Siempre tú

Siempre pensando en ti,
en el sentir de mis palabras
y en el no sanar de mis heridas.
Las adoptaré en mi hogar,
las alimentaré de lágrimas
y las acariciaré con las palmas
que aplauden mi propia caída.

El horizonte es tan sombrío,
el horizonte es tan surrealista,
el pedregoso camino se fragmenta.
Caminando cabizbajo por la arena,
sonrisas y lágrimas en mi cabeza.

Casquillos de balas y sexo,
sonrisa perfumada y ojos inquietos.
Preparando el próximo acto,
el alzar del telón negro.
Nunca había estado tan satisfecho
del ser tan bueno en el fracaso.

 

Ser bueno en el fracaso requiere años y años de malas experiencias. Es muy bueno el sentido que le diste a tus líneas, Saludos cordiales, Antonio.

 

Lo importante es la actitud con la que nos tomamos los avatares de la vida.
Un placer pasear por sus letras.
Saludos

 

Gracias a ambos por abrir la puerta y adentraros en mis palabras.
Un abrazo

 

Pues sí, no queda otra que levantarse después de cada caída. Cada golpe contra el suelo es aprendizaje, por ello hay que estar orgulloso de las caídas, aunque al final acabes siendo el más sabio del lugar. jajajajaja