El local, ángeles o misa particular

Llegué al local algunos días después de abrir la puerta de salida de mi íntimo y transportable infierno. Llegué cargando sobre las espaldas la pérdida de toda esa gente que uno a través de la vida acostumbra a querer como propia, harta culpa, unas mías y otras auto adheridas; la inconsciencia que provoca el dolor de mis huesos, mis sentimientos vacíos de sentimientos, toda una derrota engendrada por años y años de errores sin ningún tipo de metáforas, lo puesto en mi cuerpo. Así; sin más ni menos.

Vine a dar a un local barato que me rentó un señor que se compadecido, no de mí y si de los años de abandono que ya le había prodigado a la accesoria, y que mirándome a los ojos supo que tenia en mí una oportunidad y se dijo a si mismo en medio de un secreto tan firme que hasta yo alcance a escuchar: si éste tipo me paga y lo mantiene limpio, bendita sea su desgracia. Y me lo rentó.

Llené el local con algunas computadoras rentadas por otro señor que también vio en mí la oportunidad de sacar tajada de mi desgracia, contraté Internet a una compañía que, siendo más honesta que los otros dos tipos, se aprovecha de todo mundo sin disimularlo esté uno o no en desgracia.

La intención siempre fue rentarlas por horas a gente que ya sabía que el amor cibernético por hora es más barato que el de carne y hueso que se vende a las esquinas; a desinformados que buscan información para después tergiversarla y usarla a su favor y pasar como gente de bien aunque sigan desinformados; a chicos que mienten, engañan y trucan sus fotografías con el único fin de poder enamorarse bajo las mismas reglas de chicas que hacen lo mismo; a chicos y grandes que se roban la música antes de que las disqueras, los cantantes y autores se den cuenta que no pudieron robarles a ellos y a quien tuviera ocho pesos para pagar la hora.

El local está en una colonia olvidada por la mano del Señor llamada La Curva del Diablo, a todas vistas es poco o nada acogedor, acaso ha de medir dieciséis metros cuadrados que solo pueden abrirse al frente por una cortina metálica dando la impresión de que uno está más afuera que adentro.

El polvo, el viento y en tiempo de lluvias la lluvia, siempre ven al local como su más acogedora guarida a la que sin miramientos entran justo después de hacer el aseo. Los ladrones también pasan por aquí por temporadas, pero se quedan menos tiempo, solo el suficiente para convencerse de que éste negocio no es negocio o en su defecto llevarse, de forma poco educada, el poco dinero que en mucho tiempo se haya acumulado y atender, cuando hay, a los clientes.

Sin embargo, algo ha de tener este lugar, algo misterioso e inexplicable, algo que hace que por las mañanas las señoras y alguno que otro señor de edad avanzada entren apoderándose de las sillas como si fueran las de su sala y como en su sala, platican y discuten entre ellos sobre la política de sus tiempos, sobre lo caro que se han puesto algunos productos que yo dudo mucho que aún existan, sobre el punto de cruz, el bordado de servilletitas o el deshilado de manteles para la mesa, sobre mentiras bien fundadas por las revistas del corazón, diarios que de tan amarillos uno llega a dudar que sus reporteros y dueños tengan acaso moral o de menos un poco de hígado en las entrañas, o platican del mal vivir de la gente que se rumora que vive por aquí, pero que nadie conoce ni ha visto, lo cual me hace sentir que el local es mágico y que por las mañanas alberga a gente con experiencia, y de verdad no dudo que la tengan, estoy cierto de que así es, de lo contrarío estoy seguro que estas personas me incluirían de vez en cuando en sus charlas en vez de ignorarme o por lo menos rentarían alguna computadora para dejarme en la bolsa algunas monedas que contribuyeran con mi escasa felicidad, pero ellos no se juntan con gandayas de mi calaña.

Al medio día ésto es otra cosa, a medio día el local se convierte en una vitrina sin cristal, un escaparate por el cual las personas me miran tantas veces pasen de largo por aquí intuyendo tal vez que he perdido el bigote, algunos kilos, o que me ya me haya cortado el cabello que crece sin parar desde hace dos años cuando llegué por aquí. A esa hora es cuando día a día sin faltar ninguno, pasa Alex que desde hace dos años cuando apenas tenía 16, camina por la acera de enfrente, me mira, me hace una seña con la mano y sin decir nada se aleja a comprar sus tortillas, pero cuando regresa pasa enfrente del local, abre el paquete y me dice ofreciéndome en imperativo; ándele cómase por lo menos una, es el pago por el derecho de vía, por pasar sin permiso frente a su negocio, entonces yo lo abrazo o lo despeino, cobro sin chistar el derecho de paso y me como una o dos tortillas. Es ahí, en ese momento, cuando en silencio me trago toda la ira que aún me queda, el rencor que me sobra y lloro para dentro de mí mismo en seco y en silencio para no espantarlo, entonces, solo entonces, doy comienzo a mi misa particular en la cual le doy gracias a la vida por seguir con este lujo de respirar, por el cinismo de fumar aunque ya casi no haya sitios para hacerlo, por el dueño de la miscelánea de la esquina que desde el primer día que me vio me abrió crédito y se ofreció a guardarme la botella ron que siempre me acompañaba y para que mis clientes no se indignaran, por la coca cola light, qué carajos, por el policía del transporte publico que en ocasiones sin ser servil y muy servicial me abre la puerta y me dice; adelante mi señor, sin saber que soy un autentico hijo de la chingada, por la gente que lee lo que aquí escribo y por aquellos que sin conocerme halaga mis letras, por quien me sonríe a pesar de mi y de todo, por Dany que es un chico de quince años que hoy vino a llorar conmigo su primer desamor, por el otro Dany de la misma edad que trabajaba de carbonero y al que obligue a aprender a usar una computadora, por Ángel que un día tuvo los arrestos de suplicar mi ayuda cuando se dio cuenta que mi mirada cambio el día que no volví a poner alcohol en mis venas y que supo que ese camino que yo había andado era el camino que él mismo debía tomar para dejar las drogas que ya no lo ayudaban a pintar ni a componer su música, por Jaime su hermano que un día se prejuicio en mi contra y se dedicó cabalmente a investigarme creyendo que yo podría dañar más a su hermano, y que hizo tan bien su tarea, que se sorprendió al saber que antes tuve otra vida y al leer algunos artículos especializados en revistas especializadas de publicidad especializada que nunca he firmado pero en donde aparece mi fotografía, y que de inmediato se dio cuenta que soy un hombre de paso y sin esperar a que me fuera no volvió a perder su tiempo investigándome y me regaló su amistad.

En fin, hoy se cierra el local por quiebra, el local en que por las tardes cambiaba, daba un giro impertinente y entonces algún despistado entraba a rentar una computadora, algún ángel despistado entraba para ver si me atrevía a pagar el precio de fundir mis labios con un beso a sabiendas que durante el día habían pasado ángeles de a de veras, ángeles a los que hoy que se cierra el local voy a llevar en alguna parte de mí y extrañar a rabiar en cada uno de mis recuerdos.

26.4.11 en una tarde en la que también doy gracias a la vida de que mi seudónimo no haya descubierto mi nombre.

Nota 1. Los nombres de esta prosa no han sido cambiados ya que a pesar de que varios en la Curva del Diablo conocen mi nombre verdadero ni por aquí les pasa que tenga un seudónimo, jeje.

Nota 2. Esta historia ha sido sacada de la realidad, eximo a la realidad de esta historia.

Nota 3. Se ha cerrado un círculo mas en mi vida, no tengo por ahora ningún plan, pero sin pan sé que he hecho misas geniales.

Nota 4. Esta historia ha sido escrita a toda velocidad, ya que el primer señor del que hago mención me ha decomisado computadoras por falta de pago, afortunadamente el segundo señor, que por cierto siempre huele a huevo podrido, no pude decomisar mi alma ya que de ante mano la tenia comprometida con el tercer Señor de la historia.


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A veces hay fracasos que huelen a victorias; quizás sea la prueba que no buscamos la victoria sino nuestro propio reconocimiento interior. Al menos eso me llegó.
Magnífica porción de vida.

Saludos, poeta.

 

aparto mi lugar!!! lastima que no de bonos, ja,ja,!! enseguidaa regreso voy a...leerlo!!


No fui la primera, pero igual me siento afortunada en esta tarde por dos cosas: por conocerle aunque sea por su seudónimo, es para mi mas que suficiente saber que esta detras de el. segundo por haber tenido la idea de pasar un segundo a mp a esta hora y toparme con este maravilloso escrito, una porción de un dia... asi! Se lo he dicho y lo reitero: usted es genial!!! permitame un abrazo, un beso y estrellas al por mayor!!


pd. me quedo con la angustia de saber si conservó alguna de estas maquinas... y asi seguir disfrutando de sus escritos, de sus tardes y segun yo de su amistad!!!

 

Este trocito de su vida que aquí narra, es el más profundo y que más me ha gustado de todos cuantos le he leído. No por lo del cierre, pues sé que es harto doloroso cerrar una etapa de su vida, tal como la describe. Sé que duele, porque a mí me pasó algo parecido con el bar musical que regentaba. Pero todo pasa amigo y todo queda. Se abrirán nuevos caminos y este sendero quedara en recuerdo, en bello recuerdo de Ángeles buenos e hijoputas malos -los unos, hacen a los otros-. Un abrazo amigo y ánimo en el comienzo de un nuevo sendero. Siga luchando, siga sin beber -sé de lo que hablo- porque en la vida, lo mejor, lo más bueno es gratis, pero siempre que se tenga la cabeza despejada para disfrutarlo.

Le repito, un fuerte abrazo amigo.

 

Amigo Gayo, me he quedado impresionada por la magia con que se escurren las palabras de su pluma, es sencillamente genial. No importa cual sea su nombre, usted forma parte de la vida de todos los que día a día tenemos el privilegio de leerlo y de compartir con usted: Sueños, nostalgias y cariño. A veces es difícil imaginar que en un rinconcito del planeta, alguien que ni sabe nuestro verdadero nombre, nos ama y nos valora un montón. Es un honor para mí, compartir un poco de lo nuestro.
Amigo Gayo, permítame darle un fuerte abrazo, pues yo sé que es usted bastante escurridizo, pero es un abrazo lleno de respeto y de admiración.

 

Es hora de reinventarse! Una puerta se cierra y pero otra se abrirá.
Buenísima prosa, como siempre.
Exito! Seguramente los angeles le ayudaran.
Un fuerte abrazo.

 

Hola, que te preocupas yo me cai de un ediificio de 5 pisos por andar de curiosa y mira lo que son las cosas, estoy viva
despues de tanta peripecia. Animo la vida es para los intrépidos. Grato leerte Saludos y estrellas
¡SONRIE

 

le deseo que no alla cuandos, de madrugada"

Un placer leerlo, Gayo

 

quizás... mil gracias

 

muchas gracias...un abrazo fuerte