No me llames loco por querer caminar sobre la lluvia.

No me llames loco por querer caminar sobre la lluvia.



No me llames loco

por querer caminar

sobre la lluvia.

Sé que es imposible.

Cada vez que intento

posar mi pie encima

de una gota

esta se precipita

sobre el suelo,

enterrándose en un cementerio

de gotas caídas

que hacen que pierda

el equilibrio

y hacen que me desplome

sobre el suelo

en una caprichosa hazaña

en la que gota y hombre

pasan a ser lo mismo.

No me llames loco

por querer caminar

sobre la lluvia,

más llámamelo

por querer que el rayo

ilumine mi esqueleto,

por querer perecer

sobre la tierra mojada,

por querer que mi alma atormentada

se una a la tormenta,

pero no me llames loco

por querer caminar

sobre la lluvia.


​

 

Me ha dejado una sensación de inestable estabilidad de emociones. Licuarse con el todo produce un vuelo de cordura y conciencia. Interpreto una llamada de atención sobre el ego cuando el rayo actúa, de derrota en la tierra mojada, de frustración con la unión del dolor...
Igual no tiene nada que ver pero es lo que me ha hecho sentir. Felicidades por el poema.

Saludos,

Palmira