Púas de espanto (2)

No querías ya volar,
querías permanecer entre rejas esclavas,
querías cubrir mis ojos con pupilas gastadas,
no querías más que descubra tus lágrimas y
y volví a ti como púas de espanto,
y te habité como paloma mensajera.
Con la olvidada señal de un murmullo antiguo
y de un rumor oceánico, pedí clemencia por
encender tu oleaje desvanecido.
En adelgazadas migajas de perdidas sonrisas,
con disimulos usados para embestir molinos,
en desvestidas secuencias entregué mi espada
a tus pies.
Pero no sé si fuiste cruel o si bastó mi entrega,
pues inclinabas siempre la fisonomía triste
para tapar irónicos pensamientos o enmudecías
para no multiplicar palabras...
Hoy, sobre el ojo Ciclópeo del Universo me detengo
para verte.
Y aunque tu cabeza de muñeca caiga de lado
mi Yo ansioso todavía te ama.
No sé aún si crees que soy traidor o verdugo.
Ese borrón que tapa las penas enclava tu decisión
de amar.
Por eso me inclino y escribo este poema:
tal vez tu rostro de hielo que congela mi sangre
se vuelva tibieza...

 

Es un poema con mucha carga emotiva, la melancolía juega muy hermoso en un amor no muy correspondido, se nota mucha sustancia en tu versar, me ha encantado la tibieza de tu epílogo, saludos de Paz y Bien.

 

Gracias poeta darwinsin por tu interpretación certera de este poema ( que tiene su correlato, en "llegó el momento de amarte" no editado aún.) Un saludo afectuoso y toda la suerte del mundo - que son bendiciones- para tu familia y para ti.