Otra vez el otoño

No hay días más emotivos, los recuerdos afloran muy fácilmente y dan ganas de conjugarlo todo en tiempo-melancolía. Con mi aplauso. Besos.

 

Nunca se fueron los duendes, como mucho estaban jugando contigo a hacerte dudar para mejorar aún más tus versos.

Es preciosa tu descripción del otoño. No le falta nada que añadir. Felicidades por tener tan buenas musas, aunque yo creo que esto no son duendes ni musas, es talento.

Un abrazo, Oncina.

 

Qué inspiración para crear esta magnifica poesía. Forma y contenido se conjugan en un arte que es también un juego que se juega con palabras, pero que quien se entrega de veras, sabe que es mucho más que eso.
Un abrazo:
Malena.

 

El segundo bello soneto que leo, confeccionado con la mano y el corazón de dos isleños. La correlación fotopoética también me ha encantado. "

Y una larga marea que retoma
la arena en galopante desafío
​

Creo saber exactamente lo que se siente, con ese "y te acercas y te vas..." de Joan Manuel, que has expresado con destreza. Un gusto leerte nuevamente. Abrazo.
Gus

 

Nuevamente el otoño nos deja su encanto lo mismo que tus versos, marga

 

Primero, felicitación por tu arte fotográfico. Segundo, requetefelicitación por tu arte poético, que no decae por mas que te empeñes en hacernos creer que sí.
¿De dónde sacas tanta belleza? ¿Del otoño? No me lo creo, porque aquí también ha empezado el otoño y yo solo escribo chascarrillos. ¡Qué mal repartidos están los dones poéticos! ¿O serán las islas, como dice Gus?
Eso será, no hay isla, no hay inspiración.
Un besico otoñal y mañanero.

 

Me gusta este soneto y comparto todo lo que dices en él, salvo el último verso, demasiado optimista para mí. Ya sabes que me van los pozos.
Saludos otoñales.

 

Me gusta el poema, querida Isabel. Tiene una carga poética muy interesante y, además, presentada en uno de los estuches más clásicos y complicados que puedan existir. Los versos «Y una larga marea que retoma / la arena en galopante desafío» me parecen especialmente bellos. Pero hay algo en el poema que no termina de convencerme, y es la sintaxis, las pausas, la correlación entre los versos; es decir, el modo en que están conectados entre sí. En mi opinión, algunos versos parecen necesitar una pausa más larga que la coma, así:

Otra vez el otoño con su aroma...
Huele a tierra mojada de rocío.
Con las primeras ráfagas de frío
se desvanece el sol y se desploma.
​

El primer cuarteto luce mejor en la forma anterior. La sutileza, o la precisión, en el uso de los signos de puntuación también es importante. Pero pasa que el segundo cuarteto comienza con una conjunción que no encaja con el resto de la estrofa. Es decir, no cierra los cuartetos con contundencia. El gerundio «perdiendo» no logra, en mi opinión, darle la fuerza sintáctica necesaria o hacer un enlace armonioso entre una y otra estrofa. Si dijeras, por ejemplo:

Una marea cálida retoma
la arena en galopante desafío
y los árboles pierden su atavío
mientras la luna fulgurante asoma.​

... los efectos serían muy distintos. Por supuesto, puedes elegir las palabras que quieras, pero más o menos dentro de ese contexto sintáctico. Es una lástima, porque se pierde el adjetivo «larga». Seguramente algo falta que aún no se nos ocurre.

Los tercetos, son otra cosa. Están mucho mejor enlazados y cierran el poema con gran efectividad lírica. Encuentro necesaria, sin embargo, una pequeña adecuación de las pausas:

Yo sé de días grises y lluviosos,
de la melancolía que confieren;
yo encontré del otoño la belleza

del baile de las hojas mientras mueren
y el resurgir, tras días tormentosos,
de un sol como ave fénix de pureza.
​

Tal vez los ejemplos no sean buenos, pero queda claro lo que quiero decir. Hay que armar el puzzle de modo que algunas piezas no parezcan puestas solo para terminarlo. Hay que darle más cohesión al discurso.

Un abrazo infinito y mi cariño.

 

Me parece muy bien que quieras ser fiel a lo que observas y a lo que sientes. Otro cantar es cómo expresarlo de manera, no solo que resulte hermoso, sino que tenga coherencia sintáctica con el resto del poema. En las modificaciones que has hecho, el verso que cito, no cumple con la métrica | Ver también error de transcripción en «pierde».

Abrazo.

 

Otra vez el otoño con su aroma...
huele a tierra mojada de rocío.
Con las primeras ráfagas de frío
se desvanece el sol y se desploma,

una larga marea que retoma
la arena en galopante desafío
y los árboles pierden su atavío
mientras la luna fulgurante asoma.

En este caso, el «que» del quinto verso es lo que no cuadra. Déjalo así, estoy seguro que nadie lo notará. Aquí no.

 

La foto es preciosa, y el soneto ni te digo.
Vuelve el otoño, aunque el frío aún se deja esperar, y seguimos en este desafío de estaciones que entre grises, ocres y marrones nos muestra una forma más de belleza que disfrutar.
También de la melancolía se disfruta... y el sol vuelve puntual a su cita un día u otro.
Un abrazote, Isabel, y a disfrutar de este nuevo otoño todo lo que se pueda.

 

También yo conozco esa meteorología, poeta.
Es todo un hallazgo feliz encontrar versos así.

Besos.

 

No, no, Isabel. Ofensivo es sugerir que yo sí lo estoy, pero no entremos en detalles.
La primera vez que leí este poema tenía errores métricos, gramaticales, de transcripción, un discurso inconexo entre los dos cuartetos, etc. Nadie comentó nada al respecto, y yo decidí esperar a que corrigieras todos esos detalles para no parecer más pedante de lo que a claras luces te parezco. En este foro no abundan las personas con conocimientos de gramática, ni de sintaxis, hay poetas que apenas saben escribir, casi nadie hace crítica constructiva ─por esta última razón decidí abandonar el foro de tensones─. De modo que resulta prácticamente improbable que alguien se detenga a hablarte de esos detalles del poema, aún cuando estemos en un foro de intercambios poéticos. ¡Es increíble, no? A eso me refiero, y no a otra cosa.
Un abrazo.

 

Precioso y melancólico el otoño con toda su dorada belleza. me ha encantado tu poema, Libélula.

 

Querida Isabel, yo vivo en el mar, igual que tú, siempre he creído que los que tenemos la suerte de tener por catedral una playa, y por un museo la arena o las piedras con marisco sentimos de forma diferente a los del interior, ¿no crees?

Tu texto te traslada, te envía a un lugar donde el otoño se siente, se nota, no porque deje caer las hojas de los árboles al suelo, sino por como huele, por como alumbra y enfría, tal como de forma tan hermosa y delicada describes en tu poema.

Como casi siempre, pasar por tu espacio es alimentar el espíritu, mi admiración poeta.

Pd: que arte de foto, amiga.