La última carta

Sabes… desde el primer momento en que te vi, cuando cruzaste esa puerta, y me observaste, sentí una… conexión muy fuerte.
Cuando nuestras miradas se cruzaron, fue como si todo lo que había alrededor nuestro, el ruido, la gente, desapareciera.
Fue un instante mágico, en que nos sumergimos en nuestras almas, y sentí que ya te conocía, sentí que fue un reencuentro de dos viejas almas que algún día se amaron, y que en ese instante se volvieron a encontrar.
Al principio no podía creer que tanta felicidad se apoderara de mi, ¡Al fin había encontrado lo que busque con tanta desesperación!
A medida que pasaba el tiempo, y fui conociéndote más, solo confirme mi amor por ti... Cuanto mas tiempo pasaba contigo, sentía que ese vació de mi alma que en muchas oportunidades me hizo dudar de todo, se iba llenando, cada vez mas, solo con esa sonrisa tuya que me hacia el ser mas feliz de este planeta. Ese espacio se fue llenando, ahora esta rebalsado de tanto amor, y a veces pienso que no puedo contener esto, necesito compartirlo, porque llego al punto en que me hace daño…
Y ahora, esta dichosa alma que vive por ti, siente que no puede amarte…
Y eso le provoca mucha angustia, porque sin tu alma, ya no tengo fuerzas.
Este amor es demasiado grande para compartirlo en estés lugar, porque aquí hay demasiado odio, demasiada maldad. Y si el mundo, si la gente ve nuestro amor va a sentir envidia, y actuara con maldad, y yo no quiero que algo te suceda, no, por ningún motivo.
No quiero que dañen tu alma tan pura, tan bella.
Por eso debo marcharme, lejos de este lugar… lejos de ti. Porque te amo, y si debo alejarme de ti, y no verte jamás, lo haré.
Solo quiero que tengas presente, que eres lo más importante, que te amo, un amor que la gente no comprende, y que hagas lo que hagas nunca vas a estar sola. Yo siempre estaré ahí… aguardando nuestro encuentro.
Será una larga travesía, un largo camino en el que sufriremos mucho por no estar juntos y nuestro único consuelo será el amor que nunca va a desaparecer de estros corazones, porque la maldad nunca podrá destruirlo.
Lo que más me hiere ahora, es saber cuanto vas a sufrir, cuanto vas a esperar por mí. ¡Pero ambos sabemos que valdrá la pena!
Cuando estés muy herido solo pensar en ti, sanara mis heridas, cuando tengo tenga frió, tu sonrisa me cobijara, y si llego a pensar que no puedo mas, pensar en estés amor tan grande, me dará la fuerza para seguir.
Como dije antes, no quiero que nunca pienses que estas sola, porque no es así. El amor que te entrego desde lejos es tu motor, tu fuerza.
En los momentos de debilidad, en que la maldad nos hace dudar, perdemos la fe, y creemos que ya nada vale la pena, pero en el fondo sabemos que siempre hay una esperanza, y anhelamos el día en que nuestras vidas cambiaran.
Yo continúo esperando ese día, cuando nuestras almas vuelvan a encontrarse, para amarse eternamente. Porque no he perdido la fe de que ello ocurrirá pronto, porque nuestro amor es el que esta acabando con la maldad.
No pierdas nunca la fe porque eso te hace daño. Recuerda siempre que no estas sola, mi amor te acompaña.

 

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