Un fantasma en Tarifa

Cuánto y qué poco
conocemos a nuestros amigos
de este foro.
En un día lunes de invierno
recorrí las callejuelas
de un pueblo desierto
pensando que a la vuelta de la esquina
o allí, comprando verduras,
podía estar Carnavalero.
Quizás nos cruzamos, no nos conocemos,
quizás mientras el granizo
azotaba nuestras espaldas
el tomaba un café mirando el mar
y preguntándose por esos locos
de la playa...
Solo en un momento lo vi,
aunque sé que no era él.
Ya partíamos y hubo un rato
para asomarnos a un valle en la sierra,
con un arroyuelo abajo...
Una tentadora cuesta de matorrales
invitaba a caminar.
A lo lejos, un adolescente caminaba con dos perros:
era él.
También era yo, claro,
mi yo adolescente con dos perros,
como tantas veces
en la soledad de la tierra.

 

Ayyy Jorge qué maravilla de versos, versos libres como el viento y arrastrando sentimientos a flor de piel, ayyy al leerte me he puesto en tu lugar y he percibido la brisa de Cádiz, de su punto más meridional, de su aire fresco rozando con benevolencia mi alma al pasar... ayyy... y es que yo viví 25 años en Sanlúcar de Barrameda y he visitado muchísimas veces Tarifa y recuerdo tener que agarrarme a alguna barandilla porque el aire me llevaba literalmente jejeje y recordar lo que dicen por allí: "Tarifa, un sol entre dos mares... la mare que parió al Levante y la mare que parió al Poniente" jejeje... Pero volviendo a tus versos, ya me gustaría a mí que al volver a esta tierra me chocase contigo porque te íba a dar mogollón de abrazos... y mejor aún encontrarnos también con Carnavalero, ayyy...Encantada de leerte. Te he cogido mucho cariño y te admiro hasta el tuétano......muááááácksss....

 

¿Verso libre, Isabel? Hace tiempo que tengo soltura para la prosa, recuerdo que en la secundaria sacaba dieces en redacción, y eso que era, en general, pésimo alumno. Si, esto de las afinidades virtuales es misterioso, ni siquiera me ha confesado Carlos aún si de adolescente caminaba por esos prados con sus perros, vaya a saber. Es interesante descubrir a veces en qué detalles ciframos nuestra identidad. Podría haber visto más amigos en mi viaje, pero eso hubiera cambiado mucho su sentido: teníamos ¡muy poco tiempo! A Tarifa habremos llegado, ese lunes 8 de enero, a las diez y tantas, y nos fuimos a las seis de la tarde, con el sol.

gracias y abrazo
Jorge

 

¡La mare que te parió, Isabel, qué bueno tu dicho! Sí, la distancia, que se mide en euros, es muy larga de aquí allá...
gracias y abrazos
j.

 

Ayyy como me toque la lotería Jorge no existirá distancia que se precie...Un millón de besos querido amigo....muááááácksssss....

 

Bello lo escrito poeta, no nos conocemos pero imaginamos las rutas de ese alguien que son las mismas rutas que caminamos. Tropezamos con ese otro que queremos encontrar y hasta se toma café mirando el mar...quien sabe.
Un cordial saludo y buen domingo