Simplemente Misi

Ah, pero qué belleza. querido Luis, qué ternura despierta tu Nena, mirando a la cámara...qué poder tienen en la mirada ¿verdad?, ellos son así ...tan mágicos
Gracias, Luis, que estés aquí es muy importante para mi, por muchas razones.
Un abrazo con todo cariño
Isabel

 

Querida Eratalia, gracias por tu visita, si es cierto lo que dices; Misi era un compañero, se echaba junto mi ordenador, dócilmente, ronroneando mientras escribía.
Un gusto tu presencia, amiga.
Isabel

 

Gracias, Ángel por estar aquí, por tu lectura y por tus palabras, eres muy amable.

 

Pues si, yo también lo acuño Vicente. Te doy las gracias, porque es un honor para mi tu visita, y además tu comentario me resulta muy estimulante, porque al menos a mi la mirada del compañero me hace sentir que "estoy" y su opinión se me hace indispensable.
Gracias, querido Poeta.
Un abrazo,
Isabel

 

Hola Gus, ante nada gracia por estar aquí, por dejar tu huella en este recordatorio a Misi, me alegra saber que tienes una gata. Es, como mínimo, llamativo como, a veces, aparece en nuestra vida como por extraño sortilegio ,un gato; quizás se deba a esa extraña simbiosis que parece darse entre el gato como compañero silencioso del escritor.
Nuestro Misi era especial por muchas razones,para empezar era un gato catalán, que vino a Canarias de polizón en la mochila de mi hijo; era ya por naturaleza de gato callejero de las calles de Barcelona, independiente, y anarquista; hubiera sido en estos momentos, como tener en casa a un enemigo de la patria; además su rabo tenía una malfornmación, era como el de un conejo, por eso, inicialmente, vino con el nombre catalán de cunill, aunque a mi siempre me pareció una cría de lince; al crecer tomó el pelaje de un tigre. Por su andadura como gato callejero catalán, con tan corta edad seguramente sabia más por callejero que por gato; y de las siete vidas que dicen tener, a saber cuantas habría gastado ya, por pura supervivencia: lo cierto es que atendía solo a el nombre de Misi imagino que es el nombre común conque se llama a un gatito abandonado en la calle, aunque lo cierto es que atendía sin darse ninguna prisa.
Uff... me he pasado, hablando de Misi, ¿sabes Gus?, como todos los seres que se nos van, parece que es en su ausencia, cuando notamos, cuantos espacios parecen conservar su presencia.
Disculpa este rollo.
Gracias otra vez, estimado Poeta.
Un abrazo
Isabel

 

Querido epimeteo, saber de ti me ha llenado de una inmensa alegría, estaba preocupada, pero ahora sé que estas bien, que sigues escribiendo y leyendo,que sigues siendo el amigo,amable y leal que fuiste desde el principio, con tus ingeniosas y brillante décimas,y con un enorme sentido del humor,que nada tiene que envidiar, tampoco, respecto a los sonetos.
Una suerte para mi que esa mirada generosa que siempre tuviste con mis letras y sobretodo, tu amistad.
Un abrazo con enorme afecto. y con él mis mejores deseos. Tu amiga
Libélula (Isabel)

 

Gracias por acercarte hasta aqui y compartir tu experiencia en esto de acoger de la calle y adoptar a semejante compañero: curioso, misterioso,a vces imparable y juguetón, otras apasible, sumamente independiente, aunque meloso.
Un fraternal abrazo también para tí.
Isabel

 

Mi querida Eratalia, estoy segura de que si, de que serías feliz con un Misi en tu regazo, son pacificadores los gatos, eso dicen que relajan; su otra virud, para mi, es su independencia. Sus lamentos de amores, lo peor.
Un abrazo enorme
Isabel

 

Gracias Andreas, tu huella en mi poema es un regalo.
Un abrazo, compañero.
Isabel

 

Hola Jorge, ¡17 gatos! ¡caramba! me reuerdas a Marga, nuestra compañera, su hogar era como un asilo de perros y gatos, a los que ella cuidaba con mimo, según nos contaba, siempre me dejó admirada su dedicación.No se que decirte sobre que seamos mejores personas por estar con gatos. Mi madrina era una viajera,incansable, y en cada ciudad que visitaba recogía algún gato callejero creo que podría hacerle un poema a cada uno, sus nombre eran tan especiales como lo eran ellos.
Un abrazo.
Isabel

 

Y quien podría hablar de lo "pelos" de su perro con más arte, gracia y ternura que tú?
Si, es cierto que los gatos van a su bola, pero al Misi lo llamabamos gatiperro, porque hacía cosas de perro. Te prometo que lo de su patita en mi cara, esa noche de lágrimas y letras, fue verdad, lo recuerdo alli sentadito sobre la mesa, mirando mi ordenador, metió todas uñas para dento , (no se a donde se meten las uñas de los gatos), y pasó su mullida patita por mi rostro, como queriendo secar mis lágrimas, un hecho tan excepcional que me resulta inolvidable y sé que puede parecer incríble, pero fue cierto.Parecía decir, estoy aqui, contigo. Ay,no, no, no, que me voy a poner melancólica de nuevo.
Besitos.
Isabel.

 

Mi querida Lourdes,mis poemas se hacen mejores con tu mirada, tierna y generosa. Gracias Poeta..
Un abrazo.
Isabel