Ahí estabas tú.

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Como la Luna de Octubre
el rumor indistinto de tu cabello
se apoderó del aire
(yo lo sentía como revólver
al penetrar en mi boca entreabierta soltando su carga de plomo
haciendo explotar
mi cabeza en mil pedazos);
apenas mis desorbitados ojos
dilucidaban el paisaje:

Tu cuerpo
elevado por tensores de acero
tan ceñidos a tus muñecas
que se fundían en un doloroso
beso carmesí...
¡Sangre!
líquido vital
escurría de tu cuello
abierto de par en par,
descendiendo con solemnidad
por las escarpadas cumbres de tus senos
(ahí justamente estaba ella
lamiendo, chupando y mordiendo
con hambre voraz
digna de una Súcubo infernal).
Ahí estabas tú
siendo devorada lentamente,
con tus ojos en blanco
que entre tus alarido
se encontraron con los míos
enjugados en lágrimas negras
de una espantosa pesadilla.



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Incitante escrito... esa imagen se apodero rápidamente de mi mente y hasta pudiera admitir que pude saborear el aroma de la sangre...

 

Celebro que mis letras sean de su agrado, un saludo desde mi Turbio Lago.

 

Pequeñas historias desde las sombras vertidas en versos... Fascinante.

 

Gracias por asomarse, luego regreso el gesto.

 

La belleza divina del sobresaliente arte emocionante.
Jorge Lemoine y Bosshardt, "Estrella Máxima" de Mundo Poesía.

 

Fabuloso. Aplausos.

 

Me halga, gracias por el tiempo

 

MUY BELLO, ABRAZOS NESBITH.