Están frígidos los edificios

Están frígidos los edificios
pero el sol
ese sol primate y luciérnaga
me da una palmada en los labios
y yo sonrío
pero no tanto

se aleja la gente
por alguna razón no me interesa saber a donde
ni por qué

hay un motor que gasea
una luna rosa en la mejilla de ella
no pretendo robársela
no será mía
no será de nadie
ella se cubre con una bolsa de nylon
y yo escupo sin escupir una porción de yerba húmeda
está todo planeado
está todo subsumido en la nostalgia barata de los días

no resisto
no quiero esto ni aquello que no tengo
miré una avioneta por la ventana
miré mis manos
le puse una manta a la ventana donde recién entraba el sol
y después me lave la cara
varias veces.

 

anda, pues en toda la ristra te vuelvo a encontrar, jeje... Hubo o hay (no he visto más letras suyas) una joven poeta a la cual no pude hacer un solo comentario por la inocencia y casi grito de las letras, magnificas, intocables. Muy lejos de las diarias, por supuesto. Pues eso, me pasa parecido contigo. En sus diferencias. ¿Escapan al oído? En todo caso, de pisar, de ley y vida. Gracias.

 

Si tengo la ristra alquilada. Pero tengo mis momentos de silencio. Son días. Y son los mejores... Mientas no diga nada mejor. Eso de escribir todo acá me provoca cierto arrepentimiento, desde lo poético hablo. Creo uno debe trabajar cada verso. Volverse un poco obsesivo. Y yo solo suelto asi no mas. Como si nada. ES una falta de respeto de mi parte, Lo entiendo. pero tambien me deben entender.

Saludos y mil gracias. O más quizá.

 

Admirable la inspiración maravillosa de la poesía divina.