Luego del existencialismo. Michel Foucault

«Meter a alguien en prisión, encerrarlo, privarle de comida, de calefacción, impedirle salir, hacer el amor… etcétera, ahí está la manifestación del poder más delirante que se pueda imaginar.» Michel Foucault


Durante la segunda mitad del siglo XX se podía leer en casi todos los textos académicos una cita al calce con los datos de la obra en que basaban su argumentación: L ’Enfant terrible de los círculos intelectuales franceses. Historiador de las ideas, psicólogo, teórico social, filósofo, según cita ahora la Wikipedia.

Uno acudía una librería para buscar un libro suyo y preguntaba por un libro sobre X tema de un tal “Fuaucaul”, no faltaba en cliente que se ofrecía de inmediato a proporcionar la pronunciación correcta del nombre: FUKÓ, así como lanzado aliento con saliva al pronuncia el KO, disculpe señor usted no sabe sobre tal libro, no, jamás lo he leído pero se pronuncia FUKÓ. Harina de todos los atoles en su tiempo, heredero plenipotenciario de las glorias de de Sartré en grado sumo, como dirían los que se especializan en dar denominaciones a las preseas. “FUKÓ”. La gloria de la neurona encarnada en un ser. ¿Hubiera sido posible Faucault sin Sartre, sin los enciclopedistas y los pensamientos que cambiaron a tal grado al mundo?, ese Faulcault no, pero hubiera sido posible otro, uno muy sabio pero disertando desde el closed, sin cuestionar quizá los usos del poder para ominar al hombre, a la sociedad, los personajes y la ideas son una continuación del ejercicio del pensar sobre las propias ideas. Hay neuronas que pueden crear tramas y personajes de novelas, pero esa neurona no alcanza para el universo de lo filosófico, ni las neuronas ni el premio nobel de literatura. Eso ahora lo sabe bien Mario Vargas Llosa, quien, apenas aflojando motor del Nobel de literatura modelo 2010, intentó jugar a los arrancones desde su conservadurismo ideológico con la obra del desaparecido Enfant Terrible de la intelectualidad francesa. Alguien prudente le aconsejó que cesara en las descalificaciones so pena de quedar en ridículo, que lo suyo era la novela que se dedicara a vender bien.

Un rápido análisis nos deja ver que muchos de los personajes que transforman a la sociedad son víctimas de alguna manera de ella, Tienen más poder que las muchedumbres que se arrojan a las calles con pancartas y que llaman la atención de los transeúntes sobre muchos aspectos pero casi no de las ideas que muestran sus carteles. Un individuo así abre los espacios del pensamiento desde arriba y hiere los paradigmas de la sociedad obligándola a un cambio.

El hombre, qué es el hombre. ¿El hombre es acción y pensamiento?, y el pensamiento, de quién es el pensamiento. La libertad de expresión en la batalla de todos los días entre gobernantes y gobernados, se ejerce contra cualquier forma del poder, es su bandera. ¿Pero se puede pensar antes de expresar? Con desencanto vemos que muchos hombres cuando hablan, repiten, y no se dan cuenta que repiten. Cuando entrevistan en los grandes medios a ciudadanos comunes se observa el esfuerzo por demostrar que aprendió la tarea, que dice exactamente lo que se debe decir, lo dice ante muchedumbres que están dispuestas a ponerle la estrellita en la frente por ser buen niño, bien portado, que no causa problemas, que no es malo.

¿Y si hablamos de las balas, de los desaparecidos por mal portados, de los que se han atrevido a desafiar el libreto? Hablo de mi país, porque nos faltan 43 jóvenes normalistas que se llevó el estado por atreverse a cuestionar, por no aceptar la miseria del entorno donde viven y reclamar salarios dignos para sus padres jornaleros, derecho a la educación pública para los hijos de las personas de bajos ingresos, de bajos recursos. No reclamaban más que el respeto al pacto social que sustenta la existencia y el compromiso del estado con la sociedad. Fueron desaparecidos y tras su desaparición hay todo una carpa de cinismos y demagogias.

Volvemos a Foulcault (FUKÓ)

«El poder no se oculta, no se enmascara, se muestra como feroz tiranía en los más ínfimos detalles, cínicamente y al mismo tiempo es puro, está enteramente “justificado” puesto que puede formularse en el interior de una moral que enmarca su ejercicio, su brutal tiranía aparece entonces como denominación serena del Bien sobre el Mal, del orden sobre el desorden.»

Más vigente que nunca, Michel Foucault (FU’KÓ) podría sumar a sus tantas especialidades científicas incuestionables, aun sin Nobel, la de profeta. Las convulsiones del libre mercado (neoliberalismo) y sus proyecciones han dejado su huella en todos los países del orbe. El fantasma del tercermundismo amenaza a la Europa del siglo XXI, las leyes mordaza, la desaparición forzada de las voces que ahora hablan por sí mismas. La alianza soterrada de El Estado con la delincuencia organizada (no investida aún como gobierno) para sembrar el terror entre la población civil para evitar que se organice y se defienda, muestran hoy que efectivamente el poder ni se oculta ni se enmascara, y se ha vuelto más cínico.

 

Sigo tu huella con mucho interés, de nuevo te agradezco el acercamiento a este filósofo que me provoca inquietud de aprendizaje sobre sus ideas y su trayectoria.

Y siguen faltando 43...

Un abrazo.

 

Sí
vivos se los llevaron
vivos los queremos.

 

Buen aporte, gracias.