Tres sueños

En el primero se me caía el pelo;
supuse, al despertar, que sería
provocado por el miedo a la vejez.
En el segundo se me caían los dientes;
en este vi un símbolo
del miedo a la enfermedad.
El tercero fue el más raro:
se me caía un brazo,
yo lo levantaba del suelo
y lo llevaba conmigo sin entender.
Desperté intrigado:
¿a qué tanta pérdida?

Quizá es porque vivo
en una casa que se derrumba
y no puedo arreglarla,
quizá porque pronto emprenderé un viaje
sólo de ida
y temo dejar atrás algo de mí,
quizá por los amigos perdidos,
porque la distancia es un desmembramiento,
porque la soledad es un despiece.

Sin pelos,
sin dientes,
y con desapego en las extremidades,
estoy perdiendo partes,
desmontándome,
menguando,
apagándome,
tan callando.




Facundo Díaz; Tan callando.

 

Me ha gustado su lectura ...y si te puedo decir un consejo:escucha a la soledad que es reflejo de tus sueños.Un saludo.

 

Gracias Damari y Luzyabsenta, los sueños siempre nos enseñan algo de nosotros mismos, como lo poesía.

 

Muchas gracias Luzyabsenta por dedicarle una segunda leída al poema; espero que esa segunda visión te haya permitido descubrir algo nuevo en él (es mi intención permitir diferentes niveles de interpretación). Un saludo.

 

Las grandes perdida que te hablan desde el laberinto de Morfeo, los sueños son materia moldeable que nos avisan y previenen del futuro, pero en cada uno existe la fórmula para lógralos descifrar. Me gusto leerte

 

Extraños sueños y dicen que algunos de ellos tienen explicación, supongo que puede ser, yo no creo mucho en ello, muy bueno su poema además de original, saludos!

 

Muchas gracias por el reconocimiento y los comentarios positivos; estuve ausente algún tiempo y es una alegría volver y encontrarse este recibimiento.

 

Ambos me gustan, los sueños y el surrealismo que los forma, todo es tan irreal y a la vez tan real... He disfrutado con la combinación. Felicidades!

Palmira