Todos los días en la cuerda floja

Todos los días el hombre camina
en la cuerda floja de la vida.
Todos los días está, ante la vida y la muerte.

La muerte esa loba hambrienta
que abre su boca para comernos.
Pero a su lado crece,
la flor hermosa de la nueva vida emergente.

En la cuerda floja
toma las decisiones más importantes,
debe ser perito de lo arriesgado,
Nunca mirar para abajo, ni para atrás.
Le podría costar la vida.

El hombre,
juega con la vida y la muerte
diariamente
¡Y no se da cuenta!
Su vida pende de un hilo, de una cuerda,
y solo se dará cuenta cuando esté,
sin nada
y caído en el piso derrotado
¡Cómo mendigo, desnudo!

Estando arriba se creía un Dios,
abajo caído de sus cuerdas,
se ve tan pobre y desolado
¡Cómo un simple humano!
Tocando la tierra de su realidad.

Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados

 

Ayyy Edith, así caminamos cada día, en esa cuerda floja que nos hace perder el equilibrio y desarrolla el temor en nosotros a tener una caída que no nos permita volar más...Profundos y muy bellos tus versos, un deleite poder leerlos. Muchos besos, mi querida amiga, llenos de mucho cariño y de mucha admiración.......muááááááckssss...

 

Ahí tiene mucha vigencia el valor de la humildad en el ser humano. Aprecio tu trabajo. Saludos.

 

Cuando uno está en la cima suele mirar por encima de los hombros, pero hay que tener cuidado,
de cuanto más alto cae uno, más severa la caída.
me ha gustado mucho.
Saludos, Edith Elvira, y abrazos.

 

Gracias bella y admirada Lomita

 

Gracias Joblan

 

Gracias Francisco Borgoñoz

 

la rutina nunca cambia, grato leerla

 

Gracias Marianne