Boleros de siempre

(Ansias de ti)

Tengo ansia infinita de besarte la boca,
de morderte los labios hasta hacerlos sangrar,
de estrecharte en mis brazos con furores tan locos
que más nunca en la vida me podrás olvidar.

Que me importa que antes adoraras a otro
y en sus brazos gimieras de placer y dolor,
cuando bebo mi vino no pregunto si el vaso
ha saciado la sed de otro buen bebedor.

(Eusebio Delfín, Palmira, Cuba - 28/4/1893- La Habana 1965)

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Bolero
Inspiración del alma
poesía que nace de Orfeo
que huele a Tango cuando se derrama.

Bolero,
cardiopatía que nunca se cierra,
aunque nuevos amores despierten las ganas;
neuropatía que nubla la mente,
y entonces, unidos corazón y mente,
la dulce armonía de sentimientos,
de nostalgias,
alegrías, pasiones, agonías,
se suman en el concierto de música plena,
de música que desgarra.

Bolero,
bolero de siempre,
verso inolvidable que nunca se agota,
que cura sin cerrar heridas,
que duele sin matar el alma.

Bolero,
espada que se clava profunda
cuando inesperadas han sido las traiciones;
o el sin sentido de cada pasión,
cuando late el corazón viviendo de esperanzas.

Páginas y páginas de canciones escritas,
Alma de Bolero, cantado por Ana,
unas para siempre, otras olvidadas;
Poema del Renunciamiento,
cuando un bolero platónico
de los que no se olvidan
nos paraliza el alma.

Sé que no lo digo todo,
acaso solo una lágrima en un mar inmenso,
humilde memorial del niño que entonces fui,
escuchando boleros de intérpretes famosos
sin comprender acaso, significados prohibidos,
pero sensible a aquello que impacte el corazón.

Frank Calle (8/mayo/2019)

 

Dulce y nostálgica melodía que se hace luminosa melodía en tus versos querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

Gracias Nancy,
finalmente hice cambios en la última estrofa, porque se iba del contexto sin aportar nada en función del verso.
Todavía no estoy satisfecho, pero me parece que ahora se ajusta mejor. Quizás lo que sobra es la historia del niño.

Gracias por el comentario,

Frank
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Sí que son de siempre amigo Frank, los boletos nunca pasarán de moda porque mientras exista el amor, seguirán existiendo.
Un placer leer su obra querido amigo.
Un abrazo.

 

Gracias Halcón, Por mi edad tuve la posibilidad de vivir desde niño la gran época del bolero, ue también se le ha llamado Boleros de Oro. Mi padre fue fabricante de discos durante los años 40 y 50. Además de ser el director técnico de la fábrica, la más grande que hubo en Cuba en esa época, era el especialista en Galvanoplastia, que era la tecnología que entonces se utilizaba para hacer los moldes, y por tanto el corazón del proceso industrial del disco. Era respetado por sus conocimientos en ese campo, dado que hacer moldes (y más de discos) es una tarea complicada, que requería de cuidados extremos, porque sino el molde reproducía ruidos que después pasaban al disco ya hecho, y simplemente el molde nop servía, y había que hacerlo nuevamente

Pasé mi infancia metido dentro de ese proceso, incluyendo estar presente en los estudios, durante las grabaciones de algunos interpretes famosos; o en la cabina de pruebas, escuchando música. Recordando estas cosaas, y tantas de mi vida en general,vinculadas hasta por casualidad de hechos importantes, siento que la vida me reservó muchos momentos inolvidables.

Por ejemplo, siendo adolescente de 14 o 15 años, estuve trabajando "por la izquierda", y casi a escondidas de mi padre, como ayudante en el parqueo de autos de un cabaret que visitaban artistas de la época, y así también pude conocer a algunos boleristas muy populares, entre ellos a Ñico Menviela, que ya entraba en decadencia, pero no obstante seguía teniendo una voz privilegiada. Manejaba un Cadilac Sedan de Ville que nadie más tenía en Cuba en esos años, a mí me correspondía cuidar del auto mientras él estuviera en el cabaret, y en la retirada siempre me dejaba propinas.

Siempre agradecido de tus comentarios.

Un abrazo,

Frank
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