La tarde aquella

Te fuiste sencillamente
sin un beso tan siquiera
embargada por el odio
pobre mujer altanera

Pasaste de brazo en brazo
el amor a la carrera
pero le pusiste coto
y a tu corazón, barrera

Y nos quisimos los dos
con un amor de locura
de eso que con los años
para siempre aquí perdura

Una tarde de verano
entre otros brazos caíste
de nuevo la conveniencia
hay amor, por qué te fuiste

Hoy lloras en lontananza
por tanto amor que tuviste
recordando aquellos brazos
y tanto como perdiste

 

Bello y triste poema ... Un gusto ,saludos.

 

Gracias Alecctriplem, saludos

 

Hermoso poema, Alejandro. Un gusto leerte, compañero. Saludos
Azalea.