Entre las peñas acurrucado.

No quiero, no puedo subir a esas alturas,
dónde la nieve reina, donde vive el hielo,
dónde el viento sopla impetuoso,
desgarrando la sólidas piedras.

Dónde los volcanes humean orgullosos,
ríos de fuego, humo, sangre ardiente,
consumen las rocas con besos de fuego,
no amo al fuego, no amo la nieve.


Solo quiero una humilde fotaga de leña,
sentarme sobre un tronco rancio y rebelde,
calentarme, perderme, ver como se consume,
y resguardarme del viento helado,
entre las peñas acurrucado.

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Sentimientos humildes para un bello poema de amor a la vida. Casi siempre en las cosas sencilla reside la felicidad y la calma. Un abrazo amigo Tarugus. Paco.

 

Gracias amigo por tu comentario.