Dos agujeros y Van Gogh

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Dos agujeros y Van Gogh



Sentado en su escritorio, puso el extremo del frío tubo de metal en su sien derecha y apretó el gatillo. La bala taladró el cráneo, atravesó limpiamente el cerebro por entre las neuronas, allí donde se dice que el alma habita y, tras hacer otro agujero en la sien izquierda, fue a incrustarse en la venda que cubre la oreja de Van Gogh en una reproducción del cuadro del pintor que pendía de la pared, mientras el alma se iba derramando por sendos agujeros.

 

Los agujeros donde la medusa no asusta a nadie, pero si las gárgolas vigilan para evitar la muerte del artista. Encantos de letras extremas.

 

Microrrelato escrito, a mi juicio, con buen desarrollo, y excelentes sintaxis y semántica. Técnicamente, perfecto.
El contenido es estremecedor, sobre todo, en la frase final de cierre, sí, estremece el cierre. Me evocas a un espíritu atormentado y atrapado en un delirio, el de sentirse UNO con Van Gogh.
Un fuerte abrazo, querido amigo.

 

Pues por original que no quede. Felicitaciones y sí, eso es un micro.

juan fozara.

 

En una perfecta sincronización, nos muestras un relato de un suicidio con una dosis de comicidad por la coincidencia del disparo en el cuadro.
Un placer pasar a leer y dejar mis saludos cordiales.