El jardinero 2 - versión precuela - relato corto

El Jardinero 2 (versión precuela)

I
Amanda querida, eres linda, pero hoy estás fantásticamente hermosa; no pensé jamás que el día de nuestra boda me regalaras tanta belleza. Te prometo una vida llena de amor en una casa grande con extenso patio y nuestros niños jugando con nosotros en toda su extensión. Ven, vivamos con intensidad este momento de felicidad…

II
Anoche le di un beso a cada uno en sus camas y los vi dormirse. Momentos antes, Amanda los vistió y estuvo un buen rato con ellos mirando como jugaban con las almohadas. Camila se acurrucó con el oso marrón que tanto quiere; el de ojitos grandes y cinta naranja en el cuello. En cambio, a Joaquín y Daniel, el baño los planchó sin darles tiempo a buscar sus peluches.
Mis angelitos, sí, ellos son mis angelitos. ¡Cuánto los quiero! Doy todo en mi vida por verlos crecer felices junto a Amanda.

III
Hoy me toca cortar el pasto y preparar el terreno para que cuando vengan los chicos, encuentren todo en orden y puedan desparramar sus juguetes, sus mochilas y pasen una tarde hermosa.
Amanda se encargará, como siempre lo hace, de traerles la leche con chocolate, de ayudarles a guardar todo luego de que jueguen y los mandará a hacer sus tareas de la escuela.

IV
Ayer les dije a los chicos que al terminar sus momentos de esparcimiento guardaran todos sus juguetes para que no los pisáramos o no se perdieran en medio del pasto. Parece que me escucharon puesto que no veo nada con lo que ellos puedan jugar; no hay ningún juguetito; no están ni los barriletes que fabricamos con papeles de diarios, ni las pelotas, ni los camioncitos, ni las patinetas, ni los muñecos de la nena; parece que los guardaron muy bien puesto que no se ve nada; está la galería, el asador, la mesa redonda con las sillas, la casilla donde se guardan las herramientas, y al frente, el pasto verde, pero no veo sus juguetes, nada de nada.

V
Estoy extrañando la caja grande; esa donde guardamos la pileta de lona con sus caños. Tendré que empezar a buscarla porque llegará el verano, y como todos los años, se las armaré y seré el primero en zambullirme en ella cuando esté llenita de agua cristalina. Esto a los chicos les encanta, se divierten a lo loco, se ponen muy contentos; ya veo sus rostros felices de ver, a mi Amanda y a mí, bañamos con ellos.

VI
Los niños hablaron y expresaron sus deseos y sueños: Camila cuando sea grande quiere ser Contadora Pública Nacional; Joaquín, astronauta y también médico. Daniel nos sorprendió a todos un poco: “camionero de vacas”. Claro que lo entendimos, y con Amanda le compramos un camión con caja larga de madera para que transporte sus vacas de juguete y sus caballitos, en donde a veces se cuelan algunos soldados y algunas bolillas.

VII
No debo olvidarme que tengo un compromiso con los chicos. El sábado por la mañana saldré al centro comercial a comprarles sus trajes de egresados, con sus camisas y corbatas a tono, ropa interior, además de sus zapatos y lociones a su elección. Al mediodía, prepararé el asado con sus amigos, para luego por la tarde jugar con todos ellos un partido de fútbol cinco. Estoy pensando cómo haré, ya que mis piernas no se encuentran muy bien… ya veré… tal vez sólo pueda verlos jugar.
Ah, por cierto, a la noche debo llevar a la nena a un cumpleaños de quince; y esperarla, por supuesto, hasta que me llame para retirarla.

VIII
Los chicos me pidieron la Renault 4 L para ir el domingo a pescar; les dije que sí, pero que la cuidaran de no cargarla con mucho peso porque después le salen ruidos y me cuesta un poco el arreglarla por falta de tiempo. También les dije que si tenían suerte de pescar algo, no pongan en apuros a Amanda con el tema de destripar pescados y todo eso.
Ellos saben que a la “renoleta” yo la cuido y la reservo exclusivamente para ir de paseos con ellos y con Amanda o cuando queremos visitar parientes los fines de semana o salir de viaje en vacaciones; por eso la misma debe estar en buenas condiciones.

IX
La nena quiere presentarnos a su novio. Me dijo que ya habló del tema con Amanda, que sólo faltaba mi permiso para traerlo a casa. Si me pongo a pensar bien, Camila ya pasó los veinte y tiene edad para el amor.
Según Amanda, el novio de la nena es un gordito muy simpático y educado; por comentarios de Camila, él es muy estudioso, le falta poco para graduarse y mantiene la intensión de especializarse en Geriatría.

X
Amanda me acomodó el cuello del saco y la corbata. Luego me pasó un pañuelo por la frente. La nena se demora y el “gordito” no da más de la impaciencia. Serán los veinte metros más nerviosos que caminaré en mi vida. ¡Lo que debió sentir mi suegro cuando acompañó a mi Amanda! Ahora lo entiendo. ¿Quién diría… Camilita de mi brazo hacia el altar…

XI
Le dije a Joaquín que sí. Que lo apoyaríamos en todo. Por lo que mi Amanda ya le ayudó a preparar su valija y será ella quien lo acompañe. Será sólo los primeros meses hasta que haga pie y se adapte. Sabíamos desde hace tiempo su deseo de estudiar medicina lejos de casa. ¡Ay Joaquín, cómo pasaron los años!

XII
Amanda se demora y no entiendo por qué. Como ella se encuentra enferma, sacamos turno para el médico a las siete de la tarde. Los chicos se quedaron afligidos preguntando. No supe qué decirles y les expliqué que nada se sabía, nada. Pero ella y yo sabemos todo; lo que no entendemos es por qué a ella, por qué a nuestra familia, por qué nos toca vivir estos momentos…

XIII
Si a Joaquín le dijimos sí, a Daniel también. Me dijo que no estudiaría y que la Facultad no era lo suyo; que había emprendido un trabajo pero que no era nada fácil; que lo disculpáramos si había defraudado nuestra confianza. Hablé con él y le dije que estaba orgulloso por su sinceridad y valentía. No todos los hijos son iguales, por lo que con Amanda, sin saber qué rumbo tomaría en su vida, pero conocedores de su alma libre y bohemia, le dimos nuestro apoyo.

XIV
Escuché los gritos y las risas de los chicos en el comedor: están abriendo los regalos de fin de año. Prepararon la mesa en forma especial porque cenaremos pastel de choclo, humitas y tamales. Yo preparé un matambre de cerdo arrollado con ensalada rusa que comeremos mañana. Amanda endulzará la ensalada de frutas y luego partiremos la sandía...

XV
Por la mañana, salí a mirar el patio. Qué difícil debe ser desapegarse de todo aquello que te acompañó durante muchos años, y sobre todo, si te brindó tanto placer. Qué haría y qué sería de mí sin mi jardín. Tan difícil sería alejarme, ya que entre él y yo, hubo entrega, reciprocidad y cariño; el me dio perfume y belleza y yo le di trabajo y esmero.

XVI
No tengo maneras de consolar a nuestros hijos, sobre todo a Camila, que se descompensó en pleno funeral.
Amanda: te voy a pensar y extrañar todos los días de mi vida. Sólo te pido que tengas un poco de paciencia para que estemos juntos. Creo que todavía no es mi hora. Lo que pasa es que los chicos me necesitan todavía…

XVII
Amanda querida, te pido que me disculpes; sé que tengo que venir a visitarte y traerte flores pero no a preocuparte. Lo que pasa es que a veces siento que me pierdo, que no reconozco a mis hijos. Sí, ya lo sé, no debo dejar de ir al médico; ya lo hice, y me está haciendo varios estudios. Te dejo las flores en tu florero azul y te visito la otra semana.
Te envío miles de besos…

XVIII
Ayer llegó Camila trayendo la gran noticia: se agranda la familia. Ya le hicieron la tomografía y dijeron que era una nena y que la llamarían Victoria. Adrián, a pedido de Camila, ya contrató unos pintores y unos decoradores para preparar y arreglar la pieza en donde dormirán a futuro los niños y la recién nacida.

XIX
Tendré que comunicarles a los chicos que he pedido licencia sin goce de sueldo porque la licencia médica por largo tratamiento ya se me excedió y aún no siento mejorías en mi cuerpo. No sé cómo lo tomarán. Creo que bien porque siempre ellos me apoyaron.

XX
Joaquín, nos comunicó ya la fecha de la entrega de Diplomas en la Universidad. Dijo que entre todos, eran quince médicos los que recibieron. Ahora debemos prepara el viaje. Estaremos casi todos presentes: Adrián y Camila con los niños, viajará con nosotros Sofía, la novia de Joaquín y lo hará también Daniel, pero un día después, por una cuestión de trabajo.
Cuanto lamento que no esté Amanda, pero sé interiormente que ella de alguna forma también estará presente.

XXI
Ayer perdí una carpeta con mis estudios médicos. No sé dónde la dejé. Tendré que empezar a anotar y a poner carteles por toda la casa, porque esto de andar perdiendo las cosas y no recordar, no me está gustando nada. ¡Ay si estuviera mi Amanda para ayudarme!

XXII
Ayer por la mañana, Daniel me pidió prestado algunas de mis herramientas. Yo gustoso accedí. Me comenta que hizo un pedido grande de insumos y herramientas para su pequeña empresa, pero la entrega de las mismas se retrasó unos días. No sólo me pide a veces prestado herramientas, sino que constantemente también me pide consejos, sobre todo en la conservación y ambientación de jardines grandes y extensos. Gracias a Dios que toda mi experiencia y mis conocimientos hoy puedo volcarlos en él. Sé que con el paso de los años será muy buen jardinero. “Astilla de un mismo palo”.

XXIII
Hoy nos juntamos todos a festejar mi cumpleaños: Camila con Adrián y los niños, Joaquín y Daniel con sus respectivas novias Sofía y Angélica. Trajeron una torta de masa de hojaldre rellena con dulce de leche, bañada con un merengue blanco, riquísima…
No me dejaron hacer nada. Sólo tuve que sentarme a la mesa y comer. Ellos se encargaron de todo; antes de irse limpiaron absolutamente todo.

XXIV
A veces veo a dos muchachos trabajando en la casa. Entran y salen, de mañana y de tarde. Eso me confunde. Tendré que preguntarles a Daniel y a Joaquín si los conocen. Llega también, de vez en cuando, una señorita muy apuesta que me regala cosas…

XXV
Amanda, te estoy esperando… te preparé un ramo de flores… las puse en la galería del fondo, en el jarrón azul que tanto te gusta…
Amanda, mi querida, dónde estás… por qué tardas en llegar…


FIN

 

Relato bastante ameno que narra la cotidianidad de una familia común y corriente. Relato muy bien llevado. Me ha gustado muchísimo.
Solo diría un par de cositas en su redacción:
Párrafo I: utilización del modo condicional: "regalarías", en lugar del pretérito imperfecto del subjuntivo: "regalaras": "no pensé jamás que el día de nuestra boda me regalarías tanta belleza" "NO PENSÉ JAMÁS QUE EL DÍA DE NUESTRA BODA ME REGALARAS TANTA BELLEZA"

Párrafo VII: utilización de la preposición "A" en lugar de la preposición "POR": "El sábado a la mañana". En lugar de: "El sábado por la mañana"
... "para luego a la tarde...". En lugar: Para luego por la tarde..."

Párrafo XI: pié en lugar de pie.

AL párrafo XVIII le faltó la "V"

A grandes rasgos eso fue lo que encontré.

Preguntas:
¿Qué es futbol cinco?
¿Qué es matambre? ¿Qué mata el hambre?
¿Por qué sacaste de la historia a tu Amanda? Sería acaso, para justificar luego tu estado de delirio, tu estado como de demencia senil.

Me he deleitado un rato con tu historia.

Suerte.

 

Excelente Manolo. Un gusto leerle. Saludos.

 

Hola Sigifredo, te tomaste el trabajo y el tiempo de leerme. Estoy inmensamente agradecido y también por tus amables correcciones.

Te cuento que aquí llamamos matambre a un corte de la carne, más precisamente del vientre de la vaca o del cerdo y se lo prepara al horno, a la parrilla o se lo rellena con verduras adobadas y se lo hace hervir.

El fútbol cinco es una modalidad de juego en cancha chiquita, y en vez de ser once jugadores contra once, son cinco contra cinco. Nada más.

y por qué lo de Amanda

Te cuento que yo escribí (El Jardinero I), un relato en primera persona en donde el relator cuenta que llegan varias personas a su casa, personas a las que no conoce y que se ocupan de todos sus cuidados; él en ningún momento quiere o no se anima a preguntarles quiénes son para no molestarlos. Luego el protagonista va contando en forma progresiva su deterioro con respecto a su salud y durante todo el relato él espera que llegue su esposa Amanda, la cual se le aparece recién en la clínica momentos antes de su muerte. Momento también en el que reconoce que esas personas que lo cuidaron en sus últimos años eran sus hijos.
De allí se me ocurrió la idea de hacer este relato como una precuela o historia de la vida pasada de estos personajes y salió esto.

Es una manera de practicar. Lástima que tendría que haber aclarado que este relato era la continuación del otro.

Amigo, gracias nuevamente. Te envío un gran abrazo.

 

Muchísimas gracias, mi estimado Sultán, por tu grata y amable presencia en mis prosas. Prometo que voy a acercarme por tus presentaciones.

Te envío un gran abrazo.

 

Siempre es placentero leer tus relatos llenos de cadencia, elegancia y sencillez. Eres un excelente escritor. Ciertamente que me quito el sombrero. Suerte.

 

Muchísimas gracias, mi estimado amigo Sigifredo, por tus gratas y amables palabras. Es un honor para mí viniendo de tu parte.

Te envío un gran abrazo.

 

Realmente es un deleite leer tus relatos, son agradables. Suerte.