El bueno y el miope.

El bueno y el miope.

La luz penetró nítidamente,
pasó la primera ventana,
pasó la segunda ventana,
y se fue a integrar al fondo
una imagen invertida, mal
enfocada.

La culpa la tenés vos, se
dijeron al unísono, viéndose
entre sí. Ya la cagaste y me
arrechas cuando me culpas
de algo que no he sido yo.
Mejor me voy. Y se fue.

Agarró el izquierdo su camino
refunfuñando, ¿Cómo voy a ser
yo el culpable? Sin él cuántas
cosas veo, que belleza cuando
la luz atraviesa y se esparce en
mil colores.

Se van quitando los sinsabores
que este flojo me deja, el rosal,
los tulipanes, las orquídeas, las
veo en todo su esplendor, un
colebrí guardián del tiempo,
batiendo sus alas va.

Las palmeras mecidas por el
viento. Qué nítido se ven, ¡hay!
el vaivén de esas enaguas y
su reflejo en las aguas del río.

El derecho que se quedó en su
cuenca, iba trastabillando, no
tenía nitidez, los bastones y los
conos se peleaban entre sí. Es
por ti, no, ¡por ti! que regrese el
otro entre los dos sería mejor.

Pensativo el izquierdo, sintió
pesar, voy a regresar y regresó,
en su cuenca se acomodó y
entre los dos todo mejor quedó.

Goliat
6 de abril 2019.

 

Una historia en versos que suena muy bien, buen relato,felicitaciones por tu obra.
Un placer leerte. Un abrazo fraterno poeta.

 

Muchas gracias, abrazos.