Lisboa

Las calles empinadas, me figuro,
Que nos hacen pensar a cada paso,
Afirmar nuestros pies, ser cuidadosos,
Considerar el trecho recorrido,
La distancia restante hasta la meta,
El mirador, que aguarda generoso,
Agradable como una recompensa.

Las calles empinadas son humanas,
Como inhumanas son las anchas avenidas,
Lugar propicio para cafés en sombras,
En que hablan de sus cosas los poetas.

Por calles empinadas he sentido,
En un salto vital incontrolable,
Con la misma pasión y al mismo tiempo,
El ansia de partir y el de quedarme.

 

Muy bonito el poema a las calles empinadas de Lisboa, poeta Alberto, un honor leerte. Saludos

 

Me gustó el poema, poeta Alberto. Saludos.

 

Precioso poema dedicado a Lisboa. Yo tengo uno escrito pero ya no lo publico. Un abrazo desde Málaga