Bitácora del Desastre: Carta 01.

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Hoy volví a beber. Sé que no te extraña, es el fin de semana y los viernes dan para todo, se juntan con el sábado y el domingo. Ando algo jodido con la gripe y me duele un poco la cabeza, acá todo bien. Mi abuela como siempre jodida, mi viejo como siempre en sus cosas, todo el mundo en sus cosas. El trabajo bien, no jode casi, la universidad en sus líos y yo... extrañándote como a nada. No quiero que te sientas mal, sabes que siempre he sido así, desordenado y caótico, las tardes han pasado sin ti como la lluvia sin café, como el despertar sin el cigarro matutino. El barrio anda en sus vueltas, roban como siempre y a pesar de eso no me han robado, gracias a Dios, llevo tu aroma en la memoria, te recreo en los ratos que se mueren por verte. Yo no tengo nada que objetar, la vida es así. Ojalá cuando vuelvas en estos días, yo pueda hablarte de estas cosas, de cómo te haces nube y llovizna, de la perpleja mirada en el espejo cuando me lavo la cara y te rememoro, de las veces que duermo y mi almohada intenta ocupar tu lugar con un éxito nulo, de cómo las tipas morenas en las clases tienen un poquito de ti, o de cómo me encabrona lo lentro que transcurre el tiempo en tu ausencia. Sobrevivo, sí, pero me siento más vivo cuando la negrura de tus pupilas se hacen mi noche. Insisto, no quiero que te sientas mal, la situación nuestra es así, a ratos tú, a ratos yo, y siempre la puta responsabilidad. Ningún manto como tu cuerpo aferrado al mío. Ninguna tarde como la que se te pinta en la sonrisa. Cómo quisiera decirte tantas cosas... tantas, amor. Acá va el reloj a su ritmo, allá tú en la lejanía, acá yo en mis borracheras, mis hojas verdes y blancas de columnas, transistores, hojarascas, tránsito diurno, vespertino y nocturno, acá yo... inmerso en cosas donde no estás. ​

 

Una tarde para recordar, siempre recordar. Encantada de leerte, un abrazo

 

La ausencia del ser amado haciendo estragos en el pensamiento transformados en anhelos y melancolía. Saludos cordiales.

 

Me ha gustado esta carta, plena de la cotidianidad de todo se,r pero con ese toque amoroso con tanta melancolía por quien no esta en los momentos y detalles de la vida misma. Un placer visitarte

 

Sencillo sí, pero con fuertes rasgos de la literatura minimalista. Con esto voy a que esta obra podría encajar perfectamente en el foro realista, obvio, si tendría dicho lugar un espacio para la prosa.

Me gustó leerte, amigo.


Un abrazo.