Aligerando el peso de la verdad

Las reticencias de un hombre a comulgar
con las alabanzas de una mujer enamorada,
son ahora clara evidencia demostrada.

No, no era timidez ni impostada modestia
sino, una procaz y bien estudiada estrategia
de la hipocresía que anida cómodamente en sus entrañas.

La dureza del escarmiento que ha petrificado mis vísceras,
me impide soltar una sola lágrima;
pues, ya no habrá perro que me ladre a mí.

Así, como porfiada contrapartida a los desplantes
que me han sido y serán infligidos en vez de lamentarme,
le echo un cómplice guiño al maestro Sabina:

"Lo nuestro duró, lo que duran dos peces de hielo
en un güisqui on the rocks (…) en vez de fingir
o estrellarme una copa de celos me dio por reír...".

No existe en el globo satisfacción más apetecible
para sacarse del cuerpo cualquier espina,
que la del humor trufado en el paladar.

-mdac-

Valeria María

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Me gusta. Buen consejo, si señora. Con humor las penas son mejor. Saludos amigables.

 

Buen poema de resarcimiento, estimada Valeria, un abrazo

 

En vez de mesarse el pelo,
es mejor decisión
aplicarse útiles consejos
cual milagrosa sanación.

Gracias por detenerte aquí, compañero de letras.
Calurosos saludos

 

Al resultado final me remito,
¿cabe mejor ejercicio
para neutralizar las penas de amores,
que retar con risa los sinsabores?

Muy agradecida, estimado Ben.
Abrazo

 

Saludos de inmenso agradecimiento para ti, colega.

 

tiene cosas salvables pero, la verdad, no lo ubico mucho en este foro de realistas

dislike también

 

"...cosas salvables..." Gran honor me hace usted, caballero.
En cuanto a sus dudas sobre lo que es real o no, desde mi lado de una experiencia que me ha lacerado las carnes, le puedo asegurar que todavía estoy en el estadio de convalecencia.
Gracias por su crítica y su tiempo.