vestido
    de tantos hombres con el mido al hombro,
    de tantos hombres con el hambre a cuestas,
    de tantas frentes con la piel quemada
    por la escondida rabia de la sangre.

    Porque es lo cierto que me asusta verme
    las manos limpias persiguiendo a tontas
    mis mariposas de papel o versos.
    Porque es lo cierto que empecé cantando
    para poner a salvo mis juguetes,
    pero ahora estoy aquí mordiendo el polvo,
    y me confieso y pido a los que pasan
    que me perdonen pronto tantas cosas.

    Que me perdonen esta miel tan dulce
    sobre los labios, y el silencio noble
    de mis almohadas, y mi Dios tan fácil
    y este llorar con arte y preceptiva
    penas de quita y pon prefabricadas.

    Que me perdonen todos este lujo,
    este tremendo lujo de ir hallando
    tanta belleza en tierra, mar y cielo,
    tanta belleza devorada a solas,
    tanta belleza cruel, tanta belleza.
     
    #3
  4. lluvia de enero

    lluvia de enero Simplemente mujer

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    Gracias a ti por estar aquí, Ethel. Y gracias por el poema que aportas, la voz de Ángela es de mis preferidas.

    Abrazote afectuoso y feliz por tu compañía.
     
    #4

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