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"El Eco de un Lamento"

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por José Ignacio Ayuso Diez, 21 de Agosto de 2017. Respuestas: 2 | Visitas: 364

  1. José Ignacio Ayuso Diez

    José Ignacio Ayuso Diez Epicuro y la ataraxia, sin miedos ...

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    El próximo día 29 de agosto se cumplen 70 años de la muerte de "Manolete" tras una grave cogida en la plaza de toros de Linares, Jaén (España) la tarde del 28, se celebraba la Feria de San Agustín. Existe una controversia respecto a quién mató a Manolete, hay quien dice que fue Islero, el miura que le provocó una importante hemorragia con el pitón derecho. Otros dicen que fue la transfusión de un plasma que estaba en mal estado que había donado el gobierno noruega al español hacía 2 ó 3 meses para asistir a los heridos de una gran explosión que había ocurrido en Cádiz. Bueno fuese lo que fuese, Manolete murió a los 30 años recién cumplidos, cuando había decidido cortarse la coleta y dejar la muleta para vivir con su único amor que fue Antoñita Brochalo, "Lupe Sino", una actriz de la época. Esa unión no era bien vista por su entorno. A los 12 años de su muerte, Lupe Sino, murió en soledad en un piso de Madrid, no hubo crónicas de esta muerte.


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    A - ManOLÉte en el 70 aniversario de su muerte:


    “EL ECO DE UN LAMENTO ”

    Maestro, que te puedo decir que no te hayan dicho.
    Y qué puedo cantar que otros no te hayan cantado.
    Quizá no me asista ese derecho,
    ya que no te conocí, ni tu arte tengo.
    Pero aún así, hay algo que me indigna y turba,
    que tengo alojado en el pecho,
    como si un eco sordo quisiera escapar del silencio.
    No pretendo culpar a nadie de tu adiós rotundo e inesperado.
    Ni pretendo condenar a tu mundo de tu injusta y precipitada marcha.
    Pero de aquéllos que no te respetaron,
    no puedo silenciar su acoso y empuje intencionado.
    Ni dejarlo caer en el olvido,
    como si nunca hubiera pasado.

    No, ya no puedo dejar pasar más el tiempo, que es tu tiempo.
    Ahora hace setenta años que nos dejaste,
    y tu marcha,
    tu adiós improvisado, tu muerte repentina,
    dejó un vacío de orfandad, de ese legado magistral,
    que en la memoria de la historia
    impregnó de rosa y oro
    el corazón y la retina.


    Te exigían, con tensión y algarabía con una mezcla entre amor, odio y osadía, una mayor entrega en la faena,
    que te arrimaras, te pegaras más al astado,
    mucho más, que a cualquier otro matador afamado en su tarea.


    No, no te mereciste ese final nebuloso y triste fuera de los ruedos.
    La veraz y dolorosa historia es que no fue ese retorcido Islero el protagonista de tu maldita última crónica; pero sí fue ese 5º de la tarde, ese miura negro “entrepelao”, “bragao” y algo “revirao”, que no jugó limpio contigo en la arena, que se apostó en las tablas y aprovechó su suerte, tu “pasmo torero” y tu pena lastimera, para derribarte en el duelo sin mesura, en la fatídica suerte suprema.


    Y en verdad Manolete, la muerte no estuvo ese día en el ruedo.
    No se atrevía a enfrentarse contigo cara a cara en el coso.
    Esperaba su momento oportuno, a las cinco y siete de ese día, del 29 de agosto, de aquel verano del 47, que envió por delante a su mensajero irreverente, que se aprovechó del menesteroso, del ilustre “don plasma” señor don quedo, que preparó el sendero lejos del albero, para que así la parca, hallara la querencia donde sabía que tú no pondrías resistencia.


    Y pasan los años, y pasan ... y siguen pasando, y allá, por San Agustín brota ... y brota ... y sigue brotando sangre de una fontana añeja, que se desborda y deja un reguero rojo de roja sangre, que tiñe ... y tiñe … y sigue tiñendo de ese rosa pálido y oro, el albero, en ese coso, de esa plaza de Linares.


    Y evoca el recuerdo de una muerte, la muerte de un gran torero, de un torero cordobés, cuyo espíritu camina en pena, y vaga,
    y sigue vagando entre vides y olivares,
    por todas las calles y plazas de Linares,
    de ese Linares de Jaén.



    Y desde entonces, permanece sobre el albero un reguero rojo de roja sangre y la nostalgia derramada de un recuerdo lejano, que es el eco de un lamento, de aquel lamento en aquella noche de verano.


    ¡Hasta siempre Manolete!

    ¡Hasta siempre!
    Madrid, 07 de junio de 2017

    José Ignacio Ayuso Díez.​
     
    #1
  2. Maramin

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    Estimado José Ignacio, te he movido el tema que propones al foro de prosa Generales, lo presentaste en el foro exclusivo de la revista en construcción "Eco y Latido" y podía haber sido simplemente eliminado. Procura colocar tus temas en el foro apropiado.

    Equipo de moderación
     
    #2
    A Luis Adolfo le gusta esto.
  3. José Ignacio Ayuso Diez

    José Ignacio Ayuso Diez Epicuro y la ataraxia, sin miedos ...

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    Muchas gracias Maramin. Pido disculpas por el error cometido.
    Un abrazo.
     
    #3
    A Luis Adolfo le gusta esto.

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