El cajón de los recuerdos

En la carta pedía disculpas por su conducta y solicitaba el perdón de su hermano. Decía sentirse profundamente arrepentido, no solo por el último exabrupto sino también por sus actitudes y conductas del pasado.
Reconocía que la codicia lo había cegado y lo había llevado por caminos de indolencia y egoismo.
Se comprometía a tratar de enmendar todas sus faltas, comenzando de inmediato por los daños económicos.
Decía estar dispuesto a todo con tal de recuperar su respeto y, con el tiempo, el cariño perdido.
Proponía concretar un encuentro de reconciliación, para lo cual estaba dispuesto a viajar, pese a su terror a los aviones.
El sobre también contenía un certificado con los datos de una cuenta bancaria a nombre de mi padre y una nota manuscrita con un resumen de cuentas e intereses al que se le adicionaba un monto con el concepto de "reparación simbólica". Ese monto adicional era sorprendentemente alto en comparación con la suma original.
Había pasado tanto tiempo de todo eso...
La carta estaba fechada hacía quince años, su tío había muerto hacía diez, y su padre, que acababa de morir, había guardado la carta sin abrir.

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Fernando M. Sassone
(AKA PQR)
blog.singularidad.org

 

¡Qué interesante trabajo! Las incongruencias de la vida. Un placer leer tu prosa y dejar mis saludos cordiales.

 

Gracias por valorarlo! y por comentar...

 

¡Cuánto bien o mal nos hace el pasado! ¡Qué glorioso es el futuro y su infinito misterio! Empero, es el hoy el que nos da los "matices" por los cuales reímos o lloramos del ayer, y por los cuales salimos de frente al encuentro del mañana o nos escondemos tímidos de él. Me gustó mucho tu prosa. Saludos desde El Salvador.

 

Gracias, muchas gracias por tan lindo comentario.

Con tal comenario no puedo menos que invitarte a leer mis otros cuentos... hay muchos micros...


Abrazo!

 

Muchas gracias Edwin!!!!
tus reflexiones sobre el pasar del tiempo me inspiran para otro cuento... me gustó eso del infinitio misterio del futuro...

Abrazo

 

Muy interesante el texto, provoca reflexión sobre los rencores, el dolor, el perdón, la culpa... Al hacer uso de la primera persona me ha confundido obligando a releer con mucha atención comenzando por el final y bueno, ese toque le da más fuerza a la historia. Buena prosa Fernando. Felicidades!!

Palmira

 

Qué bueno que te haya resultado interesante... Me alegra mucho... ya me había olvidado de este cuento...

 

Creo que en la vida uno deja pasar muchas oportunidades de perdonar...
Tengo un amigo que conozco desde los 5 años, él era un año más grande que yo, pero fuimos a la misma escuela, mismo grupo de amigos, nuestros padres eran amigos, vacacionabamos juntos, luego fuimos juntos a la universidad y luego fundamos una empresa juntos... en los roces de trabajo terminamos peleados... dejamos de hablarnos en 1997. En 2002 me lo encontré en un restaurant y fui a saludarlo, le dije que nos debíamos una conversación y le pregunté cuando nos ibamos a dar ese tiempo. "Nunca", me respondió... me di media vuelta y me fui....
En 2014 me lo encontré en una reunión de ex alumnos, me trató bien, pero con una cordialidad extraña.
Hace 1 semana me lo encontré otra vez... me trató como si nada hubiera pasado...
Es extraña la gente... Supongo que alguna vez hablaremos....

 

Supongo que la vida le habrá ido dando motivos para valorar más..., aunque aún no esté preparado para el perdón.
Es mi opinión personal pero, yo creo que ésto que nos ha sido dado, la existencia, es demasiado breve para que el rencor nos reste disfrute y paz interior.
Hay quien prefiere mantener ese flanco abierto y no le afecta lo más mínimo. Eso es la diversidad.

Puede que no sean vuestros hijos los que repitan la historia que nos narras, quien sabe...

 

Fernando, muy buena tu prosa, sobre todo porque el final es sorprendente....Así son las ironías de la vida... .me gustó. Felicito tus letras y te dejo mi cordial saludo.

 

Demasiado tarde. Deberíamos vivir dos veces para rectificar los errores.

Buen relato. Salud y ventura.

 

Palmira, qué sabio eso de que la existencia es demasiado bree como para el rencor... me lo apunto para tenerlo en cuenta.

Con respecto a lo de los hijos... resulta que hace un mes, llevé a mi hijo Marco al grupo de exploradores al que fui de joven, y al que mi ex-amigo también fue... y él es ahora el jefe de grupo... Me recibió de lo más bien, y anoté a mi hijo, que ahora está en un grupo con el hijo de él... no se si se harán amigos, pero quién sabe...
Recordé además que mi mejor amigo de la infancia, era hijo de un amigo de mi padre con el que estaban distanciados, nuestra amistad volvió a reunirlos y terminaron juntos hasta la muerte de mi padre, y luego él fue uno de los unicos amigos de mi padres que nos acompañó en todas las penurias que suguieron.

 

Muchas gracias Ingrid por tu comenario y apreciación. Me llena de ánimo. Recién leí otra vez el relato y me pareció que está bueno... es conciso y directo, ahora también me gusta a mí. jaja

 

Así es amigo mío... el mundo está lleno de impenitentes e indolentes, que se arruinan la vida ellos mismos y a los demás por no perdonar.