¡Más maderaaa!

A la salida de misa
con mi traje más bonito
y mi bolso favorito
caminaba muy deprisa
junto con mi amiga Luisa,
para llegar al paseo
donde esperaba Romeo;
iba feliz y contenta
por la calle polvorienta
sin temor al chismorreo.​

 

Es verdadero, lo admito

mi interés por el teniente

Don Romeo Ariel Morente,

que conocí en Marga Marga

con su chaqueta de sarga,

el galán de los soldados,

de verdes ojos rasgados,

y cambié al cantor Francisco

con su carácter arisco

por los botones dorados.

 

Buscan otra perspectiva
los ciudadanos de ahora,
no creen al hombre que ora
y pierde la expectativa.
Buscan una comitiva
que no solo les prometan
sino que eso lo acometan,
sin retorcerles el cuello,
y se desvivan por ello.
Lo otro, siempre se lo vetan.

 

Forman poder regidor,

si se arma alguna estampida,

para cuidarnos la vida,

aunque provoquen temor.

Hay que evitar el terror

que causan algunos focos

de malhechores y locos;

nada detiene al teniente,

que no vacila en el frente.

¡Valientes como él hay pocos!

 

¿El mejor de los solteros?

Yo pienso que es muy audaz,

siempre dispuesto y tenaz

de tarde, noche o mañana

al trepar a una ventana

para auxiliar a la gente,

saliendo inmediatamente,

cuando hay alarma de incendio,

sin cobrar ni un estipendio

por dar un socorro urgente.

 

"Mejor únete a la danza,

no quiero que me repliques”

Entonces no me critiques,

si este argumento no avanza

o si se duerme en la holganza

la leña de nuestra historia.

Guardo siempre en mi memoria

el baile dadá del fuego

sigamos armando el juego

dando vueltas a la noria.

 

Dando vueltas a la noria
avivo con mi madera
la existencia de esta hoguera
que enfrenta audaz a la Moira
y prosigue con la gloria
de mantenerse encendida,
buscando la luz prendida
en todos los bailarines
que son fieles comodines
en su perdurable vida.

 

“Esta alma que lo envenena”

va en femenino y corrijo,

en tu lugar ya me fijo

en una nota muy buena

de gramática…, ¡qué pena!,

nadie la lee y hace mucho,

que la he escrito y aún escucho

(las almas bellas me cuentan):

que en el género no aciertan...

Yo sigo bregando y lucho.


Yo sigo bregando y lucho

en defensa del idioma,

no me espanta ni una coma

ni tampoco me da chucho,

no me agrando ni me amucho:

“el” va ante algún femenino,

porque así suena más fino:

El acta examinadora...,

pero... esta ala voladora...

¡Ay, qué artículo ladino!

 

¡Ay, artículo ladino

de un orador ostentoso!:

pretende hacerse famoso

con un artilugio fino,

pero hay que mirar con tino

y no dejarse invadir:

él intenta persuadir

con su vehemente inventiva

que no parece nociva,

porque te quiere mentir.

 

Que nunca se merecían

tus propias reconvenciones;

son las simples correcciones

de una profe algo obstinada...

No hay que perdonarte nada:

lo importante es entender

y quisiera yo creer

que has mirado aquella nota

que duerme por siempre ignota

porque nadie quiere leer.


Porque nadie quiere leer

se repiten los errores;

tienes todos los honores

si te prestas a aprender,

porque avanza tu saber

jugando en este tensón,

que es una regia ocasión

de dominar nuestra lengua

sin que haya ninguna mengua,

olvida ya el tropezón…

 

Olvida ya el tropezón
que el golpe no fue tan duro
y tu cardenal oscuro
te lo cuido mogollón.

Mercromina y algodón,
después pongo la tirita.
Para quieta, señorita,
que no escuece casi nada,
solo es agua oxigenada.
¡Curada, niña bonita!

 

Curada, niña bonita!

-me dijo ayer el doctor.

Yo le regalé una flor,

una blanca margarita

que se prendió en la levita.

Usa lo que tiene a mano,

porque es pobre y muy anciano:

no tiene un traje moderno

ni en verano ni en invierno,

sólo quiere verte sano.

 

Sólo quiere verte sano
me dijo muy serio el doctor,
no le gusta mi color.
sí, parece matasanos
o quizá sea artesano?
Ayer lo vi preocupado
se veía acabado,
como queriendo decirme
que ya no le toque el timbre,
creo la cuenta no he pagado.

 

Creo* la cuenta no he pagado,
pero este mes cumpliré,
porque pronto partiré
en un viaje insospechado
y pienso haber cancelado
todas las deudas que tengo
por eso en breve me avengo
a asumir mi compromiso,
aunque sea algo remiso,
a mis palabras me atengo.

(*)Hay que forzar la sinéresis en "creo", convendría usar "que" .

 

A mis palabras me atengo
y con esto marco el punto
se ha terminndo el asunto
y ahora mismo lo sostengo
pues con otro tema vengo:
En el tapial de la ermita
desborda la Santa Rita
(Buganvilla), hay varios modos
de llamarla, pero todos
la queréis por ser bonita.

 

Y la faz almidonada.
Mucho más tersa que el mármol
con más luz que el astro sol.
La melena alborotada
te sentirás bien amada,
por tu tita, ¡Bella Ligia!
Que llorará de alegría
cuando en sus brazos te tenga...
será fácil que retenga
tan hermoso nombre. ¡Mía!.