El despertar de una tonada

Lentamente



se desatan las últimas notas de mi angelito musical



agotado de revolver el polvo de sus alas, un sueño ya olvidado.



Solo mis latidos siguen esa melodía antigua



en la cálida noche detrás de mis ojos.





Es el amanecer:



La ventana fragua serpientes devorando mi cansancio.



Ensambladas claves de sol



orquestando el preámbulo de aquella magnífica ópera



que todos entonamos en el bostezo.

 

Bellas imágenes al servicio de un sutil y bello surrealismo, a mí me lo parece amigo Ariel. Un abrazo. Paco.

 

Gracias Paco, que bueno que te pasas a leer. definitivamente está influenciado por mis lecturas recientes surrealistas jaja, que bueno que lo comentas. Sigámonos leyendo, un abrazo vuela. Ariel