Capítulo 1: La persecusión

Soy un fantasma de lo que era. Me siento como si me hubieran rajado de arriba abajo. Sigo una senda oscura bajo la tenue luz del astro lunar. Las ramas me arañan cual garras endemoniadas de mil demonios,rasgando mis ropas e inyectando su infecta podredumbre sobre mis heridas ya abiertas. Sin embargo sigo corriendo pues no me queda otro camino .

A mis espaldas oigo el repiquetear de cascos contra la piedra. Voces semi infernales se intercalan con los relinchos de los caballos.

Corro todo lo que me permiten las heridas, a mis espaldas la muerte cabalga sedienta de sangre.

A mi alrdedor dos hileras de pinos me rodean, impenetrables, parecen sonreirme en la oscuridad, abrazados los unos a los otros como disfrutando del espectaculo.

Tras unos minutos de huida los cascos paran de golpear. A mi espalda oigo gritos de desesperación.Aprovecho el estruendo para esconderme detrás de unos arboles. Parece que el sendero es muy estrecho para los caballos. Los oigo discutir en una extraña lengua y al escucharlos descabalgar no puedo evitar dejar que me caigan lagrimas de angustia. Por un instante se me ocurre pensar que dudan sobre que camino seguir. Luego silencio. Intento reprimir mi terror pero de repente un conejo inicia una carrera a mis espaldas y no puedo evitar gritar. De nuevo oigo risas sádicas y el golpetear de cientos de pies en mi dirección. Preso del pánico retomo la carrera.

Durante varios minutos interminables huyo en la oscuridad seguido de seres que desconozco. Aunque solo miro el río, a mis espaldas siento el aliento gélido de los muertos que me persiguen.

FInalmente juntando mis últimas fuerzas me lanzo al torrente, que me acoje con sus brazos y me aleja de mi pesadilla. Me aferro a un tablón de madera y antes de desmayarme miró a la orilla.

De entre los pinos una procesión de espectros me acuchilla con la mirada. Algunos hacen el esfuerzo de seguir la corriente y encaramarse a los pinos mas altos, para observarme mas tiempo, sin embargo poco a poco la corriente los aleja de mi alcance. Luego mi cuerpo cede al cansancio y todo desaparece.

 

Agónico e intenso, me encanta... Felicidades