¡Más maderaaa!

Es la segunda vez que he de pedir disculpas, por mi temperamento y por mi carácter "peliativo" (como el de tu Papá). Y las pido; tus palabras acertadas (y que agradezco) y las cariñosas de Libélula, me han hecho reflexionar.
Por tanto, digo aquí, y ahora, a ti, a Eratalia, y a Isabel, que siento mi ""meada fuera de tiesto"", jajajajajajajajaja. Se ve que no tengo remedio, jajajajajaja, por más que me empeño en tener remedio, jajajaja, pero, no, siempre tengo que ""cagarla"", jajajaja, debe ser mi condena por abusar de la generosidad de los Dioses, jajajajaja.
Lo siento, compañeros, lo siento.

 

(... Sigo)

Y aquí me quedé esperando

a mi amigo en la estación,

pues hace la promoción

y ahora se está disfrazando,

porque se viene filmando

su “peli” hace largo rato

y él es Michou, el Supergato,

que ofrece chicle y dulzuras,

narrando sus aventuras,

por eso hay tanto aparato.

 

jjjjjjjjjjjj

 

(Sigo...)

Si es idílico el paisaje

bajemos para explorar,

tal vez se pueda encontrar

al héroe de este paraje.

Dejemos el equipaje

y apuntalemos la historia,

pues me cuenta la memoria

que todas son impresiones,

sentimientos y opiniones

que van girando en la noria.


Si cambia el yo del poeta

por narrador objetivo,

tendremos un buen motivo

para trazar una meta,

desde la a hasta la zeta

con lógico fundamento,

que atrape al lector atento

con varios puntos de vista

y ofrezca una nueva pista

tras un sólido argumento.


Parece que no interesa

la película del gato…

Si caminamos un rato,

quizás haya una sorpresa

y armemos sobre la mesa

esa historia codiciada

que no quiere ser narrada,

y la chica de la esquina

puede ser nuestra heroína

en la próxima parada.

 

¿Alguien quería un cambio de tercio?
Pues ahí queda eso...
No me apedreéis, porfa.
... Y si eso, lo borro....

En la próxima parada
me bajo yo de este tren
sin tardanza,
pues me siento mareada,
con un ingrato vaivén
en la panza.

Debe ser que la fiambrera
que me traje con morcilla
me dio ardores,
me la comí toda entera
y me ha dado la puntilla
¡ay, señores!​

 

Propongo, (por proponer algo) que si el siguiente quiere seguir con octosílabos le añada otros cuatro versos al primero, por ejemplo:

Ay, señores, qué dolor...
​

y ya volvemos a los octosílabos, así mismo si quisiera alejandrinos que alargue hasta los catorce o hasta el infiniiiito.
A gusto.
Es por hacer un cambio de agujas.
​

​

 

(Siguiendo...)

Ay, señores, si hay, señores,

parece que ya tenemos

la niña protagonista

y es graciosa, bella y lista,

Pero hoy está fastidiada

por culpa de esos dolores…

que le causan sinsabores.

Ayer con el balanceado

y hoy la dichosa morcilla,

que guardaba en la cestilla

parece que se ha estropeado,

a causa del traqueteo

y los terribles calores…

Aunque bien poco lo creo:

yo pienso que los ardores

que molestan a la chica

no son de ácido que pica,

son por secuela de amores

porque siempre hay escozores

cuando el corazón no abdica.

 

Cuando el corazón no abdica,
¡ay!, señores, qué infortunio,
igual da octubre que junio
que todo se nos complica.
Siempre queda la barrica
pero no lo recomiendo,
pues bien sé que empiezas riendo
y te crees una diosa,
para ir mutando en babosa
y finalizar sufriendo.




​

 

Y finalizar sufriendo
al ver que todo se acaba
y lo que alegría daba
ya va desapareciendo;
poco a poco se va yendo
el público de la sala.
El silencio se reinstala
en el teatro vacío
que se ha quedado sombrío
y el último adiós exhala.​

 

Sin perder la libertad
soñaban trenes, vagones,
los poetas con pasiones,
y promesas de verdad,
¡mas madera y continuad!,

Haciendo el camino lento
tortuoso mas hambriento,
¿Acaso no puedes más?
¿Al revisor pedirás?...
¿qué revise su argumento?

 

Que revise el argumento

me parece indispensable

y veo que es razonable,

si una historia es el intento

seguir hilvanando el cuento:

La chica bajó del tren,

enferma por el vaivén

y entró en el teatro enseguida,

iba como distraída,

sus amigos no la ven.


Al terminar la función

uno al café se ha marchado

pensando en lo que ha olvidado

al levantarse el telón,

y otra niña en la razón

de su ilusión por viajar

y en soledad encontrar

la libertad que desea

y que su mente recrea

navegando en altamar.

 

Navegando en altamar
o vagando por los prados,
que sean propicios los hados
no paro de suplicar.
Y a la hora de hilvanar
no hace falta el argumento;
pues lo único que intento
es conectar los poemas,
-aun con variados esquemas-
sin tener que armar un cuento.

Solo había que enganchar
copiando el último verso,
buscando un tema diverso,
inventándolo al azar.
No quise yo encorsetar
mandando que hubiese trama
ni historia ni melodrama...
que cada uno a su aire
inspiración y donaire
descanse en su propia cama.





​

 

Descanse en su propia cama,
y ponga los pies en alto
vaya ser que por asalto
pase cualquiera en pijama,
en comedia o melodrama.

La historia; la de cualquiera,
mas no quita que yo quiera
no hace falta repetirlo
lo mismo tucán que mirlo,
¡ Continuar con la madera !

 

Continuar con la madera
construyéndonos un puente
por donde pase la gente
caminado como quiera,
cada cual a su manera;
el caso es abrir caminos
siguiendo nuestros destinos,
llegar hasta el fin del mundo
como un libre vagabundo...
¡Todos somos peregrinos!​

 

¡Todos somos peregrinos!
el cura balbuceante,
sermonea al caminante
mientras degustaba vinos
pregonandoles caminos.

Pero una chiquilla dijo:
! Abandone el crucifijo !
que su vagón, el de cola,
el sábado en el bar Lola
olvidó lo que hoy maldijo.

 

Olvidó lo que hoy maldijo
el hombre, que era un tunante
y estaba en aquel instante
empinándose el botijo
porque tenía sed, fijo,
con este ingrato calor
que a todos nos da pavor...
Son más de cuarenta grados
¿no os parecen demasiados?
¡Qué sofoco, qué sudor!​

 

¡Qué sofoco, qué sudor!,
esto ya no hay quien lo aguante,
me pongo de mal talante
soltando tanto vapor.
Si parezco un surtidor
instalado en un desierto
donde, un jorobado y tuerto,
lleva el parche goteando
y la joroba expulsando
chorros de agua a cielo abierto.

 

Chorros de agua a cielo abierto
suelta la fuente en la plaza
y la gente en la terraza
quiere ponerse a cubierto;
mirándolos me divierto
pues están apretujados
bajo los toldos ajados,
bebiendo heladas cervezas,
olvidando sus tristezas
y poniéndose morados.​

 

Y poniéndose morados
un buen par de cabezones,
los dos hermanos pinzones
los dos que están a mis lados
dando por culo parados.

Con sus dos pistolas de agua
prefiero quemarme en fragua.
Si los soporto más prendo,
¡tengo dos granos los vendo!
¡y baratos sin piragua!

 

¡Y baratos, sin piragua!,
recojo los granos yendo
muy despacio, con mi atuendo
simulando beber agua.
Pues ya estoy en Nicaragua
y totalmente a cobijo
recordando alguien me dijo...
"señor... sepa no es prudente
delante de tanta gente
llevar semejante alijo".

 

Llevar semejante alijo
descubierto mi señora,
debe entender a deshora
traiga lujuria al cortijo,
¡Ahora soy menos canijo!

¡Bendito sabe el verano!
teniendo a tiro de mano
sus enormes monumentos,
¿No pensará uste en conventos?
como ve: no soy vegano.

 

Como ve, no soy vegana
ni me gustan las lechugas
que tienen muchas arrugas
aunque sea comida sana;
no tengo gusto ni gana
de comer siempre verduras
y menos a estas alturas,
nada de hacer sacrificios,
ni de pararme en prejuicios
con estas temperaturas.​

 

Yo sigo...

Como ve: no soy vegano,
Don San Millánet mordiéndole,
entre risas fue comiéndole
dijo el vampiro al hermano
robando su alma el pagano.

El hábito fue marcado,
por la sangre condenado
el hermano convertido,
! Yo te maldigo invertido !
Que a vampiro me has cambiado