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Niquita - Historia de un amor

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Abrahám Emilio, 30 de Mayo de 2017. Respuestas: 10 | Visitas: 741

  1. Abrahám Emilio

    Abrahám Emilio Emilio.

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    - ¡Despierta Emi! – se oía una voz insistente.

    - ¿Qué sucede? – preguntaba Emilio todavía sonámbulo y con algo de cefalea.

    - ¡Despierta hijo!, son las 9 de la mañana – insistía con una voz dulce.

    - ¿para qué me voy a levantar a las 9 de la madrugada?

    - ¡Ya!... ¡no seas gracioso!

    - Está bien mamá, solo déjame dormir un ratito más, te prometo que un santiamén me levanto de la cama y la tiendo. Ok.

    - Está bien hijo, sé que tienes sueño la fiesta de ayer fue grandiosa y nos quedamos hasta las 5.

    - Si ya lo ves, tú misma lo dices – respondió Emilio balbuceando con un suave bostezo.

    Dormía Emilio tras la anochecida de la fiesta de su promoción; su cuarto era un desorden de lo cual cualquier empleada que lo viera huiría de espanto, la mesa de noche estaba lleno de polvo, los cuadros de cantantes no se salvaban de ello mismo y una luz fuerte entraba en medio de la cortina cerrada y reflejada como un haz de oro al florero de loza puesto dentro de un librero. Era tiempo de limpiar ese desorden por lo alborotado que estuvo muchos días y ansioso por su fiesta soñada, mientras dormía soltaba una carcajada y se encogía poco a poco por el frío que sentía a pesar del calor inmenso que hacía, una especie de escalofrío y gozo recorría por sus venas y su cuerpo temblaba en una calidez del cual le hacía hacer sonido de alegría contenida.

    Era el día 21 de diciembre del año 1985, Emilio había terminado la primaria y era el inicio de una nueva etapa de su vida, lo que nunca pudo imaginar es que muy pronto su vida daría un giro de melancolía que lo marcaría de por vida pero nacería un amor que aquel momento jamás lo pensaría y su fama de alumno común daría por terminado y que la poesía seria lo que más amaría por el resto de su vida y que la chica que nunca le gustó llegaría a ser su inspiración de vida.

    Emilio era de contextura como su suele decir normal, ojos castaños, tez clara, cabellera lacia negra, una sonrisa amigable; solía inundarle cierto grado de timidez de rato en rato, siempre demostraba algo de orgullo y no dejaba que se burlaran de él, por momento se sentía narciso y otras una mansa paloma y muchas otras cosas que con el pasar de los escritos iremos describiendo.

    El mismo día en la noche fue la fiesta de promoción de Emilio, fue divertido, pero a pesar de aquello, nuestro joven deseaba bailar con Josefina Cuevas, ya que fue la persona de quien tanto admiraba y sentía que era el único y verdadero amor y que quizás nunca en su existencia conocería a una dama como ella… lastimosamente los seres humanos cometemos errores y fue un pensamiento erróneo dado que en el momento uno no se percata de tal.

    -¡Qué bello es esta fiesta! – Meditaba Emilio - lástima que no haya asistido Anselmo, mi mejor amigo, se lo dije pero como es un antisocial no quiso venir, seguro estará durmiendo o jugando con los videojuegos, o ¿habrá repetido el curso alguno y de castigo no lo habrán dejado venir? ¡Ay, no tengo ni la más mínima idea!

    Miraba los decorados de globos blancos y azules aludiendo a las nubes, sonreía a su profesora Renata pero Josefina no aparecía.

    -¿Qué habrá pasado? – se preguntaba – solo por ella yo vine hasta aquí, no me importa si ponen mi canción favorita, o si viene mi pataza Anselmo ese loco que si le corto el brazo igual está de buen humor.

    - “¡Em!, ¡Emi!, ¡Emilio!” – sonaba una repentina voz que interrumpía sus pensamientos como un coro de lamentaciones.

    - ¿Quién es? – interrogaba Emilio con cierta carga de mal humor por la repetición constante, miraba girando su cabeza a los cuatro puntos cardinales.

    - ¡Por aquí! – una silueta negra se aparecía en medio de dos personas a las cuales pedía permiso para pasar.

    -¡Ah!… Laura dime ¿para qué me llamas?

    - Lo que sucede es que te veo triste – creyendo que ya había descubierto su secreto y viéndose acorralado le respondió: - yo triste y ¿Cuál es el motivo para que lo dices?

    - No lo sé... – Laura tomó una pausa y le preguntó algo ansiosa y sonrojada – entonces eh, eh...Ay, ay, ay,… ¿quieres bailar conmigo?

    -Laura, Laura no, – Emilio suspiró y se vio comprometido – no se bailar, lamento decirte que no me siento de humor porque yo espero a Jo….- se dio cuenta de lo que iba a contestar.

    - jajá lo sé – Laura, algo burlona – ¡esperas a Josefina!

    - ¿Qué hablas? – Emilio sonrojado y ocultando sus sentimientos y tratando de no hacerlo notorio – piensa bien lo que dices

    - Ya, Emi toda la promoción sabe que estás enfermamente enamorado de Josefina

    - ¿Y por qué dices eso? ¿Qué pruebas tienes? ¿O me has visto algo?

    - Ah tontito, mira pues, tú eres el único que siempre está detrás de ella… buscas la manera de hacerla reír con tus chistes, te pones nervioso y cuando los alumnos te dicen que te gusta ella tú te ruborizas y más, con esto te digo todo y te pudiera decir más, pero la música de la fiesta no me deja hablar claro.

    - ¿Qué dijiste, Laura?, perdón, no te escuche nada de nada, debe ser por la fiesta o no sé.

    - sí, sí, si yo te creo pues, hazte el tonto – Laura le respondió mofándose de Emilio.

    - De veras, no te oí.

    - Emilio, un favor acompáñame a mi casa, lo que sucede es que mis papás no me han podido acompañar y además he bebido bastante sangría y tú sabes, no puedo ir sola por la calle, me pueden asaltar o robar, acompáñame pues, ya.

    - Como gustes Laurita, para que luego no digas que soy malo – tomándola del brazo Emilio la sacaba de la fiesta a su amiga de clases.

    Como nunca falta el instinto de la palomillada se escuchaban voces “bien Em”, “estas saliendo con Laura”, “qué bien que te lo tenias guardado”

    - No, solo la acompaño a su casa en la puerta y regreso, no sean malpensados, además ella solo es mi amiga.

    - ¿Quién te va a creer eso? – preguntaba Adrián quien bailaba con su pareja.

    - ¿Qué te sucede? ¿Estás celoso? – Con gesto serio calló Adrian

    - ¡Ya chicos basta!- interrumpía Laura en defensa suya – solo me está acompañando a mi casa eso es todo o si quieren acompáñenme todos a mi casa y hagan algo por esta futura señorita.

    Los dos chicos caminaban por la calle y pasaban por el parque; Laura pidió permiso para sentarse un momento, su pretexto era que le dolía los pies de tanto caminar y se sentía mareada

    -Escúchame Emilito – con voz de persona libre de alcohol

    - ¿Qué no estás ebria? – alelado y con gesto de ser engañado, Emilio se sorprendió.

    -No, eso lo fingí, lo que sucede es esto y escúchame – poniéndose seria –, el día de mañana me voy a otro lugar a vivir y no quiero hacer esto antes de decirte todo lo que debí hacerlo antes y no esperar este último momento.

    - ¿Qué sucede?

    - Emi yo te quiero, si como lo oyes me gustas mucho desde cuarto de primaria, pero tú quieres tanto a Josefina, adoro tus chistecitos, tu forma de ser tan original.

    - Laurita, tú no me quieres, solo te simpatizo, y qué raro, yo siempre pensé que los hombres éramos los únicos que nos declarábamos. Pero te apuesto que este viaje te hará bien y te voy a extrañar, no te olvides de escribirme y lo peor que no podré visitarte, ¡qué cólera!; no confundas lo que sientes por mí, yo te comprendo, porque yo quiero tanto a Josefina… bueno como amigo.

    Mientras Laura pronunciaba aquellas palabras, Emilio dejaba volar su mente y suplantaba el rostro de Laura por Josefina, preguntándose el por qué la chica de quien sentía aquel virus del amor no le decía esas cosas.

    - ¿Sabes una cosa?, me hizo bien hablar contigo, ahora veo que detrás de ese niño pícaro hay un Emilio que piensa como un hombre hecho y derecho.

    - Ni creas, yo soy inmaduro ahora que amanezca tengo que jugar con mis trompos y afinar mi puntería con las bolitas.

    - Jajá ay Emilio, siempre me haces reír.

    - Y eso que no soy cómico

    - Laura ¿Qué hora serán?

    - Las 11 de la noche – mirando su reloj de pulsera - ¿para qué me preguntas eso?

    - Es que… bueno es solo por saber nomás.

    - Jajá lo que pasa es que estás esperando a Josefina y te muevas ansioso como si quisieras ir al baño, ¿no?

    - Bueno – Emilio, al verse descubierto – no lo puedo negar. Si espero a ella misma.

    - Em no te engañes a ella no le gustas, ¿te cuento un secreto?

    - ¿Cuál pues? – preguntó algo serio

    - Josefina, no te quiere, a ella le gusta mi primo Esteban.

    - Ya pues, no inventes cosas, ella me quiere sino que no se ha dado cuenta – Emilio dijo confiado y con gesto de haber lamido limón

    - Ay Emilio no quiero que te enojes y que te pelees conmigo; mejor sigamos caminando, falta poco para llegar a mi casa

    - La verdad que nunca me molestaría contigo, a pesar de ser bullera me caes bien, y sí, sigamos caminando.

    Solo faltaban pocas cuadras para llegar, era de noche más oscuros que otros días y daban la sensación de que iba a llover, efectivamente como dijo Laura; a escasos minutos para llegar estaban dos chicos de los que dan mal aspecto a la sociedad, Emilio temblaba pensando que podían causarle algún daño o percance, pero en eso se apareció un conocido que los saludo a ambos y los latidos acelerados disminuyeron. Llegaron a la casa sano y salvo.

    Laura con un rostro casi de velorio le dijo a Emilio que lo iba a extrañar mucho y se puso a llorar.

    - No llores Laurita – consolándola – yo también te extrañare mucho, hay gente que se va y otra viene; así es, siempre algo nos separa, sino es la muerte, es el tiempo o las mismas circunstancias, ay ya parezco mi papá hablando así.

    - Tienes razón – Laura afirmó con algunas lagrimillas – todo cambio es para bien.

    Emilio le dio un abrazo tan fuerte que puedo sentir los latidos de ella y el latir al unisonó, era aquel cariño inocente de una amistad que digamos, que tal vez nunca se volverían a encontrar.

    - Amigo, ¡¡te quiero!!... I love you Emily

    - ¡¡y yo te quiero más!!, te quiero pero no sé inglés… je, je, jjee.

    Laura alzó su cabeza y Emiliio también con los ojos cristalizados por la congoja que pudo sentir y entender que quizás nunca más la volvería a ver, la miró directamente a los ojos. Pudo leer perfectamente el lenguaje de una palabra que resume la vida en su totalidad y que sirvió a muchos poetas y cantantes a inspirarse: EL AMOR.

    Se dejaron llevar por el momento y acto seguido sin darse cuenta de nada, el beso, sí, el beso más inocente y cálido; él pensaba “gracias Laurita por todo y por ser mi mejor amiga, siempre te extrañaré, aunque pasen los años siempre vivirás en una parte de mi corazón”; y Laura pensaba “¿Por qué le dije tan tarde a Emi que lo quería?, quizás si me quedara, todo sería distinto y mi vida sería otra, pero Dios lo quiso así y que sea su voluntad; pero un día voy a volver por él.

    Al despertar de su inconsciencia ambos entendieron que ese beso fue el resultado de una bonita amistad.

    - Adiós amigo, quizás algún día nos veremos – Laura exclamó sonrojada.

    - Eso espero, ¿y mañana no vas a estar?

    - No, a la 5 salimos todos y nos vamos, ya está decidido, allá estudiare la secundaria y mi carrera

    - ¿Allá donde? – preguntó Emilio con curiosidad.

    - A Ancash.

    - Bueno Laurita, duerme bien y hasta luego. Yo trataré de divertirme en la fiesta. Y buena suerte que todo te salga bien

    - Sí amigo, gracias por todo.

    Emilio algo pensativo regresó corriendo como alma que se lleva un alma mala, y pensando en Josefina y llevando una sonrisa y se sintió más valioso ya que una chica le dijo que lo quería.

    Sería algo absurdo contar el recorrido, miraba en su muñeca la hora, y se acordó muy tarde que se había olvidado su reloj y pensando que esta vez Josefina la aceptaría y se dio fuerza y coraje para declarársela y viendo un futuro alterno donde ambos se querían mucho y corrían por las nubes y fantasías, ya que en la pre-adolescencia solo existe los pensamientos de el amor y se olvidan todas las responsabilidades que trae consigo todo esta nuevo ciclo de vida; y solo faltaba un minuto para llegar a la fiesta de promoción.

    Algunas gotas caían, estaba empezando a llover, y llegó despeinado, la mamá lo reconoció y le peinó a la fuerza, cuando sus amigos lo vieron y se rieron pensando “hijito de mami”.

    Ansioso otra vez se puso a buscar a Josefina, pedía permiso y se tropezaba con alguien y solo le quedaba pedir disculpas. “estoy como hormiga en laberinto” se puso a pensar, tardó alrededor de unos 15 minutos entre tanta gente y ya no encontró ningún motivo para quedarse no habían asistido Josefina Cuevas ni su mejor amigo Anselmo Ferdinand, regresó al lado de su mamá y le suplicó que se fueran, ella se negó “todavía es muy temprano, además siempre has soñado por este momento. Tu padre y yo hemos ahorrado para que tuvieras tu fiesta soñada. ¿Qué te sucede, hijo? Baila con tus amigas, pareces un árbol parado y te mueves nervioso por todos lados”.

    Sí mamá – le respondió luego de pensarlo bien – pero no me siento bien, hay en mí un vacio y no sé por qué; yo quisiera bailar, pero Ans no ha venido y tú sabes que con ese loco nos animamos y nos volvemos travieso. Yo solo aquí no me divierto, mejor me despido y me voy. A veces uno espera tanto estos momentos y cuando llega, no es como lo has pintado en tus sueños.

    ¡Ay hijo, hijo! – respondió la mamá poniendo en los zapatos de su hijo – está bien, vámonos a la casa, pero antes despídete de tus amigos y dale un beso a tu profesora, ¡apúrate, hazlo ya¡ yo mas estoy aquí por acompañarte, y a tu papá le dije que íbamos a estar hasta las 3, pero haremos lo que dices, además ya me está dando sueño, hijito.

    - Gracias mamá por comprenderme – Emilio, disculpándose – ya, ahora hago lo que me dijiste y nos vamos.

    - Pero apúrate.


    Se apresuró, fue despidiéndose, no faltaron voces que le dijeron “quédate” “no te vayas aún” “no seas aguafiestas”

    Les dio su beso a sus amigas que bailaban al son de las canciones ochenteras que estuvieron de moda en aquel momento; y le daban las manos sus amigos diciéndoles que les verían en las vacaciones y se cruzarían para la secundaria. Por último se despidió de su profesora Renata que cuidaba los bocaditos.

    - ¡Hasta pronto, profesora¡

    - ¿Qué sucede Zavala? – preguntó la profesora algo preocupada y con harto interés.

    - Nada, sino que ya tengo sueño y estoy algo aburrido con esta fiesta

    - ¿Cómo es eso posible? – respondió la profesora con tono amable – si tú estabas tan ansioso por asistir y hasta soñabas con esta fiesta, pero de todos modos, te quería decir que eres uno de mis alumnos favoritos y en secundaria ya no nos cruzaremos más. Ojala que todo te salga bien Emilio Zavala.

    - Gracias profesora por sus buenos deseos ya casi es navidad y qué bonito regalo por sus palabras, le deseo también lo mejor que puede desear un alumnos por su profesora

    Se dieron un abrazo filial, lleno de la alegría y agradecimiento por los años compartidos y dedicado entre los dos.

    - Solo te pido un favor antes que te vayas.

    - Dígame, profesora.

    - Yo sé que tú hablas bien bonito, podrías dedicarnos a todos unas cuantas palabras que nazcan de ti, para que queden grabarla en la videocinta.

    - Pero, me hubiera dicho hace unos días, no sabría que decir profesora, me pone nervioso hablar en público.

    - Solo di lo que sientes y deja fluir

    - Está bien solo por Ud. lo haré.

    La profesora llamó al maestro de ceremonias y le anunció que un alumno iba a dedicar algunas palabras por el tiempo compartido y en agradecimiento. La música se detuvo y se pusieron a pifiar los presentes, “queremos música”, “queremos bailar”si no hay música nos vamos” se oían las voces de quejas.

    - Discúlpenme jóvenes – dijo el maestro de ceremonias, contestando las quejas – esperen un momento, lo que sucede es que un compañero de Uds. Quiere decir algunas palabras de agradecimiento.

    Entre ellos se miraban y al ver a Emilio se sorprendieron y se alegraron, ya que lo estimaban bastante. Emilio algo nervioso, cogió el micrófono y se le había nublado la mente sintiendo vergüenza de hablar ambigüedades o quedar en ridículo, tomó aire pero temblaba, miraba arriba y abajo queriendo escapar y todos los rostros que le ponían atención le generaban un pánico que no encontraba la solución para poder hablar.

    Por cosas del destino, justo a los quince segundos cuando el maestro de ceremonias le iba a pedir el micrófono, una silueta reflejada por la poca luz se descubrió, era una chica con el peinado rizado destellaba olores mágicos de una colonia fina y su vestido escarlata decoraba la beldad de aquella dama, como si hubiera caído del cielo, Emilio la miro fijamente, sus ojos estuvieron a punto de echar unas lágrimas; la chica estaba reluciente no tenía ningún acompañante, venia sola, el corazón de Emilio se aceleró se palideció tanto que se volvió albino y una alegría gigantesca se apodero de él.

    “¡¡Que bella que es!!” – pensó por unos momentos – es como si estuviera en un desierto desahuciado y encontrara un oasis, ¿quién mas pudiera ser? Solo ella y no existirá nadie más, Josefina “hablare todo lo que siento ya que con solo verla me inspira y mi cabeza es suya”.

    - Espere un momento señor, ahora si hablaré – dijo Emilio al ver que le querían quitar el micrófono y continuar como si nada pasara.

    - Está bien, habla muchacho, si no sabes nada que decir solo di gracias por todo y despídete – le aconsejo el maestro de ceremonias sin tener fe en sus futuras palabras.

    - Si eso hare diré gracias y me voy – Emilio contesto, con un gesto de burla y confianza en sí mismo.

    - Discúlpenme amigos – empezó hablando Emilio con inspiración hacia Josefina y tratando de impresionarla – hace unos momentos pensaba en lo gratos momentos que hemos compartido. Sería imposible agradecerle por tanto a ustedes son como mis hermanos y hermanas, fue bello el haber estudiado con ustedes, el haber compartido tantas anécdotas, no sé si el próximo año los veré pero siempre estarán en mi recuerdo, hagamos que el día de hoy sea mágico porque jamás se repetirá, Dios y el tiempo nos prepara muchos caminos y este transcurso de vida nos hará madurar, quisiera dedicarle todas estas palabras y volverlas en diamante y regalarlas a cada uno de ustedes, yo los aprecio bastante y perdónenme si nunca les dije de todo esto, es porque mi timidez no me dejaba, vayan donde vayan siempre tendrán un amigo incondicional que estará allá para ayudarles en lo que necesiten, ¡Gracias amigos, gracias hermanos, jamás los olvidare y gracias a todos los presentes sin ellos no hubiera sido posibles esta fiesta!, pensaba irme pero no lo haré, así que divirtámonos hasta ya no poder y hagamos de esta noche una época del más grande regalo que la vida no ha regalado el estar aquí todos presentes. ¡Eso es todo. gracias por haberme escuchado!

    “bravo Emilio” “qué bonitas palabras” “que bien que te lo tenias guardado”, se escuchaban estas voces mientras los asistentes de la fiesta aplaudían aquellas palabras que salían de su corazón.

    - Ya ves hijo, tus amigos también te aprecian y qué bonito que has hablado – exclamó la mamá orgullosa.

    - Si mamá, lo pensé mejor y nos quedamos hasta las 6

    - No, máximo a las 3 no hay tiempo, además apenas son las 12 así que tienes 3 horas para divertirte

    La música volvió a sonar y todos tomaron a su pareja. Emilio se acerco donde estaba Josefina y suspiro lentamente, ella se estaba arreglando los frises que sobresalían de su frondosa cabellera y movía su cabeza como relajando los músculos de su cuello, su miraba de chica refinada y algo risueña; Emilio se acercó donde ella y le interrogó el porqué había llegado tan tarde a la fiesta

    - Pues tú sabes – respondió con tono de damisela orgullosa y de mejor posición económica – lo bueno se hace esperar.

    - Tú lo dirás, pero yo llegue temprano – Emilio opinó sabiamente – y no me creo el mejor.

    - Es mentira, ¿no sabes lo que es una broma? – Josefina ahora con una voz más alegre – lo que sucede es que no sabía que ponerme, no encontraba nada que me quedara bien, mi mamá me decía que el vestido blanco estaba bien para mí, pero me quedaba algo grande y me hacía sentir incómoda, además escuche en una novela el dicho que para verte bien tienes que sentirte bien, y tú ¿Qué opinas? ¿Me queda bien este color de vestido rojo o parezco una fresa?

    - No, al contrario pareces mi corazón, es decir, se te ve muy bonita y resalta toda tu belleza; la ropa no lo es todo pero yo soy vanidoso y me gustas tal como eres. Pero como amiga tú lo sabes – Emilio opinó con algo de taquicardia y a la vez insinuante y sonrojado.

    - ¿Me parece o me quieres decir algo más? – le preguntó y lo miró sospechosa.

    - Negativo, solo quise hacer una comparación del rojito de tu vestido y decirte la verdad, para eso estamos los amigos

    - Mas te vale niño – Josefina algo amenazante y con cierta mezquindad

    - Jajá sí niña, así es – Emilio, dicho esto cambió de tema – mejor bailemos qué te parece

    - Bueno, bailemos pero en la siguiente canción, ¿te parece?

    - Sí como digas, y ¿por qué viniste sola? – cuestionó con curiosidad

    - Lo que pasa es que Esteban no pudo venir conmigo, me dijo que tenía otras cosas que hacer y se iba a ir a la casa de su tía a dormir.

    - Entonces Laura tenía razón, ella me dijo que a ti te gustaba su primo Esteban – dijo estas palabras sintiendo una enorme decepción, como si le cayera una piedra y sus huesos fueran de cristal. Todas sus ilusiones se desboronaron en un segundo; trato de fingir que nada sucedía y conteniendo su pena y sintiendo un duro golpe, prosiguió con curiosidad para escuchar de los labios de ella la verdad de sus sentimientos – ¡¡ah Esteban!!, te has enamorado de él ja,já.

    - Pues que te puedo decir, solo somos amigos. Yo le gusto a él, me lo ha dicho muchas veces pero estoy muy chica para tener enamoradito. Pero esta Laura sí que es una chismosa, yo le dije que me simpatizaba porque era un amigo buena onda pero jamás le dije que me gustara. Solo me cae bien

    - ¿Qué sí? – los ojos de Emilio brillaron y la alegría le devolvió el alma al cuerpo. Surgió nuevas esperanzas y una sensación que recorre todo el cuerpo de adrenalina hicieron que respire y tenía los ojos achinados y una sonrisa gigantesca quería salir de su cuerpo – quiero contarte, me estoy empezando a enamorar de una chica muy bonita pero ella no lo sabe.

    - Emiloco – Josefina con gesto de adivina y confusa – no seré yo, ¿no?

    - Ja, já pues, si dijera que sí ¿Qué me dirías?

    - Oye niño que hablas, somos amigos, supongo que esa pregunta es de broma, ¿no? – Josefina, algo incómoda le respondió.

    - Sí, claro y siempre lo seremos pero es normal enamorarse de la mejor amiga.

    - Emiloco – buscando alguna coartada para cambiar de tema – ya empezó la siguiente canción más bien bailemos ¿te parece?

    - Pero respóndeme – dijo Emilio insistente y con elevado grado de curiosidad.

    - Ya no te pases sino me voy de la fiesta.

    - Como huyes de ti misma, pero bailemos, para eso hemos asistido, si no hubiéramos ido al parque si fuera para hablar, pero yo no bailo bien así que tú me guiaras con tus pasos, ¡ya amiguita!

    - Sí porque me he dado cuenta que tienes dos piernas izquierdas y por eso tienes vergüenza bailar.

    - Si lo sé, pero no te burles – Emilio exclamó con ademán de un chico avergonzado – no sé bailar bien, pero tú serás mi maestra de baile y yo te seguiré, jefa.

    - Ay Emiloco sí que me haces reír.

    ÉL sonreía tanto, quizás por unos instantes pensó que sus sueños se hacían realidad y que ya era el momento de que sus gigantescos anhelos fueran verdaderos. Miles de ideas rondaban en su cabeza tales como si darle un beso, esperar un poco más, aunque necesariamente el miedo de perder esa amistad que se había formado en dos años de convivencia de estudios se opacara en un error que se puede evitar. Era el dilema, apenas tenían doce años y las hormonas empezaban a dar efecto a la pubertad donde se deja de ser niño y se pasa el camino a la adolescencia; cargar con los cambios y confusiones de sentimientos que apenas empiezan a notarse.

    La música era el instrumento perfecto para dar la mirada pícara y diciéndole a los ojos “me gustas tanto”, las mujeres al tener el sexto sentido mejor desarrollado que el varón comprendió lo que Emilio sentía por ella.

    - “no me mires así” – decía josefina.

    - ¿Qué tiene de malo?

    - Es que estás nervioso, tus labios se mueven como si…

    - Es que me quiere dar la tos.

    - No seas mentiroso.

    - No, de veras ¡achu! Snif, snif, snif – Emilio disimulaba estar constipado.

    - ¿Sabes una cosa?, eres un mentiroso.

    - Lo admito, me gustas Josefina, ¿para qué negarlo?

    - Pero Emi que dices – Josefina respondió fastidiada e intrigada.

    Apenas josefina respondió se acercó Jaime, un alumno, compañero de clases que nunca se llevó bien con Emilio porque era un tipo rebelde que decían algunos que se dedicaba al pandillaje, y unos instantes había fumado unos cigarrillos fuera de la fiesta para que nadie lo pillase, tenía la miraba maliciosa y daba miedo. Tenía la contextura algo delgada pero los brazos de fibra ya que le gustaba cargar pesas con sus hermanos mayores.

    - Oe Fina, baila conmigo – decía Jaime dirigiéndose a josefina, tocándole con un palmada suave en su hombro al ver que hablaba con Emilio – tú eres mi J y yo también soy tu J, juntos somos el dúo JyJ (Jei and yi)

    - Ja, já – josefina sonrió, daba sensación de que le encantaba su forma de hablar.

    - ¿Qué haces bailando con este pavo? – seguía hablando Jaime ofensivo contra Emilio – ese ‘on no baila, parece que hubiera pisado clavo. En cambio Miguelito (argot, que se refería a sí mismo) sabe los mejores pasos del mundo. Tú sabes pe flaca, y hoy tas roja ¿Qué?, te cayó un balde de pintura encima.

    - ¡Oe idiota! – Emilio le respondió drásticamente en su defensa – habla bien, hablando jerga y tonterías ten más educación o acaso ¿te crees el mejor?, no me hagas reír, piensas que te tengo miedo

    - ¿Qué me has dicho Emilio mujercita, quieres que te saque la m…?

    - ¿A ver si puedes?

    Jaime renegaba, Emilio había herido su orgulloso de muchacho pendenciero, tenía ganas de estrujarlo, pero sintió que no podía hacerlo al ver de reojo por los costados estaba la mamá de Emilio conversando con otras mamás de otros alumnos y la profesora los veía, trato de disimular y amenazó a Emilio que le iba a pegar otro día que se cruzaran

    - Pues tienes razón Jaime, allí empieza nuestra salsita que bailábamos en las otras fiesta que asistíamos – respondió Josefina dirigiéndose a Jaime poniendo paños fríos a la disputa.

    - Tú si ah, te acuerdas, yo ni me acordaba – Jaime respondió ya más tranquilo pero sin quitar su mirada amenazante a Emilio, daba la apariencia de que le iba a salir fuego de los ojos.

    - Mira como se baila piernas chuecas – Jaime se vanagloriaba y trataba de hacer quedar en ridículo a Emilio – se toma de los brazos, se mueve la cintura, los movimientos de pasos.

    - Tranquilo pues, profesorcito de baile – Emilio exclamaba sin dejarse intimidar – baila con ella, al final la pulga busca la piel del perro sarnoso.

    - Ya vas a ver cómo te voy a chancar – Jaime le gritaba a Emilio ya casi sin poder soportar sus palabras.

    - Me voy, es mejor alejarse de quien no te quiere o de quien a quien no le importas.

    Emilio se alejó, a pesar de todo sintió un enorme pena ya que Josefina, la chica de sus sueños, prefería a un chico que era todo lo opuesto a él, “¿Qué tiene él?” se preguntaba mientras pensaba sentado en una silla mientras todos bailaban y celebraban la fiesta como si fuera el último día de la humanidad. En momentos como estos, sintió un vacio tan grande, ya que había soñado tantas veces que era su príncipe azul y que sería la noche perfecta de que se encontrarían risueños y con miradas tontas de tórtolos, bailarían sintiendo su imaginación y cuerpo volar como si fuese un ritual para llamar lo más profundos sentimientos del amor. Ya no soportó más y se fue corriendo al baño, se miró en el espejo y pensó “este rostro no debería tenerlo”, tenia pena y no encontraba ninguna razón para continuar en la tierra de los vivos. Una por una se fue desmoronando todo su mundo, se tocó con las palmas una parte de su rostro hasta llegar a los cabellos que rondaban su frente, sus ojos casi cerrados están al borde del llanto y no dejaba de suspirar, sentía que le faltaba el aire y se iba a desvanecerse. Abrió el caño y se lavo lentamente el rostro quitándose el sudor y cogió papel higiénico para pasar en el borde de sus ojos, tomó aire hondamente y se dio coraje para afrontar y por fin entender que no es bueno forzar las cosas. De pronto tocaron la puerta para entrar “ya salgo” respondió, abrió la puerta y era Valeria.

    - ¿Qué paso?, ¿Por qué lagrimeas de esa manera?

    - No es nada y tú ¿Por qué tocas la puerta si es el baño de hombres? – Emilio preguntó con algo de inconformidad.

    - ¡Wau!, pues me confundí, no traje mis lentes…

    - Pero yo no encuentro motivo para que tengas con esa cara, acaso ¿te has peleado con tu papá?

    - No, sino que estoy aburrido y tengo sueño. O sea no tengo costumbre estar despierto hasta tarde.

    - Ah, por cierto – Valeria, se había acordado de algo – nos pusimos de acuerdo que en la tarde del día de ayer que vamos a ir a la playa a hacer hora, ya hemos quedado que a las 12 am fuera del colegio nos vamos a reunir, el daddy de Juanito nos va a llevar en su carro y nos va a traer de regreso solo nos ha pedido que le demos una moneda por cabeza para la gasolina.

    - No lo sé, no tengo ganas de ir además voy a salir en la tarde – Emilio, buscó una excusa.

    - No seas así, quizás para la secundaria varios de nosotros ya no estudiemos la secundaria en el mismo cole, tú dirás.

    - Y ¿quiénes van a ir?

    - Voy a hacer memoria – Valeria, empezó a hacer memoria – en mujeres: Alexandra, Coraly, Tania, Cielo, Jenny, Antonella, Raquel, Perla y por ultimo Josefina; en hombres: David, Arturo, Anselmo, Xavier, Willy, Juanito y los demás que no me acuerdo.

    - Bueno déjame pensarlo, si me decido los alcanzo.

    - Pero cambia de cara. Ya te esperamos pero si no llegas nos vamos.

    - Lo pensé y si voy a ir, además quiero divertirme y distraerme con mis patas – Emilio, pronunció pensando en que algo bueno podría suceder ya que asistiría Anselmo y Josefina.

    - Esa es la actitud, más bien ¿no tienes la moneda para que me des ahora mismo?

    - No. Mañana.

    - Ya quedamos como te dije – Valeria, moviendo los brazos y el cuerpo a los compases de la música – yo me pierdo con los chicos y tengo que informarle a algunos que no saben, ¡nos vemos y si quieres bailamos, ja, ja, ja!

    - De acuerdo tesorera ve nomás.

    - De acuerdo chico pesimista y aburrido.

    - Ja, já nos vemos – Emilio, con moviendo las manos diciéndole adiós.

    Valeria se fue acercando a otros compañeros invitándoles al paseo que iban a realizar.

    Emilio se acercó y preguntó la hora a su profesora y le dijo que eran las 2:45 am.

    - Emilio, ya alístate ya no vamos son casi las 3 – la mamá de Emilio le miró y le hizo recordar.

    - ¡Ya mami, un momentito, me despido de mis amigos y nos vamos!

    - Está bien hombrecito, haz lo que tengas que hacer

    Justo cuando Emilio ya quería retornar a su hogar se acerco josefina donde Emilio y le dijo que quería hablar con él.

    - Un momentito – Emilio, sonrió tanto y desapareció toda su pena y nuevas energías revivieron sus emociones – voy a hablar con mi mamá y charlamos ¿te parece?

    - Si, te espero aquí – Dijo Josefina algo ruborizada y movía los pies muy ansiosa.

    Se acerco el efebo Emilio donde su mamá y le pidió permiso para quedarse un rato mas, dándole como coartada de que todos se iban a quedar hasta tarde y varios de ellos se trasladarían de colegio y que quizás ya no los vería por distintas razones. La mamá entendió y le dio permiso a Emilio para que se quedara todo el tiempo que quisiera con la condición de que al día siguiente tendría que limpiar su cuarto y ordenar sus cosas. Como cabe lugar aceptó gustosamente y acudió al encuentro con Josefina.

    - ¿Dime qué deseas hablar conmigo? – Emilio se expresó ofuscado y trato de ignorarlo, su orgullo le decía que haga eso pero su corazón que hiciera lo opuesto.

    - Bueno, si te molesta que te llamara, me voy.

    - Pero como eres Josefina, como quieres que me sienta si te molestas conmigo y a Jaime le sonríes.

    - Lo que sucede es que Jaime es un amigo para bailar y juerguear y tú eres para charlar y en quien se puede confiar cosa que el otro no tiene, además los dos son mis amigos – Emilio se tranquilizó – y dime ¿para qué querías conversar conmigo?

    - Lo que sucede es que no me gusta que me guardes rencor, yo soy así – josefina tratando de apaciguar aún más a Emilio y hacerle comprender las cosas – no deberías tenerle cólera a Jaime, él no es malo, solo que es un chico incomprendido y rebelde, el tiene 14 años ha repetido dos años.

    - Por burro – dijo Emilio altaneramente.

    - Ni que tú fueras chancón, tienes promedios de 12 de 20.

    - Bueno ¿a eso has venido a hablar?

    - No, la verdad que no sabía que sentías algo por mí, mi papi me dijo de que las niñas desarrollamos mucho más rápido que los niños, pero tú eres diferente. Yo te estimo como un gran amigo pero estamos muy chicos para ser noviecitos y nos fuerces las cosas lo que está destinado solo se unirá – josefina pronunció estas palabras con algo de seriedad

    - Estás en lo correcto Josefina por eso mismo me gustas, pero ¿cómo es posible que tú con 12 años te guste a ir a discotecas?, está mal.

    - Es que yo me he ganado la confianza de mis papis y ellos me dan un horario y yo llego a esas horas y además solo voy los sábados un rato para distraerme, además en el colegio nos recargaban con tantas tareas. Además Jaime me acompaña y cualquier cosa él me defiende y como somos vecinos es diferente.

    - Entonces no era malo – Emilio sorprendido saliendo de sus cabales y lelo – y yo pensé que tenía malas intenciones.

    - No lo es, sino que es algo incomprendido como ha repetidos dos veces en su casa no lo quieren mucho y no le demuestran tanto amor, se puede decir que es un chico bueno pero se refugia en otras cosas para poder sobrellevar su vida.

    - Eso quiere decir que yo soy el malo.

    - Tú lo acabas de afirmar.

    Siguieron platicando y Emilio se sintió como tonto. Todo el transcurso tenía la idea de que Jaime era el peor ser de la humanidad pero entendió que la vida no es igual para todos, siempre veía los defectos de Jaime y le incomodaba su presencia, nunca se puso a pensar que detrás de toda persona que hace el mal hay un ser humano que sufre.

    Terminó de pensar y presa de la curiosidad le preguntó sobre el paseo a la playa.

    - ¿Por si acaso, te apuntas para ir a la playa?

    - Yo ya veré eso, siempre doy sorpresas como hoy pensé no venir y ya me ves estoy aquí.

    - ¿Pero vas a ir? – Emilio preguntaba algo insistente

    - Bueno un 10% dice que sí.

    - Eso quiere decir que lo más probable es que no estarás allí.

    - Hablemos de otra cosa, tu mamá nos mira y nos echa ojitos creo que piensa mal.

    - No solo que me ve, es una madre sobre protectora, linda y cariñosa.

    - ¡Ay Emilio sí que eres hijito de mami!

    - Bueno pero ya me acostumbre.

    Las piernas de Emilio se movían al ritmo de las canciones que sonaban y le pidió a Josefina el favor de bailar con él, ella aceptó y bailaron al menos un mix de canciones seguidas. Algunos se reían ya que Emilio no era el bailarín pero josefina ignoraba las cosas de los demás y susurraba en el oído de él dándole consejo de como se debe bailar y en momentos a cambiar el paso, pero era caso perdido: Emilio no era para el baile.

    De pronto sonó una canción grupal y todos hicieron el trencito y empezaron al desfile musical en movimientos zigzag y uno por uno ingresaba al centro para lucir sus toques de bailes y dar permiso al siguiente hasta que todos hayan expresado en el baile su alegría y conformidad de haber participado en la fiesta de sus vidas.

    - ¡Emilio ya nos vamos! – Luisa, la mama de Emilio le decía ya ansiosa por irse – es tarde son casi las seis.

    - No te creo, ¿es enserio?

    - Por su puesto hijo, además si no te has dado cuenta solo están pocos en tu fiesta, hay muchos que se han ido

    - De veras, ¿no lo habías notado?, está bien tienes razón me despido de mis amigos y la profesora y ya nos vamos te parece

    - Sí, pero solo te queda cinco minutos.

    - Cinco minutos es suficiente para despedirme del mundo.

    - Pero luego no te demores.

    - Si, mamá.

    Se apresuro y se despidió de unos cuantos y le dio las manos; a su profesora le dio un beso en el cachete y le dio las gracias por haber sido una excelente persona y docente; deseó suerte a sus amigas y le dijo a Josefina que le acompañase por el camino pero ella se negó. Una vez terminada su labor le dijo a su mamá que ya estaba listo para volver a casa y por fin poder descansar.

    Y lo demás ya es historia del piloto de la hoja.
    ...........................................................................................................................................................

    Posdata consta con 115 capítulos, 300 poemas o más, total de 1500 páginas en tres temporadas.
    A partir del capítulo 3 empiezan prosas y poemas según la historia va trascurriendo.
     
    #1
    Última modificación: 14 de Julio de 2017
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  2. Francisco Iván Pazualdo

    Francisco Iván Pazualdo Poeta veterano en el portal

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    Amigo pues me costo terminarlo pero lo leí detenidamente, me costo porque es largo pero enseguida que empece me llamo la atención la introducción que es lo mas importante para enganchar al lector, yo no se mucho de prosa, mas sin embargo es muy atrapante, ciertamente se te fue el dedo en algunas partes pero bueno es normal seguro lo corregirás a la hora de ir haciendo el libro, yo si te compro el libro si así esta la introducción como estará lo que sigue, tiene creo yo todo lo que debe tener, es cómica, tiene drama, va muy bien encaminada, que mas puedo decirte vas muy bien y seguramente quedara increíble. Gracias por la invitación a que te diera mi opinión, fue una muy buena probadita, de lo que sera la obra completa, saludos amigo y suerte.
     
    #2
  3. No soy poeta

    No soy poeta Poeta fiel al portal

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    Amigo Anthony.

    Me gusta la historia y la trama puede ser buena para una lectura juvenil, aunque poniendo algún fallo he de decirte que para mi gusto tiene demasiado diálogo. Deberías intercalar entre los mismos más contenido apartado del diálogo o supliendo al mismo. Creo que eso hace que la lectura sea más amena.

    Además, supongo que tendrás pendiente pulir errores gramaticales e incluso parte del vocabulario, hay palabras como "chancón" que son adjetivos de uso exclusivo en tu país y creo que pueden ser sustituidas por las de uso común empleadas encasi todos los lugares (en el caso de esta palabra: "empollón").

    Por lo demás, sigue adelante porque tienes mucho talento y sé que finalmente lograrás una linda novela.
    Un abrazote amigo.
     
    #3
  4. Abrahám Emilio

    Abrahám Emilio Emilio.

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    muy cierto, pondré un arterisco a cada palabra de mi país y en el final de la página colocar sus significado.
     
    #4
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  5. spring

    spring Sonriendo...

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    Bueno amigo Abrahám Emilio, me gusto como inicias la narración con ese dialogo que alerta un despertar en las acciones de tu historia y la ubicación temporal. Si te soy sincera me parece muy largo el relato, lo digo porque hoy día por mas que nos guste leer la gente se a vuelto mas practica y le gusta ir al grano, creo francamente que puedes resumir un poco ese intercambio entre los personajes, mas aun tratándose de gente joven a quien imagino va dirigido el mensaje que siempre trae una prosa, en el inicio, 1er párrafo no dialogado, ya dejas abierta el eje e la historia.
    Espero te sea útil mi comentario, y no sea motivo de desanimo y desagrado. Un abrazo amiguito ¡sigue adelante!
     
    #5
  6. Abrahám Emilio

    Abrahám Emilio Emilio.

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    Puede ser amiga, pero he leído la obra Crimen y castigo y con un argumento corto se ha escrito 500 páginas y te juro que lo he leído de pies a cabeza y me encantó....
    seguiré algo de tu consejo, pero esta obra es de 1500 páginas... es una novela de tres temporadas....

    saludos
     
    #6
  7. lomafresquita

    lomafresquita Poeta que no puede vivir sin el portal

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    Ayyy Emilio, qué bien relatada está esta historia de amor, cuánto me ha gustado las descripciones que haces de cada uno de sus personajes, llegas a conocerlos como si fuera personalmente... Me encanta la forma de ser de Laura, menos la de Josefina, que la percibo como coqueta y superficial; tu mamá un encanto, preocupada por la fiesta de graduación de su hijo y permaneciendo a tu lado en todo momento para que éste perdurase en tu memoria y en tu corazón,.... en fín, querido amigo, que me ha encantado leerte. Besazos con mucho cariño y admiración.....muááááackssss...
     
    #7
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  8. Abrahám Emilio

    Abrahám Emilio Emilio.

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    es cierto Chabela, pero ese Emilio de la obra no soy yo... yo también voy a aparecer más adelante como mi verdadero nombre y como el amigo de Emilio.... no te confunda eso...!!!
    te cuento que en el capítulo 5 muere el papá de Emilio y en el capítulo 8 él conoce a Nikita en una noche desolada, cuando contemplaba una rayo de luna...

    saludos amiga y gracias por tu paso.
     
    #8
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  9. Maldonado

    Maldonado Poeta veterano en el Portal

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    Muy entretenida narrativa, me ha gustado mucho. Felicitaciones y saludos.
     
    #9
  10. roman roses

    roman roses Invitado

    Un placer Emilio. Me gusto mas narración de la acción de los diálogos, y menos diálogos
    cortados...
    La narración es interesante, sencilla, amena, para cualquier nivel intelectual, como la obra de Juan Rulfo un grande del Mundo. Y que mas por decir tienes un enorme talento.
    Me gustaría aconsejarte pero soy el menos indicado para eso, soy un aprendis en literatura
    pero ávido de conocimiento..

    Saludos con afecto y espero una nueva invitación amigo Emilio...
     
    #10
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  11. Abrahám Emilio

    Abrahám Emilio Emilio.

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    Lo sé amigo, por ello Niquita será cambiada a estilo de teatro... domino más la poesía que la prosa...

    saludos
     
    #11
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