Perdido vino a sí la luz divina. Soneto.

Perdido vino a sí la luz divina

tomando de su piel lo perceptible,

resuelta por venirse incombustible

de un tiempo más allá de su retina.


Fragante su cabeza se ilumina

con una claridad inconcebible,

perdido se encontró en lo inconfundible

ganando lo que al fin jamás termina.


Y a soles de esperanza fue creciendo

a embates de horizonte y de oleaje

armando lo que ayer fue deshaciendo.


Perdido se hizo súplica y lenguaje,

alado y con sus alas concibiendo

más luz para emprender tamaño viaje.


12/03/2019

 

Quién pudiera escribir tan brillantes endecasílabos, todavía no aprendo, siempre son alejandrinos, sé que no vas a responderme y comentarme menos, pero eso no importa, siempre te leo Esteban un abrazo y un beso, ya que aprendí a hacer esto.

 

Cómo no voy a contestar a comentario tan amable?
Muchas gracias. Todo es técnica y práctica, desde mondar una manzana a componer un soneto.
Lo importante siempre es tener algo que consideres bello que contar.
Besos y abrazos.