Terra nostra

Hoy se suman las olas.
Las detengo en la mirada
Que se junta
A la sombra que grita.
La ola también grita
Se asemeja a la contricción de un
Mal caminante
A la locura de la rama esperando
Un pájaro
Un sueño colgando con su barba.
Aviso del camino con todas sus expresiones
Metiéndose en tu olfato.
Si un hombre y una mujer
Se juntan con pasos a destiempo
En las tribulaciones de las olas
Quizá
Han olido el amor vibrando el tímpano
Pero no saben de que camino viene.
Olas que rompen tiritando el alma.
Hoy doblo la nada para metérmela
En el bolsillo
Avanzar
Siguiendo a las piedras...

 

Las caritas felices son tan refrescantes... Gracias Romy por tu visita quiñándo el ojo.

 

Inmenso placer disfrutar de un buen poema.

 

cuando un sonido nos llama, ¿el ruido ya esta en alerta?, algo así me pareció. Me encantó, marquelo. Saludos.

 

Admirable la inspiración maravillosa de la poesía divina.

 

Me pareció que hablabas de anhelos, de historias que no voy a llamar imposibles pero que simplemente no ocurrieron, de mantenerse en pie a pesar del vacío que a veces nos acompaña. Incluso en la profunda tristeza que me transmite el poema capto una esperanza indestructible que sigue moviendo esos pasos para seguir avanzando, porque viniendo de ti, no me creo que sigas avanzando solo por pura rutina.

 

Como siempre dando en el clavo amigo Álvaro. Cuidate. Un abrazo. Que todo te salga bonito en diciembre.