El hombre y la Tierra

Si fuésemos nuestros propios consejeros matrimoniales.

Si tratásemos nuestra relación con la tierra como a una pareja al borde del abismo.

Entonces sería posible
parar las maquinas del mundo
durante todo un instante.

Sentarnos a charlar,
como antes de la prisa y el tiempo.

Como antes del feroz resentimiento.

Recién amanecidos de nuevo.
Con la cara y el pensamiento lavados,
frescos, limpios, puros y cristalinos.
Inmaculados, como nunca.

Con la firme voluntad de llenar la mar
con los diminutos cabellos del perdón
y la redención.

Convencidos de que el tiempo
del despropósito está obsoleto, agotado,
y que no tiene razón de ser.

Si primase el aquí y el ahora,
y nos mirásemos a los ojos
durante todo un instante.

Sería sin lugar a dudas, nuestro momento.
La gran oportunidad.
La señal que llevamos tanto tiempo buscando.

Si fuésemos conscientes de que lo imposible
no existe como tal.

Si supiéramos que es, tansolo,
tremendamente complicado,
como lo somos nosotros mismos,
entonces no escocería tanto.

Deberíamos estar acostumbrados
a bregar con lo imposible,
y lamentablemente no lo estamos.

Quizás mañana salga el sol...
por Antequera,
y resuenen en cada confín las palabras:
Perdóname, amor mio.

 

No es necesario perdonar.
Dado que nosotros somos dueños de nuestro destino...
Pero a su vez, cada uno sale por las suyas ( por sus obras ).
Es decir que por sus obras, los conoceréis.
Y no obstante, obras son amores, y no buenas razones.
Entonces, si mi obra es repugnante para ti...





¿ Qué importa ? Y si mi obra consiste en un crimen...


Entonces, ya es un acto hostil. ¡ Acto hostil ! Los hay de dos tipos:


a ) Activos: Belicosidad, bronca, guerra, pelea, agresión...
b ) Pasivos: Indiferencia, omisión del deber de socorro, mirar para otro lado...


Que acarrea algunas consecuencias.
Y si soy consciente de esas ¿ Maravillosas consecuencias ?
Procuraré no hacerlo, aunque se me haya ocurrido.
Porque no siempre, lo que se nos ocurre, es idóneo.


Entonces, ¿ Dónde está la genialidad ? En la paciencia. Esperamos un buen rato, a que se nos ocurra otra Obra, más misericordiosa. Y no vengativa. No violenta. Porque ya te digo, ¿ Perdón ? No cabe.


Si he cometido un crimen...
Amigo, la Policía no es tonta.

 

Entonces,
supongo que no queda otra que asumir, pagar y perseverar, día a día, pacientemente. Sin atajos, sin perdones.
Que mania tiene lo correcto de elegir el cámino más difícil.

Me ha gustado tu comentario, me ha hecho reflexionar.
Un fuerte abrazo!

 

Efectivamente, compañero.
Lo correcto es desapasionado.
Para echar un vistazo a la obra ajena.
Contemplándola y admirándola, sin celos ni envidia.
Luego por tanto, honrarás a tu padre y a tu madre, y no codiciarás los bienes ajenos.
La honradez mide los derechos, por sus deberes. Con lo cuál, es sensata.
Y la apropiación indebida de obras geniales, pertenecientes a otros autores, a veces, no consiste en un robo, sino en una burda imitación. Para aprender a hacerlo bien, en casa. Y eso no es delito. El delito estriba en arrebatarle al otro, sus pertenencias. Pero la majestuosa obra, ha de ser admirada, en pro de una reiteración del nuevo descubrimiento. Porque si no, ¿ Cómo iba la Humanidad a avanzar ? Si siempre merecen mucho respeto, los inventores, y no hay quién pueda permitirse el lujo, de comprar una tostadora.


¡ Claro, la tostadora es un invento ajeno, pero lo admiro !
Por favor, por favor, por favor...


<< 123 euros. >>


Ah...
Vale.
Sí...
Bueno.
Veré cuántos ahorros me quedan.


<< Tengo el kiwi de oferta. >>


¿ Es una frase con doble sentido ?
¿ Qué es el kiwi ?
El kiwi, como fruta, supongo...

 

Creo que solo se mejora observando y practicando mucho, siendo constante. No veo nada malo en probar un estilo, en imitarlo, en admirarlo humildemente e intentar superarte.

Por otro lado, (te aseguro que es cierto) mi tostadora hace tiempo que está estropeada. Solo tuesta por una cara. Fue un feliz accidente, pues tuesta por una cara y deja la otra esponjosa.

Podría ahorrar para comprar una nueva, pero me gusta con sus pequeños defectos.

La vida no deja de sorprendernos.

Gracias por pasar. Un fuerte abrazo.