pequeña oda a daniel ortega

pequeña oda a daniel ortega

en esta ciudad
daniel ortega está en todas partes.
está en los rótulos gigantes que todo lo miran
en cada esquina
en cada avenida
está en los millones de volantes pegados
a los postes de luz
con su cara alegremente impresa sobre el papel edulcorado
-uno piensa que el amor es un origami-
está en cada árbol, en cada manta

en cada toldo que la gente coloca para protegerse del sol;
en cada onda de radio
y en cada retransmisión.
porque daniel ortega está en la música.
daniel ortega está en los colores.
daniel ortega, en el amor.
está en las casas con vanguardia de velitas y novenarios

y está en las catedrales fósiles de un período precámbrico centroamericano
que aún resisten a las grietas.
en esta ciudad
daniel ortega está en las carretas
y daniel ortega es una carreta
que admiramos y conocemos
que nos transporta kalshnikovs.
está en los camiones que se van comiendo

el cerro
en nombre de la Virgen y de los santos,
porque mi Amor: esta es la ciudad de los santos.

esta es la ciudad de las grietas.
pues daniel está en el borracho
que se desploma sobre la calle
como relámpago en medio de la tormenta
y también en el hijo de puta que se mea
en las esquinas de todas las casas de los barrios
en la Zona de los Zombras.

daniel ortega está en las estrellas, alumbrando la noche
(la más brillante del espacio desde las seis y media de la tarde).
es el insecticida que se quema en una botella
alumbrando la noche
como los faros que brillan avanzando hacia la oscuridad.
en esta ciudad

daniel ortega está en todas partes.
y todas las partes son daniel ortega
reunidas en un solo lugar
a la manera de las estatuas de los dioses.
a esta hora la media calle nos cae encima
como un cerro que se viene boca abajo
como un borracho
como una bomba de positrones
que explota en unos celos que matan.
los niños son daniel ortega
bailando mojados bajo la ropa lavada
que nunca se va a terminar de secar.

 

La pena es que ningún individuo de esta calaña debería ser el protagonista ni servir de inspiración para un poema, pero es lo que hay. Todos los dictadores crónicos y aprendices de dioses pretenden colarse en cada molécula de aire que se respira en su "reino". El pueblo debe ponerles en su verdadero sitio. Buenos versos Orees. Un abrazo amigo.

 

decía robert duvall, en esa obra de arte que es apocalipsis now, en cuclillas sobre la arena de la playa mientras el fuego se expandía por la selva:

amo el olor del napalm por la mañana.

así también en ciertos lugares, se ama el olor de la autocracia por la mañana. Se ama, y es un amor que nace de la ignorancia ingenua, aunque también del caciquismo de toda la vida.

ortega es el gran hermano.

y la verdad es que buena parte de centroamérica vive en 1984. Lamentablemente, no el 1984 de nuestra línea temporal, sino... sino el de george orwell.

mañana, tras un paripé montado el año pasado, ortega firma el papelito que lo revalida como cogobernante por otro lustro (el otro cogobernante es nada menos que su mujer). Con barcos de guerra rusos anclados en los puertos, y putin más poderoso que nunca, las perspectivas de permanecer de por vida en el poder le son más que favorables.

la historia de centroamérica sin embargo, no le garantiza nada...

un abrazo luis.

 

Unas oda no puede suscitarse a una sola persona como una corriente filosófica no puede nutriste de un único filosofo. inconexión blandida en el mas ameno enfasis politico que denosta el respeto del poeta hacia un dictador mas no puede referirse a el como oda poética. Mas bien como adulador de la imagen inconexa

 

Vaya poema que le dedicas a este desgraciado estimado Orees, este tipo es repugnante. Y pensar que su hijastra lo acusó de abusarla sexualmente y sea este hp el presidente de Nicaragua; un abrazo Orees

 

Me has emocionado.... hasta el intento de arrancarme los ojos para no leer ese nombre. (Luego pensé con las cuencas vacías, que igual podría oírlo, así que me dejé los ojos en su sitio).

 

la tiranía de ortega es sin lugar a dudas repugnante. Oficialmente ya el sátrapa que mayor tiempo ha pasado sentado en el trono del reino de nicaragua desde la desintegración de la federación centroamericana, pero es que si nos remontamos a los tres siglos de presencia española, e incluso, a los reinos niquiranos, nagrandanos y chorotegas probablemente no encontraremos demasiados ejemplos de reinados tan longevos...

en efecto, ortega es un hijo de la gran puta.

su actual gobierno, sin embargo, para nada tiene que ver con la izquierda o el comunismo. El gobierno de ortega, que rige el país en alianza con la oligarquía más rancia que uno se pueda imaginar, es un extraño engendro que mezcla populismo, nacionalismo, autoritarismo, partido único, religión, esoterismo, fanatismo y un montón de pendejadas más.

un gobierno en la línea de los grandes populismos iberoamericanos de los 50's, aderezado con un topping bolivariano para confundir a los pendejos.

en los últimos días me he preguntado si de verdad es posible la democracia en un país como éste, donde en realidad jamás ha existido democracia alguna. El intento más loable, el de los 90's, terminó degenerando en el regreso de ortega.

¿pedir democracia en el reino de nicaragua es como pedir democracia en rusia o china?

no, en lo absoluto.

en centroamérica existen los antecedentes necesarios donde encontrar nuestra identidad democrática. Morazán y la república federal de centroamérica constituyen, y deberían de constituir en la mente de todos los centroamericanos, el camino necesario hacia una democracia.

 

ah, lo que hemos tenido que aguantar, dragón. Recuerdo aquellos concilios chavistas con el mismo capo mayor chávez, ortega, correa, evo, mel zelaya comandante vaquero y hasta el degenerado obispo lugo (el que dejaba hijos regados por todo paraguay), donde al sintonizar el canal uno parecía estar observando el legendario show de comedia venezolano Bienvenidos.

parece que poco a poco se acaba aquel lamentable espectáculo.

 

Totalmente de acuerdo , un tipo sin escrúpulos. Tuve la dicha de conocer a dicha mujer y hasta ha sudo exiliada del país por culpa del susodicho. Increíble lo nefasto que puede ser