Tu peor espejo

Hipócritas, cínicos, malvados, inmorales y amorales. No es poco el trabajo que lleva ocultar o no evidenciar nuestro lado oscuro: defectos, miserias de carácter, mezquindades, egoísmo, incluso maldad.
Pero también están quienes se exhiben y presentan mostrando con desenfado sus carencias conscientes de que, con ese descaro, logran un beneficio aún mayor que si intentaran ocultarlas, justificando sus mezquindades en su experiencia, en su entorno, en su historia de vida.
Y luego están los que, no solo justifican su falta de empatía y egoísmo sino que las reivindican, teniendo la íntima convicción de que no estarían donde están si no fuera por su indolencia y falta de escrúpulos. .
La mayoría de nosotros preferimos vivir la ilusión de creer que nadie conoce nuestras debilidades antes que afrontarlas y hacernos cargo de cambiar, de ser lo que Dios soñó para nosotros.
Pero es una realidad paradójica y patética, que todo lo que queremos ocultar sobre nosotros mismo, se vuelve muy evidente para los demás. Es más que probable ninguna de las persona con quienes mantenemos trato fluido lo ignore.
Todos conocemos a gente jodida, conocidos, compañeros, amigos o familiares: miserables, mezquinos, egoístas, irascibles, indolentes, tacaños, malvivientes, estafadores, usureros y ladrones. pero nunca les planteamos sus defectos de carácter o inmoralidad. ya sea por indiferencia, o para no exponernos a un momento incómodo, o para no tener que afrontar un juicio sobre nuestras propias faltas. No vaya a ser que por sacar la paja del ojo ajeno nos reprochen la viga en el propio. Entonces, preferimos seguirles el juego de que se crean personas de bien.
Salimos al mundo, sintiéndonos seguros con nuestro juicio silencioso, olvidando que también nosotros evidenciamos las propias miserias ante los demás, e inconscientemente nos presentamos con máscaras, mientras todos conocen nuestro verdadero rostro.
La cobardía y la hipocresía son una forma de defensa propia Y seguiremos representando nuestro rol, auto justificándonos, excusándonos y mintiéndonos. Nada es poco cuando se trata de no mirarnos en el espejo.

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Fernando M. Sassone

 

Muy interesante esta visión de la trasera del espejo. Yo añadiría incluso que lo que nos mueve en los demás es un reflejo de lo que no somos capaces de superar en nosotros mismos.
Comparto que tenemos miedo a mostrar nuestras debilidades, eso nos dejaría en desventaja, aunque puede ser un arma de doble filo porque de ese modo tampoco podemos enmendar o aceptar lo que somos y de algún modo canalizarlo para que no nos perjudique. Como humanos que somos, estamos llenos de defectos en nuestra perfección, somos una paradoja viviente.

Te envío estrellas y un abrazo

Uqbar

 

A mi me llama la atención como la gente evita o ataca a quienes pueden ser sus peores espejos.

 

Y a veces el espejo refleja lo que quieres ver, lo que maquina tu mente y esto en todo caso es peor...

Gran escrito, me ha encantado!
un saludo de sabado bien temprano

ladulcec-zza

 

Gracias por comentar Ladulcec! y si... esa variante no la tuve en cuenta... a veces el espejo refleja lo que queremos, que suele ser falso.

 

Tan cierto que crei que estaban hablando de mi, de mi vida, en todo coincidio conmigo.

 

Gracias por comentar Brian. Abrazo, y... a romper espejos!

 

Exelente reflexión, este mundo tan lleno de todo que si nos dejamos nos arrastra, es una lucha ir contracorriente, lo mejor es tratar de ser uno mismo y no reparar en los demás, creo que la auto justificación no debe de caber en uno... un abrazo amigo Fernando y estrellas...

 

Gracias José! ser uno mismo... eso es...y no temerle al cambio... a mejorar...

 

Agradezco el reconocimiento!

 

La introspección frente a un espejo, como la verdad en la arena... muy buena prosa.
Un gusto pasar, saludos.

 

Muchas gracias Alec!!