El monstruo miedoso

EL MONSTRUO MIEDOSO
​

Cuento inspirado en la novela para adultos titulada “Eso”
(“It” en inglés) de Stephen King.​

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El niño había celebrado el quinto cumpleaños aquél día. Antes de acostarse comió un enorme trozo, demasiado grande, de la tarta de chocolate que le regalaron para celebrar la fiesta. Aquella noche le dolió la tripa y sufrió una pesadilla terrible:

Un pequeño monstruo, del tamaño de un ratón, salió de una tarta de chocolate colocada en la mesa de su habitación. Su aspecto era terrible: tenía la piel del color del chocolate, los dientes puntiagudos como clavos y las patas con uñas muy afiladas. El niño gritó, el monstro creció hasta alcanzar el tamaño de un gato y saltó de la mesa al suelo. Después, con el siguiente grito del niño, el monstruo volvió a crecer, alcanzo el tamaño de un perro y saltó del suelo a la cama. Al final, cuando el monstruo se disponía a morder, el niño gritó de verdad:

– ¡Socoooocoooooorrooooooooo. Mamá. Sooooocoooooooorrooooooo!

Enseguida se abrió la puerta, se encendió la luz, apareció su madre y preguntó asustada:

–¿Qué te pasa? ¡Mi niño pequeño!

–¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! El monstruo del chocolate quería morderme. Me duele la tripa.

–Tranquilo. Tranquilo. Sólo ha sido un sueño. Ya pasó. Te duele la tripa y has tenido una pesadilla por comer demasiado chocolate. Ya he visto que ha desaparecido el trozo de tarta que sobró.

–¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! Ya no volveré a comer chocolate. Me da asco.

La madre le dio un beso y un vaso de manzanilla, para tranquilizar y aliviar el dolor, y se quedó con él hasta que se durmió.

Al día siguiente se repitió exactamente la misma pesadilla: el niño volvió a soñar con el monstruo que crecía con sus gritos. Su madre, después de pensar mucho en los sueños de su hijo, encontró la solución:

– Ya sé lo que te pasa. – dijo a su hijo – Sueñas con el monstruo porque le tienes miedo, aunque no exista. Cada vez que gritas crece más, se alimenta con tu miedo. Tienes que dejar de temerle. Si vuelves a soñar con él, le dices: “vete de aquí, bichejo, no te tengo miedo”. Esta noche me quedare a dormir contigo para que eches al monstruo.

Así lo hicieron la noche siguiente. Cuando el niño pidió socorro durante el sueño, su madre le dijo:

– Dile al bichejo que se vaya, que no le tienes miedo.

El niño escuchó la voz de su madre, sin despertarse, y le dijo al monstruo:

– Vete de aquí, bichejo. Ya no te tengo miedo.

El monstruo disminuyó de tamaño cada vez que el niño le llamaba bichejo y le ordenaba que se fuera. Se fue reduciendo del tamaño del perro al del gato, después al del ratón, y al final, siendo tan pequeño como una hormiga, salió chillando por debajo de la puerta del dormitorio.

Así aprendió el niño a vencer su miedo y nunca más soñó con el monstruo.

 

Interesante e ilustrativo, se los contaré a los niños pequeños con quienes tengo contacto. Aunque hay algo con lo que no estoy de acuerdo: el chocolate es delicioso y a mi si me gusta mucho. Mi saludo cordial.

 

También me gusta mucho el chocolate; pero si como la tarta entera, como el protagonista de este cuento, tendré pesadillas. Ja ja ja ...

Gracias por comentar este sencillo cuento. Feliz primavera.