Rampante.

Soy un organismo habilidoso,
Mil u un fragmentos llevo,
Y uno de ellos casi me asesina,
El fragmento rampante,
¡Qué maravilla!


Uno hace lo que le gusta,
No me pregunten lo que hacía,
Y algunos fragmentos,
Me ayudaban,
¡Eran mis guías!


Y el fragmento rampante,
Tan astuto y voraz,
Quiso derrocarme,
Humillarme,
¡Idiota pero zagas!


Por suerte la esencia es eterna en las letras,
Y el autor lo puede aceptar,
Pero el precio fue alto,
Vil, descarado y mortal,
Ahora la rampancia es esencial,
¡Qué calamidad!

​

 

Si te duele una parte, te duele todo.
Hay muchos detalles a tener en cuenta.
No obstante, si localizamos ese Dolor, podemos sanar.
Es menester, entonces, evacuar nuestras emociones, en algún cuaderno.
Describiendo nuestra situación actual. Desarrollando una terapia detectivesca.
¿ Cómo es que yo estoy pasando por tres o cuatro problemas, que se me amontonan, y parecen diecisiete ?
Debo observar cada asunto, por separado. ¿ Cómo los palpo ? ¿ Cómo los saboreo ?
Toda esta amargura que me puebla, puede ser aislada de mí.
Puedo dibujar...
Puedo tocar el piano...
Puedo echar a correr, vestido con ropa deportiva...
Pero lo interesante es la sanación. Si tengo seis problemas acuciantes, no son 23. Son seis.

 

Original propuesta enmarcada en una bella y certera escritura. Me ha gustado amigo Stephan. Abrazote vuela. Paco.

 

Yo localice ese dolor, pero él se resiste a ser eliminado. Como sea gracias por leer mi poema.