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La calamidad del itifálico

Tema en 'Poesía realista (sin premios)' comenzado por Lucevelio, 20 de Octubre de 2016. Respuestas: 2 | Visitas: 667

  1. Lucevelio

    Lucevelio Surrealismo, realismo, terror. Miembro del Equipo Moderadores Moderador enseñante

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    Género:
    Hombre


    DESDE hace varias madrugadas —ya he perdido
    cuántas vienen siendo— he despertado
    con una itifalia fuera de tiempo.
    Al intentar voltearme de espalda, para caer de frente al colchón,
    me hace incomodar la entrepierna.
    No es que me queje de tenerla, para nada,
    porque más que malestar, la veo como una bendición.
    Pero ¿de qué me sirve tener el güevo tieso
    sin tomar una vagina húmeda y febril para penetrar?
    Y no es porque me sea difícil conquistar a una mujer para mis brazos,
    nada más falso que eso,
    puedo seducir a cualquiera y poseerla.
    Una rubia, por ejemplo, o una negra, o una morena de un culo rollizo.
    Pero a estas alturas de mi vida le huyo al compromiso que genera una relación.
    No quiero ahogarme en responsabilidades que demanda el amor,
    es suficiente estrangulación mis impagos con el banco
    y no quiero más razones para otra neurosis.
    Además, el solo imaginarme el abrir los ojos y ver a la misma mujer de la noche previa, eso me descompone espiritualmente.
    A estas alturas me conformo con animarme con una ramera,
    que dicho sea de paso, este tipo de hembras tienen la disposición
    de ofrecer cualquiera de sus hoyos para descargarte en ellos
    a placer, luego de cautivarlas —permítanme el eufemismo— con un
    breve paseo, sin el paradigma recurrente de los encuentros interpersonales.
    Disponer de unos cuantos billetes para fornicar, y acabada la jodienda,
    cada uno por su lado:
    Ella a su esquina, yo relajado.
    Usualmente, las mujeres que más frecuento—mea culpa—,
    temen dilatar con facilidad sus carnes,
    quizá porque la mayoría,
    de creencia conservadora y medrosa, le asquea la lujuria áspera,
    y solo se satisfacen con la penetración vaginal
    —que en lo personal, es un hábito crónico—, mientras
    le arrojan el resuello al rostro empapado de sudor.
    ¿Masturbarme? ¿Es para mí una opción? Acaso ¿no escapo de las provocaciones
    de la carne para desahogarme de ese modo tan pueril?
    ¡Qué vaina! ¡Qué más! Me tocará pararme, buscar en la gaveta
    el último habano que me queda.
    No tenía estipulado
    terminar la madrugada con insomnio, teniendo de testigo a la luna
    mientras me sacudo la mano hasta el relax.


     
    #1
    Última modificación: 13 de Diciembre de 2016
    A homo-adictus le gusta esto.
  2. nesbith

    nesbith EL MONSTRUO DEL LAGO.

    Se incorporó:
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    Pues sí el calambre es el calambre y ése no perdona, feliz sacudida.
     
    #2
    A Lucevelio le gusta esto.
  3. Lucevelio

    Lucevelio Surrealismo, realismo, terror. Miembro del Equipo Moderadores Moderador enseñante

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    Intentando algo con el Realismo Sucio. Gracias por pasar.
     
    #3

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