El verano

El verano anda incendiando las calles
y en las veredas los árboles
no dan a basto para vestirlas enteras
con las hojas,
que en sus brazos ayer,
les zurció la primavera.

La sombra se les escapa de las ramas
y no alcanza a cubrir
la desnudez de las baldosas
que reposan sin querer, bajo el sol.

Es la hora de la siesta y la ciudad
se presta para no estar,
para quedarse a buscar aire
mientras un suspiro emigra de los labios
como un ave que se sabe frágil y pequeña.

Es verano y el deseo anda incendiando mis dedos
se adueña de los versos que no pensaba decir
y los deja a la sombra de tus frondosas pestañas.
Vos los leés a tu antojo y a mí no me alcanzan
las palabras, para cubrirme, la desnudez del alma.

 

Bello, bello decir, Malena. Un gusto de lectura realmente. Una pintura veraniega que entibiará hasta el invierno. Saludos.

 

Ay gracias por apreciarla Juan, escribo mucho pero en poesías como ésta es donde más me encuentro, no sé si me explico.
Un abrazo poeta.

 

Admirable la inspiración maravillosa de la poesía divina.
Jorge Lemoine y Bosshardt, "Estrella Máxima" de Mundo Poesía.

 

Mil gracias Jorge.
Un abrazo.

 

Estimada Malena:

Muy hermoso poema y bien llevado de principio a fin.

¡Un gusto leerte!

Saludos cordiales

 

Gracias compañero, llego tarde pero llego.
Saludos cordiales.

 

Que bonito este verano que nos pintas en tus versos, el final es profundo, original y talentoso, yo pensaba que la siesta era una costumbre muy española pero ya veo que la practicaís por aquellas hermosas tierras, deseo que venga el verano por aquí, estamos sufriendo un invierno muy frío y Paquito anda un poco desaparecido. Tus recursos poéticos son maravillosos, siempre me emociono con tus poemas, si, ya te lo he dicho alguna vez pero es que no puedo evitarlo querida Malena. Pues nada, a disfrutar del verano encontrando versos tan bellos como estos. Un abrazote un poco nevado, es lo que hay por aquí, para ti. Paco.